11 de julio 2020
El errático manejo gubernamental a la pandemia de la covid-19 ha mermado la popularidad del presidente Daniel Ortega; sin embargo, la oposición —aglutinada en la recién formada Coalición Nacional— ha sido incapaz de aprovechar el deterioro del caudillo sandinista, concluye un análisis de The Economist Inteligence Unit (EIU, por sus siglas en inglés).
La prestigiosa firma británica señala que la “falta de un liderazgo fuerte” dentro de la oposición, merma su capacidad para “capitalizar los problemas de los sandinistas”, por lo que “las pérdidas políticas relacionadas con el coronavirus para Ortega no son considerables aún”.
El informe de EIU, propiedad del grupo británico The Economist, basa su análisis en la más reciente encuesta de la firma regional CID-Gallup —publicada a mediados de junio pasado—, que reveló que siete de cada diez nicaragüenses consideran que el Gobierno sandinista no ha enfrentado de manera adecuada la pandemia; además que el Frente Sandinista habría ganado unas elecciones —con un 23%— ante la falta de una unidad opositora y un candidato.
Reformas electorales
“Aunque los resultados de la encuesta sugieren que la Coalición Nacional podría ser competitiva contra el FSLN, en una elección justa en 2021, todavía no hay una perspectiva clara para las reformas electorales necesarias para garantizar el voto. En este contexto, seguimos pronosticando que Ortega, o alguien que él elija para sucederle; continuará gobernando Nicaragua durante el período de 2020 y 2024”, explica la firma, especializada en ofrecer análisis y pronósticos sobre países.
Subraya que la Coalición Nacional “enfrenta una serie de desafíos que incluyen la desunión dentro de sus filas y la ausencia de un líder fuerte”. Aun, superando esas barreras, “es poco probable que compita en forma libre y justa en unas elecciones, dejando al FSLN como la fuerza política dominante en Nicaragua”.
Alerta que “a pesar de que Ortega puede hacer modestas concesiones sobre la reforma electoral, en un intento de legitimar las próximas elecciones; es probable que sean superficiales, ya que el FSLN mantendría el control sobre el Consejo Supremo Electoral, el Poder Judicial y otras instituciones importantes”.
EIU destaca que una de las principales vulnerabilidades del régimen de Ortega es “su exposición” a las sanciones de Estados Unidos, y recuerda que la administración del presidente Donald Trump, ya ha aplicado sanciones a 20 altos funcionarios nicaragüenses, incluyendo a la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo.
Respuesta al coronavirus
El informe indica que la respuesta del Gobierno al brote de coronavirus “ha sido la más débil de toda América Latina”. “El Gobierno no ha impuesto medidas de cuarentena, ni ha cerrado oficialmente sus fronteras. Ortega y (Rosario) Murillo continúan minimizando la gravedad de la pandemia, y no han podido delinear una estrategia para prevenir la propagación comunitaria del virus”.
La publicación apunta que “es probable que el número de casos no reportados sea exponencialmente más alto, dado que el país ha realizado pruebas mínimas”.
Según el Ministerio de Salud (Minsa), Nicaragua registra 2846 casos de coronavirus, mientras que las muertes relacionadas a la covid-19 ascienden a 91. Sin embargo, el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 reporta unos 7893 casos sospechosos y unas 2092 muertes con sintomatología relacionada al coronavirus.
“La falta de respuesta del Gobierno al coronavirus surge del deseo de minimizar la interrupción de la actividad económica”, afirma la firma británica, que recuerda que Ortega en un discurso a la nación, el 15 de abril, Ortega “justificó su decisión de no ordenar un período de cuarentena, argumentando que ‘si el país deja de funcionar, muere’”, por lo que el régimen “ha seguido promoviendo misas, actividades sociales y políticas, en lugar de distanciamiento social”.
EIU resalta que, ante la inacción del Gobierno, el sector privado y los ciudadanos se han encargado de actuar “responsablemente”. “Las escuelas privadas y las universidades han cambiado a clases en línea. Mientras, las empresas del sector formal (si pueden) permiten que los empleados trabajen desde casa y, donde sea posible, han implementado protocolos estrictos de distanciamiento social e higiene para aquellos que debe trabajar centralmente”.
Advierte que, pese a estos esfuerzos ciudadanos, no se puede sustituir una respuesta centralizada del Gobierno. “En este contexto, esperamos que Nicaragua sufra una profunda salud pública y crisis económica en 2020-21”.
Crisis económica
La firma proyecta que para este año el Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua se contraerá un -8.2%; luego de que en enero pasado pronosticará una caída del -1.5%.
“Una recesión económica que comenzó a raíz de una crisis política en 2018 se profundizará significativamente durante el período 2020-21, como resultado del brote de coronavirus”, adelanta EIU.
“La pandemia del coronavirus (covid-19) amenaza con empujar a Nicaragua a su depresión económica más profunda desde la década de 1980”, añade.