11 de febrero 2019
Ciudad de México.– La Policía de Nicaragua utilizó, por órdenes expresas de Daniel Ortega, a oficiales con experiencia en investigación criminal para “fichar” a los líderes de las protestas estudiantiles, las manifestaciones pacíficas y los tranques levantados en todo el país, para luego detenerlos en sus casas o directamente “eliminarlos”, reveló a CONFIDENCIAL un exteniente de la PN que participó en esas labores de espionaje político.
El exoficial, con 20 años de trabajo en la institución, desertó de la Policía a finales de junio, y contó su historia en un hotel de la Ciudad de México, donde se ha refugiado, a cambio de mantener su identidad en el anonimato. Dijo que las órdenes de sus superiores eran claras: infiltrarse en las protestas y grabar y reconocer a los posibles líderes, cuya identidad luego formaba parte de listas que incluían la dirección de sus domicilios y sus movimientos. Esas listas eran entregadas a los jefes más cercanos, quienes luego las pasaban a la Dirección de Inteligencia de la Policía, encargada de formar “comandos” cuyo trabajo era dar caza a los ciudadanos.
La orden del comandante: “Hay vía libre”
“Las órdenes eran precisas: dijeron que el comandante ya dio órdenes y hay vía libre, no vamos a ser procesados, hay órdenes de salir a matar a la gente. Y la gente que quede viva, que logremos agarrar, los vamos a procesar por terroristas. Nosotros teníamos pistolas y fusiles AK. A cada uno por el momento nos habían asignado dos cargadores de fusiles AK, cargados de proyectiles”, relata el hombre, quien dice temer por su seguridad y la de su familia.
Antes de la rebelión de abril, el trabajo de este exteniente consistía en investigar los crímenes y delitos que se denunciaban ante la Policía y ayudar a llevar a los culpables ante la justicia. Después que estallaron las protestas, le asignaron una misión de espionaje político: vigilar las manifestaciones y los tranques, para identificar a los líderes de las protestas y ubicar sus domicilios.
“En los primeros días de abril nosotros como policías estábamos encerrados, acuartelados. Era por orden de Daniel Ortega. Él dijo que no saliéramos a las calles porque la gente estaba haciendo tranques, estaban protestando. Lo que él esperaba era que los civiles arremetieran contra quienes estaban en el tranque o los que estaban protestando, pero no fue así. Cuando vio que se le había salido de las manos, directamente dio órdenes para que la Policía saliera a reprimir a los ciudadanos. Dijo categóricamente que saliéramos a matar a la gente que estaba en el tranque”, explica.
Y continúa su relato: “A nosotros nos obligaban a ir a ‘puntualizar’ las casas y documentar dónde vivían los líderes de los tranques, para después ejecutarlos. Si vos te fijas en algunos lugares aparecieron muertos. Es porque los levantaron de un lugar y los fueron a matar a otro lado. Hay gente que está desaparecida, y lógicamente nunca la van a hallar. Nosotros puntualizábamos donde vive ‘Fulano’, para después ir a sacarlos en la noche o agarrarlos en la calle. Directamente uno iba al lugar, al tranque, o a las marchas, que hacía esta gente que estaba protestando contra el Gobierno y puntualizar, o sea, identificar a la persona, al líder y después ubicarlo, ver donde vive, para después ir a sacarlo de su casa. Si lo agarraban en la calle le pasaban la cuenta, porque esa era la orden. La Policía trabajaba de civil. Los que andan puntualizando dónde están los lideres andan de civil”.
“Vas a ir a puntualizar”, otros arman “el grupo operativo”
El testimonio de este expolicía revela cómo funcionaba la cadena de mando de los operativos que la Policía, controlada por Ortega ––el Jefe Supremo de la institución––, realizaba para descabezar las manifestaciones y realizar las detenciones ilegales casa por casa o durante las mismas protestas. Así lo documentaron centenares de videos publicados en redes sociales, que más tarde fueron analizados por expertos convocados por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la CIDH, quienes concluyeron que las fuerzas de seguridad operaron al margen de la ley y señalan a la dictadura de Daniel Ortega de cometer crímenes de lesa humanidad, en un amplio informe hecho público en Washington, tras la expulsión de los expertos.
“El jefe inmediato me decía: vas a ir a puntualizar a tal persona. Me daba los nombres y me daba indicaciones para ir a puntualizar las casas donde vivían estos dirigentes estudiantiles y de los tranques. Le pasaba esa información a mi jefe, y él se las pasaba a unos de inteligencia para precisar más dónde podía movilizarse la persona de interés. De ahí armaban otro grupo, le llamaban grupo operativo, que salía a capturar a la gente, a las personas de interés de la Policía o de interés directamente del Gobierno”, cuenta el exoficial.
Desde México, dice que se arrepiente del trabajo de espionaje que le tocó hacer, pero que cumplía órdenes. Asegura, sin embargo, que nunca mató a nadie. “Logré identificar a diez personas. Hasta el momento no preciso los nombres. Obviaba algunas cosas, pero me decía mi jefe inmediato: “Grabalos, tomales fotos”, pero yo me hacía el que se me descargaba el celular. Él me decía: Vos sos un pendejo, es orden del comandante grabar y tomar fotos a esta gente y después mandárselo para saber cuántos tenemos y después pasarles la cuenta”.
El exteniente asegura que entre las caravanas que se encargaban de la captura de estas personas participaban paramilitares y que entre esos grupos iban expolicías, exmilitares e incluso oficiales del Ejército en activo. El jefe de la Policía, Francisco Díaz, admitió en un video que se hizo viral en redes sociales que en el país agentes “profesionales” de la institución actuaron “encubiertos” en las manifestaciones contra Ortega.
En el video, que es un extracto de una entrevista concedida días atrás al diario noruego Dagbladet, Díaz es preguntado sobre el papel de los paramilitares.
“Muchos de ellos, que andaban de civil, no eran policías voluntarios, eran nuestros policías profesionales, la mayoría eran policías profesionales en trabajos encubiertos”, dice Díaz en video, al que de momento la PN no se ha referido. Díaz, a quien el Gobierno de Estados Unidos aplicó la Ley Magnitsky en julio pasado por “graves abusos de los derechos humanos contra el pueblo de Nicaragua”, también admitió que en las protestas había “policías voluntarios” y defendió como legal la actuación de los mismos.
“Nosotros tenemos lo que llamamos policía voluntaria” que está “establecida (...) en la ley de la Policía Nacional (...) que tiene también sus misiones específicas (...) participa, junto con la policía profesional, en acciones preventivas (...) participaron como lo establecen nuestras normas jurídicas, no como dice la derecha”, sostuvo.
Díaz afirmó que, en el caso de los policías profesionales con rostros ocultos, la normativa “legalmente nos establece que podemos usar lo que llamamos pasamontaña, para proteger la identidad”. En el video, el jefe policial aparece acompañado del inspector general Jaime Vanegas, quien al final refuerza la versión de Díaz.
El exteniente entrevistado por CONFIDENCIAL dijo que a finales de junio decidió desertar de la Policía, después de recibir órdenes de reprimir a los manifestantes. “No me pareció la política represiva de Daniel Ortega y Rosario Murillo. A mí el pueblo, el Estado, me pagaba como policía por su seguridad, no para matar a mi pueblo. Por honor y porque vale más la vida de un ciudadano que lo que yo ganaba. Yo ganaba 11,500 córdobas. Es por eso que yo deserté de la Policía. Me hostigaron, me dieron persecución y por último tuve que emigrar de mi país, porque ya no soportaba”.