29 de septiembre 2019
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La criminalización de las protestas en Nicaragua es la más grave amenaza para la paz y la libertad, según un mensaje de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua, que preside el cardenal Leopoldo Brenes.
Protestar –dice el mensaje de los religiosos– “ha derivado en acciones que atentan contra la vida humana, coartan la libertad de las personas y ciegan el conocimiento de la verdad, de los hechos y de nuestra historia desde el 18 de abril de 2018”, expresa el comunicado de la comisión.
El mensaje de los religiosos se emite cuando la iglesia vive un momento crítico y es “perseguida” por la dictadura de Daniel Ortega. La persecución se agudizó cuando comenzó la masacre de estudiantes y población auto convocada en abril de 2018. La iglesia se hizo al lado de las víctimas para proteger la vida, según dijo el obispo de la Diócesis de Estelí Abelardo Mata a Confidencial hace dos meses.
En medio de la crisis, cuando la dictadura reprimió las protestas y se impuso a punto de metralla sobre la población que protestaba desarmada, cuatro sacerdotes se fueron al exilio, decenas fueron amenazados, muchos golpeados y otros dirigen sus parroquias en medio de asedios e incertidumbre.
MENSAJE DE LA COMISIÓN DE JUSTICIA Y PAZ DE LA ARQUIDIÓCESIS DE MANAGUA.
“En Nicaragua, la criminalización de la protesta de grandes sectores de la población se ha convertido desde el año pasado en la más grave amenaza contra la paz y la libertad.” #ArquidiocesisdeManagua pic.twitter.com/ApHAA7fSom— Arquidiócesismanagua (@arquimanagua) September 27, 2019
La criminalización de las protestas no solo se traduce en descalificaciones contra quienes exponen sus críticas al Gobierno, según los religiosos, sino cárcel contra nicaragüenses por ejercer sus derechos. “Recordemos que el derecho a la protesta no solo es un derecho ciudadano acorde con nuestra Constitución, sino que es un derecho fundamental de todo ser humano”, exponen los miembros de la Arquidiócesis de Managua.
La verdadera posición de la iglesia
El analista político y ex diputado opositor, Eliseo Núñez, advierte que la verdadera posición de la iglesia católica, sin diplomacia, se ve reflejada en el mensaje emitido por la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua
“Los obispos en sus mensajes han tratado de darle un toque de diplomacia (a sus mensajes) porque tienen la obligación como representantes técnicos del Vaticano, que es un Estado, de mantener ciertos márgenes en el lenguaje, pero el presbítero, el que está día a día a la par de la gente, se da cuenta lo que pasa y por eso esta Comisión tiene este lenguaje tan claro en que deja sin lugar a dudas la posición que tiene la iglesia profunda”, dijo Núñez a Confidencial.
Núñez recordó que la durante los peores días de la crisis quien más se identificó con la población fueron los pastores católicos. Y definitivamente la iglesia católica “es un referente en lo que es la lucha por las ideas, la lucha por la paz social en Nicaragua”, valoró el ex diputado liberal.
El mensaje de los presbíteros llega en un momento cuando el cardenal Brenes ha evitado confrontar a la dictadura directamente. “Él ha visto las señales de los tiempos”, dice el sociólogo José Luis Rocha acerca del cardenal.
Esos cambios de señales, según Rocha, han venido “producto del trabajo de Silvio Báez (obispo auxiliar de Managua, obligado por el papa a exiliarse en Roma) allá en el Vaticano. Hay jerarcas de la iglesia allá que tienen una posición más definida contra este régimen”, valoró Rocha.
El asedio contra los templos
Oficiales antimotines atacan la Catedral de Managua. Carlos Herrera | Confidencial
El régimen quiere conservar el poder a cualquier costo, denuncian los religiosos en su mensaje. “No se limitan solo a las eventuales marchas y movilizaciones”, también asedian a la población “a los medios de comunicación independientes y específicamente contra los templos católicos donde se congregan los fieles en sus actividades espirituales y pastorales”, especifican los religiosos.
Una de las iglesias asediadas ha sido la San Miguel, que dirige el padre Edwin Román en Masaya, uno de los presbíteros más amenazados y hostigados del país. La policía orteguista también asedia la Catedral de Managua y otros templos del país, únicos espacios donde la gente se siente segura al levantar una bandera, o pedir libertad para los presos políticos.
Piden una reapertura del diálogo
Los religiosos manifiestan que para acabar con la crisis que vive Nicaragua desde 2018, cuando la dictadura reprimió las protestas pacíficas y asesinó a más de 300 personas, se necesita una verdadera reconciliación y un diálogo verdadero.
“Nos mueve la esperanza y la confianza de creer que es posible un estado de sincera reconciliación y estable convivencia social, si nos volvemos al Señor de las buenas obras, mediante una conversión que se concretice abriendo nuevamente las puertas del diálogo incluyente con todos los sectores de la sociedad”, concluyen los religiosos.
