La Florida es un foco de actividad política en el período previo a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, que tendrán lugar este martes. Los “presidentes” de varias dictaduras latinoamericanas (léase Venezuela, Cuba y Nicaragua) desean que gane Joe Biden.
Sus esperanzas pueden estar basadas, en parte, en la propaganda de campaña de Trump, de que Biden será blando con las dictaduras de izquierda. Los republicanos afirman que Biden quitará el pie del acelerador y aliviará las sanciones contra esos líderes y regímenes autocráticos.
Lo que la campaña del actual inquilino de la Casa Blanca no menciona, y el bando contrario en disputa por la presidencia trata de enfatizar, es que Biden no es para nada blando con las dictaduras.
El otro factor es que las sanciones contra Ortega y Maduro gozan de un apoyo bipartidista casi unánime en el Congreso. Claramente, tanto a Biden, como a Trump, les gustaría ver grandes cambios en Cuba. La diferencia entre los dos candidatos radica en las estrategias que escogen.
Tanto Ortega como Maduro se mantienen en el poder únicamente por la fuerza y elecciones fraudulentas. Ambos se han inspirado en el modelo cubano. Tienen un liderazgo militar leal y fuerzas de seguridad del Estado listas para aplastar cualquier disidencia. Se han adueñado de todos los poderes estatales y básicamente abolieron los derechos humanos y la justicia en sus respectivos países.
Dado que Trump ha impuesto fuertes sanciones a sus familias y partidarios claves, Ortega y Maduro esperan que Biden cambie de rumbo. Ambos buscan un respiro para seguir consolidando su dominio por la fuerza. Sin embargo, el candidato demócrata promete seguir exigiendo mayores derechos humanos y menos represión en esas naciones.
¿Y de Cuba qué?
Mientras tanto, la política de Trump con respecto a Cuba favorece a un sector posiblemente mayoritario de cubanoamericanos que pueden votar. Sus acciones ven a “sacarle el sumo a la naranja” como la mejor manera de librar a la Isla de los Castro. La “naranja”, sin embargo, es el pueblo cubano en la Isla. Claramente este está sufriendo mucho por el castigo de Trump, mucho más que sus gobernantes.
El gobierno de Castro-Díaz Canel continúa utilizando el embargo de los Estados Unidos, y ahora las sanciones de Trump, como excusa general. Las políticas estadounidenses les permiten justificar sus décadas de mala gestión de una economía, casi en bancarrota, también la represión política.
Biden promete un regreso al acercamiento de la era Obama con Cuba. Sin embargo, no siente amor por los gobernantes de la Isla. La política de Obama fue muy popular entre los cubanos que quieren un cambio en su país. Curiosamente, fue duramente criticado por Fidel y posteriormente por Raúl Castro y su Partido Comunista.
Fidel rechazó rotundamente la política de Obama de abrir más puertas a Cuba. El Gobierno cubano se opuso al aumento de los viajes a Estados Unidos, los intercambios entre personas y el libre flujo de remesas a individuos y empresas privadas. Lo trataron como un plan de “caballo de Troya” para subvertir su poderío. La reacción fue una mayor represión contra los disidentes y periodistas independientes y una desaceleración en el plan de reforma económica.
Lo que dijo Biden a Univisión
Trump ha prometido continuar con su enfoque xenófobo de línea dura contra los inmigrantes y solicitantes de asilo, especialmente de países pobres. No hace excepciones para los solicitantes de asilo de Nicaragua, Venezuela o Cuba. Biden le dijo a Univisión que tendrá un enfoque muy diferente sobre la política de inmigración.
A la pregunta: “Existe la idea de que bajo su Administración, las sanciones que se impusieron a esos regímenes serían eliminadas o suavizadas“, Biden respondió lo siguiente:
“No, no las suavizaría. Además, los que ya han huido de esos países tampoco serán deportados”. Sobre las recientes deportaciones de jóvenes nicaragüenses que buscan asilo, indicó: “[Esto se aplica también a] los nicaragüenses”.
El candidato agregó: “Si vamos a ser duros con sus gobiernos, no podemos castigar a quienes huyen de esos sistemas”. Añadió, además, que como presidente presentará de inmediato un proyecto que otorga el Estatus de Protección Temporal (TPS) a los venezolanos.
La campaña de Trump continúa insistiendo en el susto de una toma comunista de Estados Unidos en las manos de Biden. Esa es solo una mentira más de un presidente que ha pasado por alto cualquier forma de honestidad y decencia. Lo que sí no está claro es si esta táctica de miedo resucitada seguirá resonando en Florida o en cualquier otro lugar.
Mientras tanto, nicaragüenses, cubanos y venezolanos, como el resto del mundo, esperan con gran expectación.
- Recibí las noticias más importantes del día en tu correo electrónico. Suscribite a nuestro boletín de noticias.