13 de noviembre 2020
“El domingo 11 de octubre mi hijo de once años empezó a sentirse fatigado y parecía un poco resfriado. Pensé que era una gripe común, pero por precaución no lo mandé al colegio al día siguiente”, cuenta Kathy Flores. En algún momento pensó en el coronavirus, pero lo descartó porque “creí que ya nos había dado a todos y que algunos habíamos sido asintomáticos”.
Afirma que, en casa, su esposo y su hija adolescente ya habían tenido covid-19 en junio, pero fue “leve”. Como no se aislaron, desde el inicio de los síntomas, creyeron que “todos lo habíamos tenido”.
Cuando su hijo empezó a empeorar tuvo que buscar a su pediatra en Diriamba. El diagnóstico fue certero: “Es un caso sospechoso”. Las fiebres se hicieron más intensas, el dolor en el cuerpo lo aquejaba. “Lo aislamos porque con nosotros vive mi papá que tiene 71 años”, insiste. Lo peor fue verlo acostado en cama sin ánimos de nada. Lo mantuvo entretenido “viendo televisión” y con el tratamiento empezó a mejorar.
Flores cree que su hijo se contagió en la escuela. “Al principio (de la pandemia de covid-19) no lo mandaba a la escuela, pero luego tuve que ceder. Pero he visto que la gente ya no se está cuidando como antes. Yo misma creí que era algo que ya nos había pasado y ese fue un gran error”, explica.
Un error que también cometió “Melina”, una trabajadora de una zona franca en Estelí. Dejó que su hija de nueve años asmática fuera a un paseo con sus primos y cree que ese día se pudo haber contagiado. Una tos intensa que describe como “terrible” y una fiebre persistente fueron los primeros síntomas que la preocuparon. De inmediato llevó a su hija al hospital.
“A la niña la tuvieron que internar. Le costaba respirar y la aislaron en una habitación sola. Los primeros días sentí que era bastante grave, pero la atención médica ayudó a que empezara a mejorar”, dice.
Le mandaron tratamiento y la niña debe permanecer aislada en su casa. “La enfermedad empezó a ceder y fui notando su mejoría”, indica.
Contagio de menores de edad aumento
El contagio de covid-19 en menores de edad es relativamente bajo a nivel mundial, por lo que, hasta ahora, persiste la percepción de que son menos afectados por la pandemia. En el caso de Nicaragua no hay datos oficiales sobre la cantidad de niños, niñas y adolescentes contagiados. Tampoco el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 tiene un registro de los casos.
Un reportaje de CONFIDENCIAL, publicado en julio, detallaba que en los hospitales públicos se empezaban a presentar casos de niñez con covid-19, aunque el Ministerio de Salud (Minsa) no ha dado hasta la fecha detalles de cuántos casos han sido, ni de su condición.
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Sin embargo, el contagio de menores de edad es una realidad que ha aumentado en las últimas semanas, confirmaron a CONFIDENCIAL fuentes médicas de diversos hospitales de Nicaragua.
En León, recientemente ocho niños fueron ingresados sospechosos de covid-19. “Estamos en época de enfermedades respiratorias, pero evidentemente la covid-19 sigue afectando y muchos niños que pueden ser asintomáticos están contagiando a otros niños, que a la vez pueden llevar el virus a los adultos de la casa”, explica un médico de León que por temor a represalias solicita omitir su nombre.
Una doctora, en condiciones similares, confirmó que en el Hospital La Mascota han tenido en las últimas semanas al menos cuatro casos positivos de covid-19. “La población ha bajado la guardia y el covid-19 sigue afectando a la población de forma silenciosa y si los niños no son atendidos a tiempo hay una tendencia a que sus casos empeoran y por eso que varios han sido hospitalizados”, comenta.
Un colegio privado de Managua, que volvió a clases presenciales a inicios de octubre, también reportó a finales del mes pasado el primer caso positivo de covid-19 en un estudiante de secundaria.
A los contactos cercanos se les ordenó volver a clases en línea como medida preventiva. “Es difícil seguirle el rastro al virus en el colegio porque pudo estar en contacto con muchos otros estudiantes y estos a su vez con sus familias. Es una bomba de tiempo y aunque digan que están tomando medidas hay un temor generalizado en el colegio”, valora una madre de familia de ese centro de estudios.
Síndrome Inflamatorio Multisistémico
A pesar de que los casos en menores de edad son menos, en comparación con los reportados en adultos, ha habido un incremento de casos de niños y niñas que tienen o tuvieron covid-19 y que presentan afectaciones posteriores.
“Los niños han estado bastante protegidos durante los primeros meses de pandemia, pero hemos visto un relajamiento y eso repercute en más casos porque los padres no toman las precauciones debidas”, explica la doctora María Mercedes Somarriba, pediatra infectóloga del Comité Científico Multidisciplinario (CCM).
Somarriba detalla que es crucial la atención temprana para evitar complicaciones. Es el caso del Síndrome Inflamatorio Multisistémico en niños y adolescentes con covid-19 que se presenta de cuatro a seis semanas después de haber padecido el virus.
“Es una enfermedad que afecta muchos sistemas y su rango de síntomas es amplio, por eso es importante que los niños sean atendidos por especialistas ante los síntomas para una detección oportuna”, explica.
Fiebre, dolor abdominal, diarrea, enrojecimiento de ojos, agotamiento intenso, sarpullido, vómitos, son algunos de los síntomas que pueden presentar los menores de edad.
Un estudio sobre este síndrome basado en 14 centros sanitarios de cinco países de América Latina (México, Colombia, Perú, Costa Rica y Brasil) publicado por The Pediatric Infectious Disease Journal analizó a 409 niños y reveló que de ellos 95 (23.2%) fueron detectados con el síndrome.
El estudio muestra “una forma generalmente más grave de covid-19 y un alto número de Síndrome Inflamatorio Multisistémico en niños latinoamericanos, en comparación con estudios de China, Europa y América del Norte, y respalda la evidencia actual de una enfermedad más grave en niños latinos o en personas de nivel socioeconómico más bajo”.
Nivel de cuido debe ser el mismo
Maria Van Kerkhove, responsable de la gestión de la pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma que la mayoría de niños y adolescentes que son infectados con el virus tienen enfermedad leve “pero esto no es algo universal”.
“Tenemos ejemplos de niños que han desarrollado enfermedad grave y requerido cuidados intensivos, y algunos han muerto. No podemos decir que la enfermedad es universalmente leve o asintomática en niños”, advierte.
Por ello, la doctora Somarriba insiste en que para la niñez y adolescencia deben seguir tomando las mismas medidas preventivas. “Cuarentena, distanciamiento físico, lavado de mano, uso de mascarillas, uso de alcohol gel, desinfección de superficies, evitar aglomeraciones”, menciona.