22 de julio 2020
El Cosep del año 2020, el que tiene que elegir un presidente en septiembre, después de trece años de presidencia de José Adán Aguerri, y de haberse allanado al régimen de Daniel Ortega hasta aprobar decenas de leyes ‘por consenso’, “no se parece en nada al Cosep que yo presidí hace casi 40 años”, declaró el expresidente de esa entidad gremial, Enrique Bolaños.
Bolaños, que presidió la República entre 2002 y 2006, ocupó la presidencia del Consejo Superior de la Empresa Privada entre 1983 y 1988, y si bien enfrentó al primer gobierno del Frente Sandinista, encabezado por Ortega, se apresura a declarar que “estamos hablando de dos épocas” muy distintas.
El exmandatario recuerda que se integró al Cosep “inmediatamente después de la toma del poder por el sandinismo en 1979”, y que vio poco después, cómo daba inicio “la persecución en contra de los liberales; de los conservadores -por zancudos- y en contra el sector privado, confiscación tras confiscación, tras confiscaciones. Eso era lo normal”.
Hasta ese momento nunca había militado en ningún partido político, ni participado en ninguna manifestación política, sino que “solo trabajaba en mi empresa”, llamada Servicio Agrícola Industrial Masaya S. A. (Saimsa), que sembraba algodón en Granada, Masaya y Managua.
Concentrados en producir
Recuerda que, “al llegar el sandinismo, muchos terratenientes se fueron del país, pero yo me quedé, y aumenté la tierra sembrada: hasta 7400 manzanas de algodón, junto con mis hermanos Alejandro y Nicolás. Cuando el Frente Sandinista llega al poder, ya no había nadie: los liberales se fueron del país; los conservadores estaban achumicados, y yo me preguntaba ¿quién va a dirigir este Cosep? Yo iba a las reuniones del INDE, y estábamos infiltrados por los sandinistas”.
Eso lo decidió a entrar a Cosep “para conformar un buen grupo, y ver cómo limpiábamos. Ese Cosep comenzó a defender los principios básicos del derecho de propiedad. 40 años después, en especial, de 2007 para adelante, este es otro Cosep: es como comparar piñas con aguacates”, ilustró.
Al describir a la cúpula empresarial actual, el exmandatario recuerda en primer lugar que este es un Cosep posterior a los períodos presidenciales de Violeta Barrios de Chamorro (1990 – 1997), Arnoldo Alemán (1997 – 2002), y de él mismo.
“Este Cosep se funda dentro de un espíritu de lo que hicimos los tres, basado en la libertad, en la justicia, en los derechos individuales, ya era un ambiente totalmente diferente. Ellos, en defensa del derecho de propiedad, siguieron unos caminos diferentes a los que teníamos nosotros”, comparó.
“Era un nuevo estilo: tenían que comenzar a producir para contribuir al crecimiento de Nicaragua”, añadió.
Podrían volver a ser el faro
Por eso, Bolaños insiste en que no se puede comparar a ambas cúpulas. “Es como decir ¿te sentís cómodo con la piña o con el aguacate? Son épocas y culturas diferentes, marcada por grandes cambios en el mundo: en mi época, había una gran influencia del comunismo, y ahora solo quedan los recuerdos de esa época”.
Otra forma de verlo es que “nosotros sufrimos cárcel, confiscaciones; casi no había directivo del Cosep que no hubiera estado en la cárcel. Estos no. Estos optaron por ser partidarios y defensores del derecho de propiedad. Dijeron: vamos a producir, lo que es un derecho humano”.
Luego de la matanza de ciudadanos sufrida durante la Rebelión de Abril, con el país en medio de una recesión profunda y prolongada, en la que un Gobierno ausente se concentra en permanecer en el poder a cualquier costo, renunciando a enfrentar la epidemia de covid-19 de forma responsable, Bolaños siente que hay espacio para que “el Cosep trate de recuperar lo que fuimos: el faro cívico para ayudar a Nicaragua en su necesidad de lucha contra el sandinismo”.
“Ellos trataron de recuperarlo de otra manera: hablando con el Frente Sandinista, en vez de alejarse del Frente Sandinista. Nosotros defendíamos valores no monetarios, sino morales. Este Cosep no está dedicado a eso, así que podrían tratar de recuperar ser el faro. En mi época, cuando el Cosep hablaba, Nicaragua escuchaba”, rememoró.
Hay otras formas, jóvenes
Confrontado con el hecho que Aguerri está a punto de cumplir trece años al frente de la entidad gremial, Bolaños dice simplemente que “no ha hecho nada malo. A Chano lo eligen todas las cámaras, y lo vuelven a elegir, y lo vuelven a elegir. Si eso es lo que quieren, ellos tienen derecho”.
“Chano es un hombre vivo e inteligente, que ha manejado el Cosep y lo conoce mejor que nadie. Él hizo muy bien lo que le pedían sus mandatarios, que son quienes lo elegían. Lo que le encargaron lo hizo muy bien”, reiteró.
Aunque declara que “aprecio a José Adán y no le podría dar ningún consejo”, Bolaños sí quiso aprovechar la oportunidad para “mencionar al consejo directivo que existen otros tipos de organizaciones. Nuevos ambientes y formas de trabajar”.
Cita como modelo a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que elige un presidente por dos años, el que se caracteriza “principalmente, por ser gente con poder económico y de gran participación ciudadana. Es un empresario de poder”, que se complementa con un consejo administrador, “que maneja la política del día a día. Una especie de gerente, que no es electo por períodos, sino que sigue ahí mientras cumpla bien con su tarea”.
Productor, programador, vicepresidene, y presidente
Después de cinco años en la presidencia del Cosep, Bolaños narra que se retiró “porque me confiscaron, me quedé en la calle. Nos quitaron todas las propiedades de la familia, de un solo plumazo, así que me hice programador autodidacta de computadoras, “y me dediqué a vender programitas”.
En las elecciones de 1990, Violeta Barrios de Chamorro, y el dirigente liberal Virgilio Godoy, ganaron la presidencia de la República, desde la casilla de la Unión Nacional Opositora, proceso en el que Arnoldo Alemán logró hacerse con la alcaldía de Managua.
En 1996 Bolaños fue candidato a vicepresidente de la República, en equipo con Arnoldo Alemán, ejerciendo el cargo entre 1997 y 2001, cuando tuvo que renunciar al cargo, como requisito para postularse para el siguiente período presidencial, que ejerció entre 2002 y 2007.
En la actualidad, a sus 92 años cumplidos, el expresidente mantiene el hábito de madrugar. Se levanta a caminar en el patio de su casa, llevando el registro de la cantidad de pasos que da, para completar la meta del día.
Después revisa su correo y sus mensajes con ayuda de su asistente, con quien trabaja en su nuevo libro (del que todavía no revela el nombre), en una jornada de 9 a.m a 5 p.m. Por un problema de mácula en sus ojos, tiene dificultades para leer y usar una computadora, por lo que dicta el texto a su asistente, que le lee lo que llevan escrito, para revisar cómo va el libro.
Los últimos cuatro meses, Bolaños ha estado en cuarentena. Cuando sale, lo hace bien protegido, y únicamente para recibir el tratamiento para su dolencia ocular. No abandona el trabajo de su biblioteca, donde laboran otras tres personas, aunque tiene otras dos asistentes que forman parte de su personal, y trabajan desde la casa, en constante comunicación con él.