26 de julio 2019
Estudiantes, excarcelados y ciudadanos nicaragüenses participaron en piquetes o protestas exprés en diversos puntos de Managua y otras ciudades del país, este jueves, ante la nueva prohibición de una marcha pacífica de parte de la Policía Nacional, que volvió a responder con violencia y detenciones ilegales contra los manifestantes. La Policía orteguista, que desde septiembre de 2018 ha impuesto un Estado de excepción de facto, lanzó bombas lacrimógenas y aturdidoras y canicas con resorteras en contra de los manifestantes.
La jornada dejó varios heridos y al menos una decena de detenidos durante varias horas, según el balance preliminar de la protesta.
Desde tempranas horas del jueves, la Policía desplegó cientos de agentes en las principales avenidas, centros comerciales y puntos estratégicos de la capital. En el operativo policial participaron fuerzas élites, antimotines, efectivos aplicando la técnica canina, patrullas con agentes armados con fusiles AK-47, en vehículos todoterrenos, motocicletas, autobuses y microbuses.
Los piquetes y plantones de ciudadanos que portaban banderas y globos azul y blanco se organizaron para protestar contra la represión y el régimen Ortega Murillo en varias zonas de Carretera a Masaya y otros lugares de Managua. También hubo protestas rápidas en Matagalpa, Bluefields, Masaya y León. La Policía lanzó piedras, bombas lacrimógenas y bombas de sonido para reprimir a los manifestantes. Los agentes también lanzaron canicas contra ciudadanos y periodistas. El periodista Juan Carlos Bow, de CONFIDENCIAL, fue herido con una canica de vidrio en el dedo índice de la mano derecha, mientras realizaba una entrevista a la compañera de un joven secuestrado por los agentes.
El despliegue policial
La Policía impidió la manifestación estudiantil. Cientos de agentes policiales, fuertemente armados, frustraron una marcha estudiantil para conmemorar el Día Nacional del Estudiante, y recurrieron a la violencia para evitar, esta vez sin éxito, las protestas contra el presidente Daniel Ortega.
Debido a que la Policía Nacional ocupó los espacios públicos por donde se esperaba el desplazamiento de la marcha, los estudiantes y opositores realizaron manifestaciones en estacionamientos de edificios privados, algunos de los cuales fueron violados por los agentes para realizar capturas.
La Policía nicaragüense prohíbe protestas contra Ortega, así como cantar el himno nacional o alzar la bandera de Nicaragua, pese a que la medida atenta contra la Constitución.
Los policías y grupos oficialistas, que esta vez no realizaron disparos con armas de fuego, lanzaron balines, chibolas (canicas de vidrio) y piedras contra los manifestantes, algunas de las cuales dañaron la propiedad privada, como un vidrio de la sucursal de seguros en el Edificio Pellas.
Las agresiones, que dejaron al menos un manifestante y un periodista heridos, más otras dos personas con golpes leves, arreciaban cada vez que los opositores gritaban consignas contra Ortega, como "¡Daniel, escucha: seguimos en la lucha" o "¡Es un delincuente, no es un presidente!".
También en los departamentos
Miembros de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco también reportaron que dos personas fueron agredidas a golpes por policías y paramilitares cerca de donde se realizaban las protestas, y otras dos sufrieron asaltos similares al momento de ser capturadas.
La mayoría de manifestantes capturados, entre los que se encontraba el hijo de una veterana periodista local, fueron liberados horas después, confirmó la oposición.
Las acciones violentas ocurrieron en al menos cuatro puntos de Managua, donde se habían concentrado los manifestantes en su intento por participar en la marcha.
En los departamentos de Jinotega, Masaya y Matagalpa, así como en la Región Autónoma Caribe Sur (RACS, sureste), hubo momentos de tensión por protestas similares, que fueron detenidas por la Policía, sin llegar a la violencia.
En Matagalpa, fuerzas antimotines rodearon a un grupo que realizaba un piquete cerca de la catedral. Un periodista de Radio Vos fue agredido y asaltado por simpatizantes sandinistas mientras realizaba una transmisión. En Bluefields, también se registró una manifestación asediada por la policía. Y en León se reportó un incremento de la presencia policial.
Gobierno ignora llamado a permitir manifestación
En víspera de la manifestación, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos exhortaron al Gobierno a permitir la marcha. Pero el Gobierno no accedió y optó una vez más por la represión, que entre abril y septiembre de 2018 ya dejó 325 muertos y miles de heridos.
Los estudiantes, que desde 2018 reclaman la renuncia de Daniel Ortega, pretendían conmemorar la masacre del 23 de julio de 1959, cuando la dictadura somocista ordenó un ataque contra una manifestación estudiantil, que dejó cuatro universitarios muertos en la ciudad de León.
La efeméride tomó relevancia en 2018, por nuevos ataques armados, esta vez del Gobierno de Ortega, que han dejado cientos de muertos, entre ellos decenas de estudiantes universitarios y de secundaria, según diversos organismos humanitarios.