17 de septiembre 2019
Lo primero que hizo Félix Maradiaga al pisar suelo nicaragüense fue cantar el himno nacional. Frente a sus conocidos, amigos y medios de comunicación se puso firme, elevó su mano al pecho y entonó las notas sagradas con mucha emoción.
El politólogo opositor y director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP) regresó a Nicaragua la tarde de este lunes 16 de septiembre, luego de un año de exilio forzado, debido a la persecución política de la dictadura Ortega Murillo, que lo acusó de financiamiento al terrorismo y narcotráfico.
Mi decisión de regresar implica riesgos. Los nicaragüenses aún no tenemos libertades, y yo tampoco tengo ninguna garantía. Insisto en que aún no hay condiciones para el retorno seguro de los exiliados.
— Félix Maradiaga (@maradiaga) September 16, 2019
"Me siento emocionado. Se ha sentido como cuando a un hijo se le arranca de su madre. A mi me tocó vivir un segundo exilio en mi vida, como ha sucedido con muchos nicaragüenses", dijo Maradiaga a los medios de comunicación.
Expresó que su estancia fuera del país fue "dura". Dijo además que tenía sentimientos encontrados porque hubiera deseado regresar a una Nicaragua con libertades y los periodistas pudieran ejercer su profesión sin arriesgar su vida, ·y donde los estudiantes universitarios pudieran ingresar a sus recintos sin miedo.
"Muchos nicaragüenses conocieron la primera dictadura sandinista y yo recuerdo en mi adolescencia esos momentos amargos, de guerra en los años 80. Este segundo exilio de poco más de un año fue sumamente duro. Me vengo a sumar al trabajo que están haciendo muchas personas, yo vengo a aportar al trabajo de sanar heridas, pero también a construir alternativas democráticas para Nicaragua”, aseguró el politólogo.
Maradiaga fue acusado por la dictadura de dirigir una red delincuencial y terrorista durante las protestas de la rebelión cívica. El 23 de septiembre de 2018, la justicia orteguista emitió una orden de captura contra este politólogo bajo la querella de “financiar mafias narcotraficantes”, así como la atribución los delitos de terrorismo, narcotráfico, y crimen organizado.
El aeropuerto internacional Augusto Cesar Sandino, previo, durante y después de la llegada de Maradiaga estuvo sitiado por antimotines. Sus allegados temieron que la dictadura orteguista no lo dejara entrar o lo capturara inmediatamente saliera de la terminal aeroportuaria.
Luego de hablar con los medios de comunicación, Maradiaga saludo a miembros de la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB). A su salida en un vehículo privado, el director del IEEPP, fue asediado por una patrulla de la Policía que le dejó de seguir kilómetros después de salir del aeropuerto.
"Vine a quedarme, no voy a permitir que nadie me saque. No tengo ninguna garantía (de seguridad), quiero decirlo claramente, estoy claro de a lo que nos podemos enfrentar, no quiero que este regreso sea utilizado como una forma para crear la ilusión de una falsa normalidad, nada está normal en Nicaragua", finalizó.
Regreso con la frente en alto
Previo a su llegada, Maradiaga publicó una carta asegurando que regresaba con la "frente en alto". “Este anuncio es consecuente con la posición que mantuve desde el inicio de mi exilio forzado. Siempre dije que mi salida de Nicaragua sería temporal y con el único propósito de continuar mi lucha cívica y de derechos humanos, desde el frente internacional”, expresó Maradiaga en la ciudad de Miami. “He hecho todo lo que ha estado a mi alcance para que el mundo sepa lo que está pasando en Nicaragua y para que la comunidad internacional ejerza presión para una transición pacífica hacia la democracia. Ha sido una labor ardua, y de equipo, junto a muchísimas personas”.
Y agregó: “Ahora siento que debo regresar a la trinchera de lucha cívica dentro de Nicaragua, como lo había venido haciendo por más de una década, antes de que el sistema judicial Sandinista iniciara una persecución política en mi contra. Es una decisión que he tomado acompañado de mucha oración y reflexión con mi familia, guiado por el convencimiento de que ninguna tiranía me puede robar el derecho de vivir y trabajar por la nación que amo. Nicaragua es mi Patria. Como ciudadano nicaragüense que soy, voy a hacer uso de mi derecho constitucional a entrar y salir de mi país cuando lo estime conveniente”, expresó Maradiaga.