24 de octubre 2020
El Mercado Oriental vive dos realidades: en una, los clientes toman casi todas las medidas de seguridad ante la covid-19, principalmente portan mascarillas o caretas. En la otra, la mayoría de comerciantes se saltan las normas de prevención, no usan cubrebocas y de sus tramos han quitado los recipientes con agua y jabón para lavarse las manos.
En los primeros dos meses de la pandemia, este centro de compras estuvo semiparalizado porque los comerciantes cerraron sus tramos por temor al contagio, y los que decidían abrir tomaban estrictas medidas de higiene, desde usar siempre mascarillas y exígirsela a los clientes, reducir sus horarios de atención, hasta tomar la temperatura.
Doña Luisita es una comerciante desde hace 30 años en el Oriental. En marzo pasado, cuando se anunció el primer caso de covid-19, ella invirtió en mascarillas, caretas y guantes. “Nosotros desde un inicio tomamos medidas, la Alcaldía fumigó, pero ya no lo hacen. Es la fecha y seguimos cuidándonos. Aquí la gran parte de los comerciantes ya ni usan la mascarilla”.
En un recorrido durante dos días, un equipo de CONFIDENCIAL constató que de lunes a viernes, los pasillos del mercado están desolados, pero los fines de semana la realidad cambia: los clientes llegan, principalmente al sector de los alimentos.
En el sector de Ciudad Jardín, ropa usada y el área de los plásticos decenas de tramos continúan cerrados. Para “José”, un voluntario de uno de los 11 grupos de seguridad del Oriental, “estos tramos están cerrados porque sus dueños han muerto de covid o simplemente porque no hay dinero para pagar alquiler; en el Oriental no solo tenés que cuidarte de contagiarte sino también de ser asaltado en uno de los pasillos vacíos”.
El Ministerio de Salud (Minsa) no ha presentado cifras específicas sobre el impacto de la pandemia en el Oriental, considerado el mercado más grande de Centroamérica. El Observatorio Ciudadano tampoco tiene cifras detalladas, aunque de Managua registra 4004 casos sospechosos de covid-19 y unas 841 muertes vinculadas a la pandemia.
En el sector de las comideras, muchos de los cocineros no utilizan mascarillas o las usan en los cuellos. En el sector de las carnes son pocos los tramos que siguen atendiendo hasta las dos de la tarde, muchos han reorganizado sus horarios, abren y cierran más temprano, pero hay quienes mantienen la fe en vender y atienden hasta las cinco de la tarde, sorteando una crisis económica y una sanitaria.
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