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Ortega estanca gasto en salud: Solo USD31 millones más en 2021, pese a pandemia

Asignaciones “ridículas”, con inversión en salud inferior a 70 dólares por habitante, y solo siete dólares para la compra de medicamentos

Asignaciones “ridículas”

Confidencial Digital

23 de noviembre 2020

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El régimen de Daniel Ortega afirma que, desde su llegada al poder en 2007, el gasto en salud por habitante se ha duplicado. Sin embargo, calla sobre cómo ese gasto se ha estancado en los últimos cinco años, aún por debajo de los 70 dólares per cápita celebrados en 2018, y como se ha paralizado el monto destinado para la compra de medicinas, que la población debe asumir por su cuenta, mientras la propaganda oficial habla de salud gratuita.

“Es importante recordar qué es lo que teníamos antes y qué es lo que tenemos ahora. En el 2006, el per cápita del presupuesto era de 32 dólares por persona para un año. En el 2007 pasó a 37 dólares, en el 2008 a 41 dólares, y hemos llegado al 2018 con prácticamente 70 dólares”, celebró ese año, en entrevista con un medio oficialista, la entonces ministra de Salud, Sonia Castro, sancionada luego por ordenar que se negara la atención médica a los heridos en las protestas ciudadanas contra el régimen orteguista.

Sin embargo, un análisis de CONFIDENCIAL confirma que el último aumento significativo al gasto de Salud por habitante ocurrió en 2014 y alcanzó su pico máximo en 2017, con 73.90 dólares per cápita; desde entonces la asignación presupuestaria varía entre 68 a 70 dólares por persona. Incluso, de acuerdo con la información oficial, en los últimos dos años (2018 y 2019) la asignación presupuestaria ejecutada se redujo en -7.28%.

Acceso a salud y hospitales tampoco varía

El Gobierno de Ortega también destaca como uno de sus mayores logros el acceso a la salud y el mejoramiento y construcción de hospitales, pero minimiza que gran parte de la inversión ha venido de fondos externos y que la capacidad de recursos físicos y humanos no ha variado.


Según los anuarios estadísticos, publicados por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), por cada 10 000 habitantes en Nicaragua se disponen de nueve camas hospitalarias, y esto no ha cambiado desde 2006 a 2018, cuando se publicó el último anuario.

El doctor Álvaro Ramírez, quien fue funcionario del Ministerio de Salud (Minsa) antes del regreso al poder de Ortega, valora que “el número de camas no varía porque ellos (el Gobierno) no han hecho un incremento significativo en el número de hospitales, lo que ellos han hecho es renovarlos o volverlos a construir, pero no los construyeron con más camas de las que ya tenían”.

Agrega que otro factor por el cual la cantidad de camas hospitalarias no aumenta es porque muchos de los hospitales primarios que el Gobierno reporta, ya existían; pero antes de ser renovados eran conocidos como “centros de salud con cama”, como ocurrió con los ahora hospitales primarios de El Cuá (Jinotega), Quilalí (Nueva Segovia) y Waslala (Caribe Norte).

Gasto en Salud llegará a C$17 198.7 millones en 2021

Para 2021, la asignación presupuestaria destinada al gasto en Salud incrementará levemente, al pasar de 16 128.5 millones de córdobas este año a 17 198.7 millones de córdobas en el siguiente. Sin embargo, es un aumento mínimo, considerando la emergencia sanitaria mundial por la covid-19, el incremento exponencial de las enfermedades crónicas, muertes y el aumento de las epidemias del dengue y la malaria.

Lo mismo ocurrirá con la asignación presupuestaria destinada al Minsa que pasará de 16 022 millones de córdobas en 2020 a 16 852.4 millones de córdobas en 2021, un aumento del 5,18%.

El economista Adolfo Acevedo, explica que “en Nicaragua, todavía el 32% del gasto en salud tiene que ser solventado del propio bolsillo de los hogares (...) Y la pandemia lo que ha puesto de manifiesto es que se requieren sistemas de salud sólidos y fuertes, con adecuado financiamiento, para hacer frente a los desafíos que enfrenta la atención en salud”.

“Hospitales públicos no dan los tratamientos completos”

La inversión presupuestaria del Minsa destinada a la compra de productos farmacéuticos y medicinales por habitante es a penas de 233 córdobas, que equivalen a menos de siete dólares, y es un dólar menos que en 2018.

La reducción tiene un impacto directo sobre el bolsillo para los pacientes, aunque el Gobierno destaca que el acceso a la salud en Nicaragua es gratuito.

Antes que el gasto de Salud se estancara, en Nicaragua se entregaban medicinas completas, e incluso había pacientes que viajaban al exterior a realizarse procedimientos quirúrgicos que no existían en el país. Pero ahora la situación es de austeridad, afirman los médicos.

68.52
dólares fue la inversión en gasto de Salud por habitante en 2019, el menor desde 2014, cuando fue de 65.71 dólares. El gasto se ha estancado en el último lustro.

“La carencia en la provisión de medicamentos empezó a notarse sobre todo después de 2018, con la reducción del número de asegurados. Esto significa que ahora la gente va a Sermesa y no les están dando los tratamientos completos o simplemente les dan los tratamientos genéricos que importan desde la India”, señala el doctor Ramírez.

Esto también ocurre en los hospitales de atención pública, agrega el médico, pues el Minsa no entrega la cantidad completa del tratamiento y si lo hace, la cantidad de medicinas por día se reduce y entonces el paciente debe completarla por su cuenta.

Programas de inversión también se han reducido

El Hospital Militar y el Hospital Fernando Vélez Paiz son dos de los últimos hospitales que fueron construidos en los últimos cinco años.  Foto: Carlos Herrera | Confidencial

Desde 2016, el monto destinado al Programa de Inversión Pública (PIP) del Minsa ha disminuido. La mayor reducción fue en 2018, cuando surgieron las protestas ciudadanas en contra de Ortega, y disminuyó 9.33% en comparación con el año anterior.

El último aumento que se registra en los informes de liquidación del PGR fue en 2014, cuando el monto asignado pasó de 485.7 millones de córdobas, el año anterior, a 967.3 millones. El incremento, según reportes oficiales, fue utilizado para la construcción de varios puestos de salud, casas maternas, ampliación de áreas de atención en hospitales y remodelación de otros. Pero a pesar de estos esfuerzos, los especialistas valoran que la inversión en Salud está por debajo de lo esperado.

1204
millones de córdobas fue el monto para el Programa de Inversión Pública (PIP) del Minsa, en 2019, apenas por encima de los 1183.9 millones de córdobas de 2018, y por debajo de los 1305.7 millones de córdobas de 2017.

“El gasto en Salud ha aumentado algo, pero por supuesto no en la medida que sería requerida para enfrentar los enormes desafíos de salud que enfrenta el país”, señala Acevedo.

Gobierno no declara emergencia sanitaria porque no quiere pagar

De los últimos cinco años, 2020 es el que más muertes registra. Muchas son atribuidas a la diabetes, la hipertensión y el infarto, sin embargo, los estudios de sobremortalidad indican que estas estarían directamente relacionadas a la covid-19. A pesar de esto, el Gobierno se ha negado a declarar emergencia sanitaria y ha enfatizado en un supuesto control de la pandemia. Esto, afirman los expertos, sería una estrategia para no afectar más el gasto en Salud.

“Al momento en que la covid-19 se declara una emergencia sanitaria ya las compañías aseguradoras le pasan la responsabilidad de los gastos médicos al Gobierno. Pero si el Gobierno no la declara, él se está valiendo de las compañías aseguradoras para pagar a los servicios privados”, señala Ramírez.

El médico explica que, al tratarse de una emergencia sanitaria, el Gobierno es el que debe asumir el costo de la atención de quienes se contagien. Además, el Estado estaría obligado a pagar los subsidios por las ausencias laborales.

Sin embargo, en mayo pasado, cuando inició la curva de contagios de covid-19 en Nicaragua, el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que ha sido gravemente afectado por la recesión de los últimos tres años, prohibió entregar órdenes físicas de subsidio y que en la documentación oficial se especificara cuando un paciente es sospechoso de padecer y requerir subsidio por covid-19.

“El diagnóstico puede ser faringitis, otitis, laringitis, bronquitis, neumonía, o cualquier proceso respiratorio. No deben incluir ‘sospechoso de covid-19’, sin embargo, sí es sospechoso, esta información puede quedar plasmada en el expediente”, orientó el INSS. Así, según la orden del Gobierno, en Nicaragua “el subsidio por cuarentena (obligatoria a causa de covid-19) no existe”. Y estos son gastos que también asumen directamente los nicaragüenses.

Estadísticas contradictorias

El número de camas hospitalarias en Nicaragua es contradictorio, y las mismas cifras oficiales sobre estas y los hospitales habilitados no coinciden. En la presentación de propuesta del Presupuesto General de la República de 2021, a mediados de octubre, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, aseguró que el país cuenta con 77 hospitales, 11 732 camas hospitalarias generales y 562 en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

Sin embargo, en el mismo mes, el Gobierno reportó ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que cuenta con 72 hospitales (12 de referencia nacional, siete regionales, 12 departamentales y 41 primarios), que coincide con los datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), pero no con los de Hacienda.

El régimen también afirmó al BID que dispone de 19 hospitales destinados a la atención de pacientes con covid-19 (que no fueron identificados). En ellos, dijo, cuenta con 3184 camas censables y 148 en UCI.


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