7 de julio 2019
El dictador Daniel Ortega celebró el aniversario número 40 del Repliegue Táctico a Masaya, haciendo el recorrido de Managua a Masaya a bordo de un autobús Mercedes Benz, que encabezó una caravana vehicular, custodiada por centenares de policías armados, sin poder entrar, igual que el año pasado, al barrio de Monimbó, el lugar donde durante 38 años concluyó la caminata.
El recorrido Ortega lo inició desde la llamada Plaza de las Victorias en Managua y concluyó en un campo deportivo en las afueras de Masaya, una ciudad que desde horas tempranas del sábado fue ocupada por la Policía y cerró sus puertas como muestra de rechazo a la dictadura que reprimió con violencia la protesta cívica y las manifestaciones de 2018 en las que murieron más de 325 nicaragüenses, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
En el rebelde pueblo indígena de Monimbó, símbolo de las protestas antigubernamentales y reprimido brutalmente por paramilitares y policías en la Operación Limpieza el 17 de julio de 2018, desde temprano el sábado las calles estaban vacías, en una que otra casa se observaban candados puestos en las puertas, mientras patrullas policiales deambulaban por sus calles.
Desde un bus rodeado x policías, Pdte. Ortega saluda a sus simpatizantes en carretera a Masaya.Mientras antimotines están en la plaza del barrio indígena d Monimbó donde x segundo año no realizan el acto final del repliegue. Pobladores denuncian q la represión continúa en Masaya. pic.twitter.com/1o9gaPFaXx
— María Lilly Delgado (@MLillyDelgado) 6 de julio de 2019
“Aquí no queremos esta dictadura asesina”, dijo un anciano cuando nos identificamos como periodistas, mientras cerraba abruptamente la puerta de su casa.
La llamada placita de Monimbó, donde hay monumentos en honor a los guerrilleros caídos en la insurrección contra la dictadura de Somoza y donde históricamente concluyó el repliegue en 1979, estaba ocupada por tropas especiales de la Policía desde horas de la mañana.
“¿De qué medios son?”, interrogó un oficial a los periodistas que llegaron al lugar para luego pedir credenciales de prensa, enviarlas por WhatsApp a sus superiores y leerles en voz alta a través de una llamada de celular las placas de los vehículos.
Escoltado por despliegue policial
En Managua, Ortega llegó después de las 10 de la mañana al monumento a Alexis Argüello y abordó un autobús de una empresa Nica Bus, mientras a ambos lados de la Carretera a Masaya lo vitoreaban trabajadores del Estado y algunos simpatizantes del FSLN.
Detrás del bus, una caravana integrada por centenares de vehículos del Estado lo siguió, mientras el autobús era escoltado por centenares de efectivos de las tropas especiales de la Policía, armadas con fusiles de guerra y el equipo de seguridad del caudillo.
Desde la carretera se pudo observar que en la parte de adelante del segundo piso Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, levantaban la mano, intentando saludar a sus seguidores, y junto a ellos, muy cerca viajaba su hija Camila Ortega Murillo.
Reaparece Aminta Granera
En la movilización de la “portátil” de Ortega, este año no se vio a ninguno de los dirigentes históricos de El Repliegue táctico a Masaya, emprendido por los guerrilleros encabezados por los jefes del Frente Interno Carlos Núñez Téllez (fallecido), el ahora exjefe del ejército Joaquín Cuadra, y William Ramírez (fallecido), que condujeron a miles de pobladores de los barrios orientales hacia Masaya el 27 de de junio de 1979, después que que la dictadura de Somoza comenzó a bombardear los barrios insurreccionados de la capital.
En su corto discurso en Masaya, Ortega únicamente mencionó como protagonista a Raúl Venerio, exjefe de la Fuerza Aérea recientemente fallecido, quien ostentaba el cargo de coordinador del “sandinismo histórico”.
La sorpresa de El Repliegue la dio la exdirectora de la Policía Nacional Aminta Granera, que en un punto del trayecto se apostó a la orilla del bus y le tiraba besos a la pareja presidencial, según pudo verse en fotografías difundidas en redes sociales.
Granera se mantuvo en el cargo durante casi 12 años y fue sustituida en la jefatura policial el 23 de agosto de 2018 –cuatro meses después de la matanza— cuando asumió el cargo el primer comisionado y consuegro de Ortega Francisco Díaz. El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), recomienda que, igual de Ortega, Díaz, y otros jefes policiales, Granera sea investigada para determinar su responsabilidad en los hechos que han sido tipificados como “crímenes de lesa humanidad”.
Cuando la “portátil” de Ortega llegó a la Rotonda Las Flores en Masaya, giró hacia el sur sin atreverse a entrar a la ciudad, para culminar el recorrido en el campo deportivo San José, donde se celebró un acto partidario
El alcalde de Masaya, de la nueva camada de militantes del FSLN, Orlando Noguera, brindó un breve discurso en el que repitió la consigna oficialista: “No pudieron ni podrán”.
Ortega sorpendió a la concurrencia, cuyo maestro de ceremonias lo proclamaba pesidente hasta 2050, con un discurso inusualmente breve. Habló durante trece minutos, y no dijo nada sobre la crisis política nacional, ni sobre los 104 presos políticos que aun quedan en las cárceles, o sobre la resolución de la Asamblea General de la OEA que demanda el retorno al país de la CIDH, y “negociaciones de buena fe”, para lograr una reforma electoral y elecciones anticipadas. Habló, de forma reiterativa, de la importancia de la paz… y de que “este (Nicaragua) es un pueblo aguerrido como Sandino que no se vende ni se rinde”, mientras el pueblo de Masaya mantenía cerradas las puertas de sus casas, en señal de resistencia.