9 de enero 2019
Sin mayores sorpresas, el diputado de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Gustavo Porras, fue reelecto este nueve de enero como presidente de la Asamblea Nacional por un nuevo período de dos años.
Porras, uno de los principales operadores políticos de la vicepresidenta Rosario Murillo, fue ratificado en el cargo con 81 votos. Al igual que él, todos los cargos de la Junta Directiva del Parlamento leal a El Carmen fueron reelectos.
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Como vicepresidentes fueran reelectas las también sandinistas Maritza Espinales y Gladdys Báez y la liberal opositora María Haydeé Osuna, respectivamente. Mientras que las tres secretarías serán ocupadas por los diputados oficialistas Gloria Raquel Dixon y Wilfredo Navarro (aliado del FSLN), y el opositor Alejandro Mejía Ferreti, respectivamente.
Paralelo a sus labores partidarias en el legislativo, Porras —que también es secretario general de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud)— ha estado envuelto en labores represivas desde el mes de abril, cuando estalló la crisis sociopolítica. El saldo de la brutal represión oficial suma a la fecha 325 muertos confirmados, miles de heridos, decenas de desaparecidos, más de 600 presos políticos y decenas de miles de exiliados por la persecución política.
Contrario a 2017, cuando Porras fue elegido por unanimidad, en esta ocasión tuvo la oposición de ocho legisladores del Partido Liberal que controla el expresidente y aliado de Ortega, Arnoldo Alemán. Los liberales proponían para el cargo a la diputada Azucena Castillo.
El eterno secretario general de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud) —al igual que Daniel Ortega lo ha sido del FSLN—, y dirigente del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) —que actúa como brazo sindical del FSLN— es quien ha ejecutado las órdenes presidenciales en los Ministerios de Salud y Educación, el Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (MEFCCA), el Instituto Nacional Tecnológico (Inatec), Turismo, Trabajo y Agricultura.
Además, en coordinación con el también médico Roberto López, con quien comparte una estrecha amistad, Porras dirige los hilos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que según investigaciones periodísticas ha otorgado préstamos millonarios para la adquisición de medicinas a una empresa que dirige una vecina que trabaja para él.
En la trayectoria de Gustavo Porras, hay más que el sindicalista que lideró las temibles asonadas entre 1990 y 1999, cuando el Frente Sandinista “gobernó desde abajo”, antes del pacto con Arnoldo Alemán que le abrió las puertas del poder en todas las instituciones. Del 2007 a la fecha, recibiendo salario como miembro del Parlamento, Porras ha sido un operador político de la pareja presidencial e interventor de un amplio sector del “área social” del Gobierno.