4 de septiembre 2020
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“Interpuse la denuncia (por su desaparición), pero nunca la mandaron para Bluefields, y año y medio después, el 12 de agosto pasado, me vengo a dar cuenta que mi hija apareció ahogada en el río Kukra Hill”.
Así denunció, Janeth Hernández, en medio de lágrimas, que desde el 23 de enero de 2019 interpuso formal denuncia sobre el secuestro de su hija de 14 años, que fue raptada por su expareja y padrastro de la adolescente, pero asegura que la Policía “no hizo nada” por ayudar a que la niña regresara con bien a su hogar.
La mujer asegura que el Instituto de Medicina Legal (IML) descartó mano criminal en el caso de su hija, pese a que el cuerpo presentaba signos de haber sido maltratada, pues tenía la parte izquierda de su rostro desfigurada, dos piezas dentales desprendidas y señas de quemaduras.
El abandono estatal y la promoción de la impunidad en casos de mujeres que fueron víctimas de femicidio es alarmante en Nicaragua, denuncian las organizaciones Católicas por el Derecho a Decidir, Red de Mujeres contra la Violencia y la Coordinadora de la Niñez (Codeni).
Las tres organizaciones, en una conferencia de prensa, la mañana de este jueves tres de septiembre, cedieron los micrófonos a tres madres para que fueran ellas quienes expusieran los casos de sus hijas asesinadas, donde queda en evidencia la "impunidad" que inicia desde el momento que intentan interponer una denuncia en la Policía.
Martha Flores, representante de Católicas por el Derecho a Decidir, criticó además que en el reporte del IML a la menor se le ubica en una relación de “unión libre”.
“Cómo es posible que pongan que una niña de 15 años está en una relación de unión libre con la persona que la raptó de su casa”, critica.
Hernández también señala que la Policía, cuando su hija apareció en el Río Kukra Hill, solo se limitó a buscarla para que reconociera a quien ella señala como el agresor de su hija e identifica como José Luis Suárez Rocha.
“Él se llevó a mi hija con engaños. Le dijo a mi mamá que me llevaría a la niña al mercado donde trabajo y se la llevó… En la Policía me llamaron para reconocerlo, pero llegué al siguiente día y lo habían sacado”, denuncia Hernández.
La mujer exige justicia y recalca que “no quiero que la muerte de mi niña quede impune y este hombre le haga eso a otras mujeres”.
Policía libera al asesino de una mujer “por loco”
Otros de los casos que hasta el momento han quedado en la impunidad es el de Yessenia Velásquez, de 33 años, quien fue asesinada hace siete meses cerca del puente Larreynaga, en Managua.
La madre de la víctima, Yadira Velásquez Rivera, señala que el asesino de su hija continúa en libertad, luego que la Policía lo liberara a las pocas horas de su detención.
“Lo sacaron el mismo día que me la mató… Me dijeron que lo sacaron por loco, les pedí que me dieran el papel donde un doctor lo diagnosticaba como loco, pero no me dieron nada y hasta la fecha anda prófugo, un loco no se andaría escondiendo”, denuncia Velásquez.
La hija de Velásquez dejó a cuatro menores en la orfandad y su madre asegura tener traumas luego del asesinato de Yessenia.
“Ese que ellos dicen loco mató a mi hija con un adoquín en la cabeza.... Loco o no tienen que pagar, tiene que estar encerrado ¿qué esperan? ¿cuántas mujeres tiene que matar para que lo encierren? Exijo justicia, me han quitado la mitad de mi vida y no puede quedar impune”, demanda.
Dos años del asesinato y Policía “no tiene ni una pista”
La madre de María Lisseth Dávila, María Estelvina Doña Mojica, también denunció que hasta la fecha el asesino de su hija “está libre, el caso sigue en la impunidad”.
“Me la mataron el 18 de junio de 2018 y hasta la fecha solo me dicen (en la Policía) que están investigando”, denuncia.
La hija de Doña fue asesinada en la conocida la “Isla del Amor”, ubicada en el lago Xolotlán, en Managua, de una puñalada. La madre de la víctima detalla que el cuerpo de su hija fue encontrado cuatro días después en las aguas del lago y la Policía sigue sin conseguir, según lo que le informan, "ninguna pista".
“La única persona que me dijo que la vio por última vez fue un repartidor de leche. Me dijo que la vio en el barrio Rigoberto López Pérez, le mandaron citatorio, pero el hombre no se presentó, no lo mandaron a buscar, nadie nos dice nada y solo nos piden que tengamos paciencia”, denuncia la madre de Dávila.
Dávila dejó a dos hijos en la orfandad y, luego de más de dos años de su muerte, su madre continúa demandando que se “esclarezca” el asesinato y se le dé justicia.
“No quiero que quede en la impunidad”, sentencia.
Exigen respeto para la vida de las mujeres
Flores, también feminista y defensora de los derechos de las mujeres, alertó que este tipo de situaciones son "constantes" en Nicaragua, pues las mujeres no solo no tienen la libertad para denunciar, sino que los agresores son liberados por la Policía o por el mismo Sistema Penitenciario.
Católicas por el Derecho a Decidir señaló solo entre enero y agosto de 2020 han registrado un total de 50 femicidios y 68 femicidos frustrados, por lo que como organización están alarmados pues la cantidad de asesinatos con el que estarían cerrando 2020 podría superar los 63 del año pasado.
Las organizaciones culminaron exhortando al Estado de Nicaragua a garantizar la vida de las mujeres, niñas y adolescentes, impartir justicia y recibir diligentemente las denuncias de familiares o víctimas de violencia, detener las liberaciones de hombres que hayan cometido algún tipo de delito contra mujeres, aplicar la Ley 779, Ley Integral Contra la Violencia hacia las Mujeres, al pie de la letra y no promover la mediación.
