24 de septiembre 2019
El acto del 40 aniversario de la fundación de la Policía de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo fue un acto que quedó en familia, la noche de este 23 de septiembre, en Managua. El primer comisionado Francisco Díaz, jefe de la Policía Nacional y consuegro del dictador aprovechó el evento para brindar un informe sobre el trabajo de la institución a cargo en el que se mostró retador.
“Continuamos protegiendo la vida, la integridad y la seguridad de las personas y sus bienes, la convivencia social, el derecho de nuestro pueblo a trabajar y vivir en paz y no permitiremos el horror y la barbarie que vivió nuestro pueblo el año pasado en el intento del golpe de estado fallido”, dijo Díaz, sancionado por Estados Unidos por violación de derechos humanos y corrupción durante las protestas de 2018.
Hace ya un año que la Policía Nacional, a través de una nota de prensa, publicada el 28 de septiembre de 2018, estableció un estado de sitio de facto, prohibiendo toda manifestación ciudadana tras más de cinco meses consecutivos de protestas multitudinarias contra el régimen de Ortega y Murillo, que estallaron en abril del año pasado. A través de la Policía y grupos paramilitares que actuaron codo a codo con los oficiales, la dictadura impuso la represión contra las protestas, dejando un saldo de más de 300 muertos, confirmados por organismos nacionales e internacionales de derechos humanos.
Díaz se quejó en su discurso que las administraciones que gobernaron entre 1990 y 2006 les recortaron el presupuesto, y que todo mejoró a partir de 2007, cuando su consuegro y jefe Daniel Ortega regresó al poder,
Según Díaz, la Policía tiene ahora a 15 755 oficiales y en 2014 tenía 12 650. Destacó, además, que el presupuesto entre 2014 y 2019 aumentó 36%.
“Fueron 16 años de sobrevivencia para nuestra institución policial… La seguridad ciudadana del país se vio severamente afectada por el incremento de la peligrosidad, del delito, y de la delincuencia”, valoró Díaz.
Ortega justifica brutal represión
Luego del discurso de Díaz, Ortega brindó el suyo en el que habló de antimperialismo, del terrorismo en Europa y del narcotráfico.
“¿Cuántos hermanos, cuántas hermanas, quedaron mutilados por las heridas provocadas por los que en todos los tiempos han intentado implantar el terror no solamente en nuestra Patria, sino en todo el planeta?”, se preguntó Ortega.
Sin embargo, calló sobre los crímenes de lesa humanidad por los que se responsabiliza a su dictadura, y en cambio justificó la brutal represión perpetrada por la festejada Policía.
Ortega nuevamente dijo que su régimen tuvo "paciencia" ante el supuesto intento de golpe de Estado. "Ya agotados todos esos recursos, y cumpliendo con lo que manda la Constitución, pues la Policía tenía que salir de sus cuarteles a restaurar el orden, a desmontar los tranques y darle tranquilidad al pueblo que estaba pidiendo también que la Policía saliera a poner el orden", justificó Ortega.
La Policía Nacional celebró su 40 aniversario más desacreditada que nunca. Ha sido señalada de perpetrar, por órdenes de la dictadura, una masacre contra la población civil y desarmada que protestaba el año pasado pidiendo justicia y la renuncia de Ortega.
Y, además, de permitir que paramilitares armados al servicio del gobierno, implantaran el terror.
Policía, "centinella de la paz", dice Murillo
La dictadura calificó a la Policía Nacional como "centinela de la paz", en medio de las críticas de organismos nacionales e internacionales, que señalan a la institución como responsable de graves violaciones de derechos humanos.
La Policía es "centinela de la alegría del pueblo, centinela de la paz que es alegría, centinela de todo lo bueno que nos genera alegría, centinela de la seguridad que es paz y es alegría", dijo la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en una alocución emitida a través de medios del Gobierno.
Según organizaciones de los derechos humanos establecidas en Nicaragua y otras de presencia global, entre ellas Amnistía Internacional, la Policía Nacional es el "brazo represor" del Gobierno del presidente Daniel Ortega, que desde abril de 2018 enfrenta el rechazo de una aparente mayoría de nicaragüenses.
Las organizaciones humanitarias sostienen que la Policía, con paramilitares bajo sus órdenes, dirigió y ejecutó la llamada "Operación Limpieza", que cobró la vida de cientos de personas en ataques con armas de guerra contra civiles y ciudades que protestaban contra Ortega, entre abril y julio de 2018.
Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), han reportado graves y sistemáticas violaciones contra los habitantes nicaragüenses que involucran a policías.
El jefe de la Policía de Nicaragua y consuegro de Ortega, Francisco Díaz, ha sido objeto de sanciones económicas internacionales por su supuesta responsabilidad en graves violaciones a los derechos humanos.
"Nuestra Policía Nacional, que fue Policía Sandinista, cómo nos llena de orgullo esa policía que se creó al triunfo de la revolución", agregó la también primer dama, en su mensaje a la nación.
Los ascendidos
En el acto de aniversario, Ortega no anunció cambios en la estructura de mando de la Policía. Pero sí informaron que 442 oficiales fueron ascendidos en grados superiores a comisionados, y grados policiales de subalternos y ejecutivos.
En todo el país, serán ascendidos en el transcurso del próximo fin de semana, 3200 oficiales. Entre los ascendidos hay diez nuevos comisionados generales, altos rangos de la Policía solo superado por el primer comisionado.
Rosario Murillo, esposa de Ortega, vicepresidenta en funciones y consuegra de Díaz, leyó el acuerdo.
Los nuevos comisionados generales son: Máximo Ernesto Roa Silva, Sucob Serrano Pérez, Bladimir de Jesús Cerda Moraga, Victoriano Antonio Aráuz Duarte, Jardel Alfredo Gutiérrez Ubau, Mercedes Amador, Doroteo Álvarez Zapata, Salvador Tórrez Aróstegui y Rolando Padilla Pérez.