3 de agosto 2020
La juez de Distrito Penal de Audiencias de Estelí, Alma Pino Irías, programó para el próximo 31 de agosto, el juicio contra el simpatizante sandinista Abner Pineda Castellón, quien de un balazo en el cuello mató el pasado 19 de julio al ciudadano Jorge Luis Ruiz Rugama, de 44 años, luego que éste gritara: “¡Viva Nicaragua libre!”.
Pineda es acusado de homicidio y portación ilegal de armas. Él formaba parte de una caravana de simpatizantes sandinista que recorrieron las calles de La Trinidad, en conmemoración del 41 aniversario del triunfo de la revolución popular.
De acuerdo con familiares y testigos, Rugama venía de comprar licor cuando se enzarzó en un rifirrafe con los simpatizantes. “Mi chavalo les dijo: ¡Viva Nicaragua libre!; también les dijo ‘alégrense este año ustedes, si Dios quiere el otro año somos nosotros’”, dijo a CONFIDENCIAL, la madre de la víctima, Luisa Rugama Laguna.
Según la Policía Nacional, fueron investigadores policiales quienes “capturaron” a Pineda; sin embargo, testigos y fanáticos sandinistas, que presenciaron el asesinato, indicaron que el homicida se entregó voluntariamente.
Pruebas de maternidad
La Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) solicitó a la jueza adherirse como parte acusadora, pero la defensa del acusado se negó argumentando que la mamá de la víctima debe presentar “pruebas de que es realmente la madre”, según Eber Acevedo, asesor jurídico de la organización.
Comentó que el argumento “es absurdo y es una revictimización de la mamá”, ya que Luisa Rugama “aparece como ofendida” en la acusación fiscal, por lo que “ella es la representante de la víctima”.
Expertos en seguridad y organizaciones nacionales de derechos humanos han calificado el asesinato como un crimen político; sin embargo, la Policía Nacional descartó la motivación política como una de las causas del homicidio.
En una escueta nota de prensa, la institución señaló que Pineda discutió con Rugama, y “lo privó de la vida”.
Para la socióloga e investigadora Elvira Cuadra, el asesinato de Rugama “es el resultado” de los discursos de “odio” y “criminalización” del Gobierno, que “ha alimentado y exacerbado diferentes formas de violencia política”, incluido el asesinato.