5 de agosto 2020
El diario El País de España en su editorial de este cuatro de agosto titulado "Muerte de un jornalero" se refirió al caso del nicaragüense Eleazar Blandón, fallecido como consecuencia de un golpe de calor el sábado primero de agosto, mientras trabajaba a 44 grados recogiendo sandías en condiciones infrahumanas en Lorca, España.
Según El País, la muerte de Blandón produce “una reacción inmediata de vergüenza”, pues el hecho se da en un país de la Unión Europea en pleno 2020, haciendo alusión a que se esperaría que muchas prácticas de abusos laborales ya se hubiesen abandonado.
“El relato remite a los tópicos de esa España negra que el conjunto de la sociedad daba por superados en los últimos cincuenta años”, recrimina el diario en su editorial.
Eleazar Blandón, de 42 años, emigró a España en octubre de 2019 para buscar un trabajo que le permitiera ayudar a sus cuatro hijos abandonados por su madre y el hijo con su actual esposa, con cinco meses de embarazo.
Blandón trabajaba 11 horas al día y ganaba unos 30 euros, aunque eso dependía de cuántos camiones de sandía llenara en la finca donde trabajaba. Sus hermanos Ana y Kamil, desde España y Jinotega, respectivamente, recordaron a CONFIDENCIAL que a sus 28 años había sido operado de la columna y no podía realizar trabajos pesados, pero le exigían que hiciera la recolección agachado, para "no perder tiempo", y lo maltrataban si el dolor en la espalda lo obligaba a ponerse de rodillas.
En el trabajo tampoco le daban agua y el sábado que cayó desmayado por el golpe de calor, esperaron varias horas a que, primero llegara la camioneta del recorrido de los trabajadores y después a que salieran a dejar a los jornaleros a sus casas para “aprovechar el viaje”.
En el centro de salud lo dejaron tirado en la puerta, según su hermana, Ana Blandón, y fue el personal médico el que llamó a una ambulancia para trasladarlo a un hospital.
“La primera impresión es que estamos ante un posible delito de negación de auxilio que debería ser investigado y sancionado con rigor. Investigación que, por supuesto, hay que hacer extensiva a los capataces de la explotación y al propietario”, se lee en el editorial del diario.
El País además reclama que estas conductas de explotación laboral están extendidas por toda España y que también en muchos casos las denuncias quedan en completa impunidad.
“Hay una investigación pendiente de las redes de explotación de inmigrantes (con o sin papeles) y de jornaleros clandestinos en muchas zonas agrícolas del país. Es una tarea de inspección y limpieza que conviene en primer lugar a los empresarios que contratan legalmente a los jornaleros y ajustan las faenas a la legislación vigente. Nadie más interesado que ellos en que se señale con el dedo la explotación infrahumana de los trabajadores y se erradique la recluta de inmigrantes con jornadas de 11 horas a cambio de salarios de hambre”, dice el editorial.
El diario reclama que además se debe acabar con la sobre explotación, “con las mafias”, y con la costumbre de mirar hacia otro lado. “Todo el mundo lo sabía, es la frase más letal que existe para el ordenamiento democrático de la sociedad y del trabajo,”, concluye.
En este enlace puede leer el editorial completo de El País.