27 de octubre 2020
Partidarios y adversarios del Gobierno que trabajan en distintas dependencias estatales consideran que la situación económica del país no mejorará mientras Daniel Ortega y Rosario Murillo sigan en el poder, y conceden pocas posibilidades de una entrega pacífica de la presidencia, al momento de una derrota electoral en 2021.
CONFIDENCIAL conversó con cuatro profesionales que laboran para distintas entidades públicas, quienes compartieron sus expectativas acerca de la situación política y económica que impera en sus centros de labores, así como la visión que comparten con ellos, sus compañeros de trabajo que sí comulgan con las tesis del partido gobernante.
Sin aumento salarial
“Conversamos con amigos, y lo vemos difícil”. Por eso están buscando alternativas en las que puedan aplicar sus conocimientos profesionales, explicó ‘Quino’, un profesional de clase media que trabaja en una institución del Estado ligada con el cuidado de la salud.
- Recibí las noticias más importantes del día en tu correo electrónico. Suscribite a nuestro boletín de noticias.
“A todos se nos ha achicado el presupuesto, y ya comienzo a tener dificultades. Yo controlo bien mis gastos, y siempre llego con recursos a final de mes, pero ahora tengo como dos o tres meses que me cuesta llegar”, en parte porque tiene cada vez menos ahorros, que eran los que le permitían llegar holgado al día 30.
“Lo mismo ocurre a varios de mis colegas”, relató.
‘Anónimo’, es un profesional de la medicina que labora en la región oriental del país. En 2019, su gremio no tuvo los mismos problemas que el resto de trabajadores del Estado, aunque el austero presupuesto implementado en 2020 los equiparó a todos.
“El año pasado tuvimos aumento de salario poco antes de que se aprobara la reforma al INSS, pero este año ya no. Creo que subirnos el sueldo a nosotros, afectó el básico de las jubilaciones que se paga a los pensionados del INSS, lo que no me parece correcto”, exteriorizó.
Este profesional considera que no es conveniente despedir personal para compensar otros gastos, cuando, con pandemia o no, el país necesita personal de Salud. “Despedirnos disminuye la disponibilidad de personal para atender a la gente; nos hará trabajar el doble, y bajará la calidad de la atención en salud que se brinda en el país”.
Con pocas excepciones, los trabajadores del Estado no recibieron el 5% de aumento salarial en 2019 y 2020, y el proyecto de Presupuesto 2021 presentado ante la Asamblea Nacional la semana pasada, permite augurar que tampoco lo recibirán en el año por venir, porque el gasto corriente (el que financia los salarios y otros gastos administrativos), apenas crece en 351.3 millones de córdobas, o sea 0.5%.
La plata de Educación y Salud
‘Rodolfo’, es un experto que labora para una entidad involucrada en temas de educación superior. De ahí que sus comentarios apunten a explicar que “si están eliminando los exámenes de admisión [a las universidades públicas del país], es porque este año hubo una gran pérdida de matrícula, por los estudiantes que fueron expulsados definitivamente, y por la forma en que atendieron la pandemia de covid”.
Explica que para ingresar a las universidades que reciben el 6% del Presupuesto General de la República, “te cobran 300 o 600 córdobas, según el origen del bachiller”, por lo que la disminución de la matrícula “representa una gran pérdida para ellos”, en referencia a las cúpulas partidarias que se han hecho con el control de las universidades públicas.
- Ortega apunta contra los empleados públicos “descontentos”
- Servidores públicos esperan la salida de Ortega del poder
“Ese dinero lo maneja la vicerrectoría académica, que lo pasa luego a diferentes cuentas: gran parte a los representantes de UNEN, para supuestas actividades académicas, pero otra parte se destina a adquirir equipamiento que no beneficia a la gran mayoría, sino a la administración, que lo usa para cambio de vehículos, o para modernizar alguna oficina”, denunció.
“Karla” es una profesional del campo de la medicina, que trabajó en el sistema de salud pública, de donde se tuvo que retirar, luego que cambios administrativos internos redujeran sus ingresos considerablemente. A pesar de poseer un título universitario, pasa dificultades para atender las necesidades médicas de su familia, especialmente porque tiene más de seis meses esperando que le paguen una liquidación que en realidad no espera recibir.
¿Hay futuro económico, si Ortega y Murillo siguen el poder?
Rodolfo: “Nos están llevando al abismo. Vemos empresas cerrando porque no pueden cubrir los aumentos fiscales
Quino piensa que “definitivamente no. Todos tienen claro que en la medida en que ellos sigan en el poder, este país no tiene futuro. Hasta los danielistas lo ven, pero se consuelan porque tienen un salario, pero ellos saben que no hay futuro, y que en la medida en que esto continúe, el futuro es funesto”.
Para Anónimo “sabiendo utilizar el Tesoro de la República y la riqueza del país, cualquier Gobierno podría poner a Nicaragua en un mejor nivel de crecimiento económico, potenciando las reservas naturales para desarrollar el turismo”.
“Yo he visto una mejora de la situación económica de la gente de las comunidades, y me parece que esas condiciones se mantienen, aunque siempre hay altibajos. En este momento, la gente está viendo caída y recesión, y no nos hemos podido recuperar”; declara.
- La pandemia del covid-19 y los servidores públicos, por Ligia Gómez
A su juicio, “veremos regresar a los turistas, los inversionistas y la cooperación internacional, porque todo esto es político, así que el Gobierno podrá implementar estrategias para demostrar que ya todo pasó, y recuperar la confianza en Nicaragua”.
Rodolfo dice que “nos están llevando al abismo. Vemos empresas cerrando porque no pueden cubrir los aumentos fiscales, así que el Gobierno, en vez de recaudar más, pierde impuestos. Es lo mismo que pasa al poner tantas trabas en el aeropuerto”.
¿Quién acata las órdenes de los secretarios políticos?
“Karla:“Hay dos formas de ejercer el control político: los Comités de Liderazgo Sandinista (CLS), y los sindicatos de trabajadores”
Aun a riesgo de perder sus empleos, hay trabajadores estatales que no se esfuerzan mucho por mostrar su desdén hacia las directrices del partido, que insiste en su esfuerzo por mantener la cohesión política al interior de las oficinas del sector público.
Rodrigo señala que “los secretarios políticos viven inventando marchas y reuniones, porque tienen que garantizarle al partido que la gente está organizada. Cuando se aprobó la Ley de Amnistía, ellos hablaban de amor y perdón; que había que atraer a los compañeros para que volvieran al partido, pero era en realidad una forma de decirnos ‘Ok, sos disidente. Te vamos a perdonar, pero quedate callado, y apoyá las actividades”.
Refiere que tiene amigos que trabajan para otras instituciones del Estado que deben estar listos para responder su WhatsApp; si alguien sube un ‘viva Daniel’, ellos tienen que responder ‘viva’; Plomo, etc.
“Quieren hacer creer que controlan las aplicaciones y saber qué estás chateando… y algunos lo creen, porque te dicen ‘no hablemos de eso, porque me pueden estar grabando. No uses mi nombre…’”.
Quino dice que antes había asambleas de manera regular, pero ahora “inventan capacitaciones en temas políticos, para mantenernos controlados, pero ni los expositores dominan los temas, ni la gente muestra interés, y al llenar las evaluaciones, ponemos lo que sea para salir del paso”.
También ha notado que los grupos son cada vez menores, para obligar a que la gente participe de forma activa, y comprobar cómo piensan en realidad.
Anónimo explica que en su centro laboral hacen invitaciones abiertas, a las que van los que quieren ir. En su mayoría van los que están en los escalafones más bajos, porque tienen temor a que los despidan por no ir.
Cuando se hacían marchas para apoyar al Gobierno, aún en plena pandemia, “yo salía del trabajo y me iba a mi casa. Nunca me dijeron nada, tal vez porque ven que no me meto en nada”, especula.
Reforzando este punto de vista, Karla señala que “hay dos formas de ejercer el control político: los Comités de Liderazgo Sandinista (CLS), y los sindicatos de trabajadores que son quienes obligan al personal a ir a las actividades políticas, argumentando que gracias al Gobierno tienen trabajo”.
¿Elecciones libres? No vemos cómo…
“Todo mundo lo duda de que entregarán el poder”... el proceso electoral “será un caos”, y “habrá muertes”.
En el caso de las elecciones generales previstas para 2021, Quino señala que “todos dudan que vayan a ser libres. Los danielistas saben que no lo serán, pese a que hacen un trabajo de persuasión que ya no convence a nadie, pero es una forma de presionar a la gente”.
Anónimo por su parte, piensa que “el Gobierno está en la obligación de permitirlas, y debe haber observación electoral para garantizar transparencia”, pero Rodolfo lo ve difícil. “Les han sancionado a ministros, policías, militares, hijos, empresas… la OEA les dio hasta el 21 de mayo, y ellos siguen vertiendo su discurso de odio. Se creen dioses. Es una pareja tan demencial que prefiere ver al país en ruinas, antes que entregar el poder”.
“Mantienen el poder, porque controlan las armas. Tienen tanta plata como para que sobrevivan al menos tres a cuatro generaciones de su descendencia. Cuidado hasta más”, agrega.
Rodolfo no cree que, ante una eventual derrota electoral, Ortega entregue el poder pacíficamente, porque aprendió la lección de 1990. Si lo hiciera, sabe que no regresará al poder en lo que les queda de vida, por lo que recurriría a las armas que tiene acumuladas, para quedarse.
Quino dice que en sus círculos “todo mundo lo duda. El panorama se ve bastante sombrío en todos los sentidos, incluyendo el electoral”, pero Anónimo cree que Ortega sí entregaría el poder porque “le ayudaría a mejorar su imagen… y le permitiría vivir tranquilo en su propio país”.
Karla tampoco lo cree. Para ella es evidente que Ortega no permitirá que haya elecciones libres, y cree que el proceso electoral “será un caos”, y que “habrá muertes”.
El temor a una barrida Azul y Blanco
Quino:“Todos los que siguen fieles al Gobierno tienen un tremendo temor”
Dentro de las instituciones estatales hay temor a una eventual barrida Azul y Blanco, confirma Quino. “Todos los que siguen fieles al Gobierno tienen un tremendo temor. Todos cuentan con que, ante un cambio de Gobierno, van a ser purgados. Lo tienen claro”.
El problema es que quienes se identifican como ‘Azul y Blanco’ saben que también pueden ser purgados por haberse quedado dentro del gobierno, pero cuentan con que podrán demostrar que ellos dejaron de apoyar al Gobierno de Ortega.
Sin conocerse entre ellos, Rodolfo coincide con Quino y considera que la llegada de un eventual Gobierno Azul y Blanco “mejorará las cosas, pero habrá daño colateral, por creer que todos somos parte de esta podredumbre, así que la barrida será pareja”.
Refiere que renunciaría a su empleo actual si hubiera oportunidades laborales, “pero al no haber, siendo que tengo familia que atender, no tengo opciones”, lamenta.
Finalmente, Anónimo dice que no cree que llegará a verse afectado por una barrida, porque “soy apático en lo que se refiere a política. Trato de ser neutro”, pero tiene un argumento más: “una barrida podría ser el preludio de una nueva revuelta, así que no sería viable. Un Gobierno Azul y Blanco debe buscar la reunificación del pueblo nicaragüense”.
- Recibí las noticias más importantes del día en tu correo electrónico. Suscribite a nuestro boletín de noticias.