16 de octubre 2019
La democracia de Nicaragua es la que más ha retrocedido en la región latinoamericana en los últimos dos años, según el último Barómetro de las Américas, elaborado por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés).
El barómetro, que se basa en los indicadores democráticos de Freedom House y del proyecto V-Dem, coloca a Nicaragua en el último lugar de los países latinoamericanos, seguido de cerca por Honduras y Guatemala. La nación con la mejor democracia es Costa Rica.
La medición se realiza cada dos años, en esta ocasión comenzó a fines de 2018 y continuó hasta el verano de 2019. Esta edición no incluye información de Venezuela y Haití, por asuntos de seguridad de los entrevistadores.
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“El retroceso democrático de Nicaragua es evidente, entre otras formas, en la tenencia de cientos de prisioneros políticos, arrestados por fuerzas paramilitares controladas por el Gobierno de (Daniel) Ortega, por protestar contra el régimen”, destaca el documento del centro de investigación, localizado en la Universidad de Vanderbilt.
“Este tipo de toma y retención de ciudadanos como prisioneros políticos socava los derechos humanos básicos que se supone deben otorgarse a los ciudadanos en un sistema democrático”, agrega.
La dictadura de Ortega y Rosario Murillo llegó a tener centenares de presos políticos, que en su mayoría fueron liberados a través de una autoamnistía orteguista, que busca el perdón y olvido de los crímenes cometidos por paramilitares y policías del régimen. Todavía sufren prisión unos 139 reos de conciencia.
Acaparar el poder
El documento señala que los retrocesos democráticos son permitidos por un “desprecio del estado de derecho”, además que “suelen venir acompañados por revelaciones de corrupción y una escalada de tendencias autoritarias, populismo y violencia”.
Subraya que los presidentes de varios países, entre ellos Perú, Guatemala y Nicaragua, “han tratado de debilitar las otras ramas del gobierno y la capacidad de las organizaciones internacionales para mantenerlas bajo control”.
La publicación británica The Economist Intelligence Unit (EIU), en su último reporte sobre Nicaragua, destacó que el Gobierno ejerce una fuerte influencia sobre todas las instituciones públicas. El FSLN ha utilizado su mayoría legislativa para fortalecer los poderes presidenciales, así como su (ya fuerte) aparato de seguridad estatal”.
Alternativas autoritarias
“Lo que complica aún más la consolidación democrática es el hecho de que los países de la región están lidiando con problemas como las dificultades económicas y la delincuencia. Por ejemplo, los grupos de delincuencia organizada transnacional en México y varios países de América Central han exacerbado la corrupción, la inseguridad y la violencia”, detalla LAPOP.
Menciona que los problemas de inseguridad, así como las recesiones económicas, “consideradas fallas de los regímenes democráticos”, pueden crear las condiciones fértiles para el surgimiento de “alternativas autoritarias”.
Nicaragua sufre desde finales de 2018 una recesión económica, que según economistas independientes mutará en depresión, ya que el Producto Interno Bruto (PIB) caerá este 2019 entre un 4% y 7%. Igualmente el país enfrenta una situación de inseguridad, exacerbada por la presencia de paramilitares armados que cuentan con el visto bueno de la Policía del régimen.
“Los académicos han sugerido que una ‘recesión’ democrática u ola de autocratización está en marcha”, apostilla el barómetro.