31 de diciembre 2020
El primer trimestre del 2021 podría ser el testigo de una tragedia “peor” a la que ya vivió Nicaragua durante la primera mitad del 2020, cuando una primera ola de contagios de covid-19 mató a centenares (o a miles) de personas, a juicio de cuatro doctores —dos del Comité Científico Multidisciplinario, y dos de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN)— que se refirieron al tema.
“El 2021 será un año complejo en el que vamos a volver a sufrir lo que ya sufrimos, aunque no sabemos si en mayor o menor cantidad que en 2020”, pronosticó el epidemiólogo Leonel Argüello, miembro del citado Comité Científico.
Desde que el 18 de marzo se confirmó la detección del primer caso de covid-19 en el país, un total de 165 personas han muerto por esa causa, según datos oficiales publicados por el Ministerio de Salud (Minsa), aunque fuentes independientes calculan que la cifra real de víctimas causadas por la epidemia, supera las 8000.
“Estamos en una fase crítica. El último reporte epidemiológico del Minsa, combinado con otra información existente, permite sacar conclusiones que generan alarma”, aseguró por su parte el epidemiólogo salubrista Carlos Hernández, miembro del citado Comité Científico.
Muertes por neumonía
El experto se refiere a la cantidad de muertes por neumonía que aparece en el último reporte epidemiológico, según el cual, ha habido un promedio de poco más de 31 muertes por semana, en las últimas cuatro semanas que terminan el 20 de diciembre, lo que es muy superior a las 17.8 muertos promedio por semana, observados en las semanas previas al inicio de la primera ola.
“La curva comenzó a subir entre la semana 16 y la 21 (entre abril y mayo) con 17.8 muertes promedio (eran 10.2 en similar período del 2019) y luego pasamos 18 semanas con un promedio de 136 muertes por esa misma causa, pero al 20 de diciembre llevamos cuatro semanas con promedio de 31 muertos por neumonía, lo que muestra que estamos ascendiendo. Eso va a marcar los tres primeros meses del año, que van a ser muy difíciles, y todo eso comienza desde este 30 de diciembre”, advirtió el salubrista.
“Es grave ver que, en las últimas cuatro semanas, el número de muertes está en ascenso acelerado”, dijo Hernández, añadiendo que “al 20 de diciembre del 2019 había 400 fallecidos por neumonía, mientras que al 20 de diciembre de este año ya son 2800. Hay una relación de siete veces, según los reportes del Minsa. En cualquier parte del planeta, eso genera una alerta epidemiológica muy grave, muy severa, y esa alerta no lo hemos visto”, advirtió.
Su colega Argüello, dijo que si bien es cierto no hay pruebas de laboratorio que confirmen que el covid-19 es la causa de más de 7500 excesos de muertes que se registran en el reporte epidemiológico, “consideraremos que toda esa mortalidad por neumonía es covid-19, hasta que no se demuestre lo contrario”.
Buscando la inmunidad del rebaño
La admisión de que la estrategia de no hacer nada, implementada por el Gobierno tenía como fin alcanzar la inmunidad de rebaño es, cuando menos, “antiético”, a juicio de la doctora Anely Pérez Molina, secretaria de la UMN.
Buscar la inmunidad de rebaño es válido “solo cuando se habla de vacunación, no de exposición al virus, lo que es antiético. Aquí se apostó a que hubiera un exceso de muertes de 7500 personas, muchas de las cuales podrían haberse evitado. También es antiético que se expusiera de esa forma al personal de salud, al que se le prohibió protegerse”, dijo Pérez.
Datos de organizaciones independientes señalan que 117 profesionales de la salud (incluyendo 50 médicos) fallecieron “en el contexto del covid, y cada uno de ellos representa un grupo de ciudadanos que no recibirán atención médica”, señaló, recordando que “460 médicos han sido despedidos desde el 2018”.
Un total de 26 de esos médicos fueron despedidos “por pedir protección anticovid”, dijo por su parte el doctor José Antonio Vásquez, presidente de la UMN, prometiendo que “ante estas agresiones e imposiciones del Gobierno de tratar de limitar la actividad profesional, la UMN alza su voz y está al lado de los médicos y de la población nicaragüense”.
Al recordar que “no conocemos que el Gobierno tenga un plan para vacunación masiva”, la doctora Pérez dijo, citando a la Organización Mundial de la Salud, que “los intentos de alcanzar la inmunidad colectiva mediante la exposición de personas a un virus, son científicamente problemáticos y poco éticos. Dejar que el covid-19 se propague entre la población de cualquier edad o estado de salud, provocará infecciones, muerte y sufrimiento innecesarios”.
Dado que no existe la pretendida ‘inmunidad de rebaño’, y que no se vislumbra el inicio de un plan de vacunación masivo, los expertos advierten de la inminencia de la temida segunda ola, que ya golpea a muchos países del mundo… y amenaza con segar muchas vidas en Nicaragua.
“Los datos del Minsa muestran que hay más muertos, lo que implica que hay más casos, aunque no se estén reportando. El personal médico por su parte, tiene tres semanas de estar viendo cómo crece el número de casos, tanto en sus consultorios particulares, como en las líneas de emergencia”, dijo Argüello.
El experto admitió que “no se puede conocer la magnitud de la segunda ola, porque no tenemos los datos. Sin embargo, recalcamos la importancia de hacer exámenes de laboratorio de forma masiva pero también de forma selectiva, y presentar los resultados, como vemos que hace el resto de Centroamérica”.