14 de abril 2019
El traslado de monseñor Silvio José Báez a Roma, por una decisión expresa del papa Francisco, provoca sorpresa y desconcierto entre los sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua, y obispos de la Conferencia Episcopal.
El obispo de la diócesis de Estelí, Abelardo Mata, aseguró que “la salida física de monseñor Báez del escenario de la vida de la patria y de la Provincia Eclesiástica nicaragüense deja mal sabor, sobre todo cuando él afirma no haber pedido ser trasladado, no obstante, las amenazas de muerte contra su persona”.
“No dudo de la recta intención del Santo Padre al llamarlo a Roma, para que colabore directamente con su Ministerio Petrino: se pretende ponerlo a buen resguardo de las amenazas que hace rato viene recibiendo”, aseguró al programa Esta Semana, el obispo Mata, otro de los obispos que ha denunciado las arbitrariedades del régimen, desde antes de la represión contra la Rebelión de Abril.
💻 Este domingo en #EstaSemana con @cefeche | Monseñor Abelardo Mata habla sobre la salida de monseñor Silvio Báez, la voz profética de la Iglesia, y la Semana Santa en el aniversario de abril. Transmisión en Youtube y Facebook Live a las 8:00 PM.
➡️https://t.co/nS8fn6fRRC pic.twitter.com/xRXXSSn3iA— Confidencial.com.ni (@confidencial_ni) 14 de abril de 2019
Mata, también secretario de la Conferencia Episcopal, consideró que la llegada de monseñor Báez, para formar parte de ese cuerpo colegiado hace ya diez años, “ha sido de una fortísima inyección de algo que la Iglesia lleva en su genética: la dimensión profética”, dijo, y destacó que “la voz del profeta, llamando a la conversión y a la renovación en la nación, y en nuestra Iglesia local, ha resonado por la predicación y el ministerio de monseñor Báez”.
La salida del obispo Báez ha sido considerada como un exilio forzado, debido a su compromiso cristiano con el pueblo reprimido y perseguido por la dictadura de Daniel Ortega, durante el último año, tras el estallido de la protesta cívica, en abril de 2018.
En los últimos meses, Báez fue objeto de una virulenta campaña de ataques, dirigida desde el más alto nivel del régimen, pues el mismo Ortega lo ha llamado “bravucón”, molesto por el llamado incansable del obispo a cesar la represión. Los ataques también incluyeron descalificaciones, amenazas de muerte, y un plan para asesinarlo, que le fue confirmado por investigaciones de la Embajada de Estados Unidos en Managua.
En Roma, Báez "apalancará a nuestro pueblo"
Monseñor Báez, fue claro: “Yo no he pedido salir de Nicaragua”, su traslado a Roma por tiempo indefinido se lo pidió el papa Francisco. El religioso, nacido en Masaya y una de las voces eclesiásticas más solidarias con los perseguidos del régimen, debe obedecer a su superior, tal y como lo manda el juramento que hizo en 1985, cuando lo ordenaron sacerdote.
Su salida de Nicaragua la ve como un gesto de “obediencia amorosa” ante una reciente solicitud del papa Francisco, quien en persona le dijo: “Me interesa tenerte conmigo acá (Vaticano). En este momento, te necesito”. El obispo no quiso entrar en detalles sobre las motivaciones de su traslado o por qué Jorge Mario Bergoglio decidió que este era el momento de tenerlo a su lado.
Mata agregó que “de todos modos, como dice el pueblo, no hay mal que por bien no venga”, y declaró estar seguro de que el servicio de Báez en Roma “apalancará a nuestro pueblo en su lucha por salir de la dictadura”.
“Eso por una parte y, por la otra, monseñor Báez está siendo ejemplo de fidelidad a la Iglesia, aunque nos parezca que no ha sido la decisión más acertada”, mencionó.