14 de junio 2019
Tras la liberación de Medardo Mairena, la líder campesina Francisca Ramírez espera que la Alianza Cívica reincorpore a su par al equipo negociador en aras de garantizar la representatividad del movimiento campesino, surgido a partir de la lucha en contra el Canal Interoceánico.
“Siempre nos ha representado Medardo Mairena… que se vuelva a reincorporar a Medardo en la Alianza. Que siga representando al grupo de campesinos”, remarcó Ramírez en el programa Esta Noche.
El movimiento campesino se disgustó en su momento con la Alianza Cívica. En el mes de marzo, los opositores incorporaron como miembros a cuatro personas del movimiento campesino: Francisco Javier Carmona Martínez y Erickson Abraham Gutiérrez Juárez. Mientras que como equipo de apoyo se integraron Norma Elena Lugo Rivas y Denis Alberto Zúniga Montano.
Los integrantes campesinos desconocieron a estas personas. Sin embargo, la Alianza Cívica anunció que incorporarían formalmente al campesinado liderado por Mairena. Para Ramírez es necesario la unidad de todos los sectores para “enfrentar el problema común: un dictador que está asesinando al pueblo”.
“Existen desafíos porque nunca vimos al gran capital al lado del pueblo, pero es necesario hacer conjunto, porque tenemos el mismo problema en común: un dictador que está asesinado al pueblo. Eso nos tiene que llevar a una reflexión de unidad en el contexto en el que estamos, aunque después en una democracia cada quien como quiera”, dijo la líder campesina en Esta Noche.
Ramírez expresó que “abrazaron con mucha alegría” la liberación de Mairena este martes, así como la de los otros campesinos Pedro Mena y Freddy Navas.
“Nunca debieron estar presos, porque no existían razones para estar presos. En Nicaragua, lo único que ha hecho el pueblo es protestar. Que hayan estado más de 300 días torturados, criminalizados, por algo que no hicieron, es algo que no debiera haber pasado. La liberación de ellos es un golpe total para el gobierno, porque no pudo demostrar lo contrario (que eran culpables)”, afirmó Ramírez.
“Sin banderas partidarias”
La líder campesina negó que hayan mayores divisiones a lo interno del movimiento campesino. Señaló que la lucha anti canalera se gestó bajo el principio de que era nacional y no de partidos políticos. Aunque reconoce que venían de opciones políticas diferentes, pusieron como mandamiento mantenerse al margen de agendas partidarias.
“Desde 2013 tendimos algo en común: luchar contra el proyecto del canal interoceánico y nuestras tierras. La soberanía de Nicaragua nos unía. Por eso era un movimiento campesino autónomo en defensa del lago, la tierra y la soberanía”, aseguró la líder campesina originaria de La Fonseca, departamento de Nueva Guinea. “Sabíamos que habíamos personas con diferencias de procedencia pero nunca estuvimos divididos. Siempre luchamos por la autonomía del movimiento. No estábamos de acuerdo que el movimiento estuviera centralizado a una fila política ni a ninguna bandera. Siempre dijimos que el movimiento debía ser la bandera azul y blanco”.
Bajo ese precepto es que al movimiento campesino no le resultó complicado sumarse a la rebelión de abril. Ramírez insistió que el comandante Ortega ya “era un violador de derechos humanos” desde antes de desatar la matanza hace trece meses en Nicaragua.
“En aquel momento luchábamos por defender las tierras, hoy tenemos algo más que es defender a Nicaragua. Eso nos tiene que unir. No tenemos que ver nada del pasado sino cómo logramos una Nicaragua diferente”, recomendó Ramírez. “Ese precio que los presos han pagado en las cárceles, esas madres que no tienen a su hijo, es algo que nos debe de unir. Es injusto lo que hace el gobierno. Es un compromiso de no ver de dónde somos, sino luchar por Nicaragua”.