7 de septiembre 2020
No hay comunidad políticamente monolítica en Estados Unidos y la Nicaragüense no es la excepción. Monolíticos no son siquiera en la familia del Presidente.
El voto nicaragüense en las elecciones generales norteamericanas, para Presidente, muestra similitudes y diferencias con otras comunidades, y a los efectos comparativos, las comunidades cubanas y mexicanas talvez son de ayuda para ver similitudes y diferencias.
Una similitud fundamental: las tres comunidades son parte del conglomerado Hispano en la sociedad norteamericana. Una minoría que cada día lo es menos, no sólo en términos demográficos sino por su participación en la vida económica y en la vida social y cultural del país. El tema migratorio es un tema común de los hispanos, y la razón es sencilla, seguimos llegando, de una manera u otra, legal o no legal. Y todos asumimos, con razón o sin ella, que seguimos llegando a la ‘tierra de la oportunidad’, de la que por igual hablan republicanos y demócratas. Y a pesar de que no siempre somos bien recibidos, por justa razón o no (la migración ilegal), la realidad es que la bienvenida cada día depende menos del ‘mainstream’ (el sector dominante del país) y se apoya en los lazos intracomunitarios, vínculos familiares y amistosos, cada día más fuertes, en todos los sentidos.
El tema migratorio es más importante para los Hispanos no cubanos, ya que los segundos disfrutan todavía de un tratamiento especial que se remonta a los viejos tiempos de la guerra fría, con una connotación mayormente política.
Para los mexicanos, centroamericanos, y latinoamericanos, de lo que es parte la comunidad nicaragüense, los motivos para migrar son mixtos, con más énfasis en lo económico pero también con elementos políticos, poblaciones que huyen de gobiernos autoritarios latinoamericanos.
De los tres países, Cuba, México, y Nicaragua, somos nosotros para quienes es más importante la incidencia que pueda tener el gobierno de Estados Unidos en la política interna de nuestro país. Lo es menos para Cuba, y mucho menos para México.
Las comunidades de los tres países están distribuidas a lo largo y ancho de los 50 estados de la Unión Americana, pero con una presencia mucho mayor de la comunidad cubana y nicaragüense en el Estado de Florida, y de la mexicana en California. Y bueno, cada comunidad está expuesta a la influencia política del estado donde se concentra, republicanos para el caso de la Florida, y demócrata para el caso de California. Y eso es lógico ya que las tres comunidades son parte del conjunto demográfico de cada uno de los Estados, no existen aisladas.
Una diferencia importante entre los cubanos y nicaragüenses, y que tiene que ver con un elemento histórico es el hecho de que administraciones demócratas estaban al frente de Estados Unidos en los primeros momentos en que sucedieron, tanto la revolución cubana, como la nicaragüense. Si bien es cierto fue un republicano el que estaba en el gobierno al momento del triunfo de la revolución cubana, Dwight D. Eisenhower, correspondió a un demócrata John F. Kennedy, cargar con la derrota de la invasión de Bahía de Cochinos, a pesar de que aún estaba en el poder el republicano Dwight D. Eisenhower
En el caso nicaragüense los remanentes del pasado somocista y de manera general los afectados y desafectos del régimen sandinista de los 80 responsabilizan a un demócrata Jimmy Carter de la llegada al poder de los sandinistas en 1979.
Para los nicaragüenses, Demócrata es casi sinónimo de sandinista, mientras que Republicano es sinónimo de anti sandinista, especialmente si por republicano nos referimos al Presidente Ronald Reagan (enero 20, 1981 – enero 20, 1989) quien hizo de la cruzada anti sandinista un tema central de su presidencia, al punto que igual constituyó uno de los principales escándalos de su administración, con el Iran-Contra affaire.
El voto nicaragüense en Estados Unidos tampoco es ajeno a lo que viene ocurriendo en Nicaragua desde abril del 2018, dividiéndose las preferencias según la percepción de quien de los dos Trump o Biden ‘va a ser más duro con Daniel Ortega’. Casi al punto que por momentos pareciera ser un voto monotemático, esto es, sin mostrar mayor interés por el conjunto de temas que siempre están en disputas en las campañas electorales norteamericanas. Por momentos, para un sector de los votantes nicas en Estados Unidos pareciera que ‘trabajan en Estados Unidos pero viven en Nicaragua’, dando como resultado que no terminan de establecerse en Estados Unidos y volver a Nicaragua es cada vez una posibilidad más remota.
Aunque no es exclusivo de nuestra comunidad sí se manifiesta con más fuerza ‘la naturaleza más emocional que racional’ a la hora de decidir por quien votar, dejando con ello entrever, me disculpo si parecerá grosero siendo yo también nicaragüense, nuestro voto es un voto ‘simplista’, distante de lo que podríamos llamar ‘un voto razonado’.
También aunque parezca grosero, no decirlo nos haría un flaco favor, el nuestro, el voto nicaragüense en Estados Unidos es de importancia marginal.
*Economista. Nicaragüense nacionalizado en Estados Unidos, residente en California Raulvaldivia@sbcglobal.net