4 de febrero 2019
Francisco Díaz, jefe de la Policía de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, niega la masacre de abril. El primer comisionado aseguró que la Policía no ha asesinado a ningún ciudadano, y que en cambio se defendieron de manifestantes “armados” e “influenciados por las drogas”. “No he violado ningún derecho humano”, dijo el consuegro de la pareja presidencial en una entrevista exclusiva con el medio noruego Dagbladet.
El comisionado Díaz aseguró que los policías solo se “defendieron a sí mismos” de los jóvenes y manifestantes, quienes salieron en abril de 2018 a las calles a protestar contra las reformas fallidas a la Seguridad Social, y fueron brutalmente reprimidos con fusiles de guerra. Son más de 325 muertos de acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Estaban armados. Fueron influenciados por las drogas. Estaban borrachos. Atacaron las unidades policiales. Nos defendimos a nosotros mismos”, excusó el jefe policial al periodista noruego Halldor Hustadnes, quien entrevistó a Díaz el 30 de noviembre de 2018 en Plaza el Sol.
Esta es la primera entrevista que Díaz da como jefe policial a un medio internacional para contar su versión sobre la masacre perpetrada por oficiales y paramilitares de la dictadura. El comisionado asumió durante toda la entrevista la postura oficial de la dictadura de sus consuegros: Que en Nicaragua hubo un intento de golpe de Estado, que no existen presos políticos, y que los paramilitares son “policías voluntarios”. En el caso particular de la institución que dirige, planteó a la Policía cómo víctima de “terroristas” que “cometieron crímenes”.
La visión de Díaz sobre los sucesos ocurridos en abril se estrella de forma frontal con los informes del Alto Comisionado de Naciones Unidas y el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). Los organismos de derechos humanos internacionales han señalado la responsabilidad de la Policía en la masacre, y han descartado la hipótesis de un golpe de Estado, tal cual también hicieron los eurodiputados.
Como la cancillería y el Ejecutivo Ortega-Murillo, Díaz también renegó de los organismos de derechos humanos. Los acusó de falsear la cifra de los asesinados.
“Las organizaciones de derechos humanos están manipulando los números. Pusieron en la lista a ‘muertos vivos’”, dijo Díaz, quien aseguró que lograron identificar entre 15 y 20 casos similares. “Otros han muerto en accidentes de tráfico. O murió a causa del crimen organizado. Y lo han juntado. Incluso las muertes naturales se han sumado”, insistió el comisionado.
Díaz sostuvo que los organismos defensores de derechos humanos nacionales e internacionales “no ven los derechos humanos de los sandinistas. No ven nuestros derechos humanos de la policía”, pese a que los informes del GIEI y la ONU se mencionan los decesos de 22 oficiales.
En toda la entrevista, Díaz no asume responsabilidad de la masacre y más bien la justifica. “Atacaron nuestras casas. Robaron las tiendas (saqueos). Prenden fuego a las casas del FSLN”, sostuvo.
Pese a que una investigación de Confidencial demostró que los manifestantes recibieron heridas certeras con fusiles de guerra en la cabeza, cuello y tórax, Díaz juró a Dagbladet que la Policía no le disparó a nadie. En la visión de la Policía no han realizado ejecuciones extrajudiciales.
“Acciones preventivas” de los paramilitares
Aunque el despliegue de paramilitares ha sido probada hasta la saciedad en Nicaragua, el comisionado Díaz insistió que los encapuchados con rifles son “policías voluntarios” que trabajan en conjunto con los oficiales para realizar “acciones preventivas”.
“Participaron como lo dictan nuestros estándares legales, no cómo la derecha lo quiere hacer ver”, sostuvo Díaz. Cuando el periodista noruego le preguntó porqué los paramilitares estaban encapuchados, el jefe policial respondió: “No todo el mundo era un policía voluntario, sino también nuestros oficiales de policía profesionales. En la ley de cualquier país, cuando la vida está en peligro, a la policía se le permite usar pasamontañas para proteger su identidad”.
Díaz también reveló que encapuchados no solo eran paramilitares, sino que se trataron de “policías profesionales”, quienes actuaron como “como especialistas en inteligencia”.
“La mayoría eran oficiales de policía profesionales en operaciones ocultas”, reveló Díaz. Recientemente, la policía negó las declaraciones de la ex ministra de gobernación, Ana Isabel Morales, sobre el espionaje político que la institución realiza en los barrios para capturar a opositores. Sin embargo, las declaraciones de Díaz a Dagbladet vuelve a mostrar las contradicciones y las inconsistencia del discurso policial.
Acusa a EE. UU. de promover golpe
Díaz, que fue sancionado por Estados Unidos, acusó a Washington de promover el golpe de Estado contra el régimen Ortega-Murillo.
“Detrás de todo esto está Estados Unidos, el lado más atrasado de la derecha estadounidense; un sector de la Iglesia católica, un sector de la empresa privada que manipuló y manipuló a través de noticias falsas”, aseguró el comisionado, sin antes restar importancia a las criticas de nepotismo en la dictadura.