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El apasionado observador de aves que falleció por covid-19

El joven Luis Fernando Díaz Chávez fue tres veces al Hospital Militar, pero hasta en la última visita lo internaron. Murió a los cinco días.

Luis Fernando Díaz Chávez caminando por el campo. Foto: Adelayde Rivas.

Yader Luna

28 de junio 2020

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"A dos metros de distancia lo vieron, sin tocarlo y le dieron su tratamiento", recuerda Ana Chávez Molina la visita al Hospital Militar junto a su hijo Luis Fernando Díaz Chávez. Fue el 12 de mayo. Él presentaba una tos seca, cansancio y fiebre alta. Aunque les insistió que tenía antecedentes de asma, lo mandaron de nuevo a su casa.

Con los días fue empeorando, volvió al hospital y de nuevo le recetaron medicamentos para tratarse en casa. En ese momento, decidió ver a un médico privado, que le mandó a hacerse unas placas y le dijo que su situación era crítica. Como pudieron consiguieron dinero para un tratamiento costoso.

"De repente empezó a mejorar, pero de un momento a otro se puso mal y nos dijeron que necesitaba oxígeno. Buscamos por todos lados, pero no pudimos encontrar, así que decidió que volvería al Hospital Militar donde estaba asegurado", explica Ana.

Lo dejaron internado y cinco días después, el tres de junio, le informaron que había fallecido. Ana siente impotencia porque no sabe qué pasó durante esos días que estuvo hospitalizado, porque nunca volvió a hablar con su hijo.


"Todos los días a las tres de la tarde me llamaban para darme información sobre su estado de salud y me decían que estaba estable, que estaba mejorando. Incluso el mismo tres de junio que falleció a las tres de la tarde me dijeron que se estaba recuperando", dice. Pero a las siete de la noche recibió la trágica noticia.

"Mi hijo podría haber vivido"

Para su madre es doloroso perder al menor de sus dos hijos. Pero sobre todo quedarse con la "incertidumbre" de "no saber qué tanto hicieron por salvarlo".

"Estoy segura que mi hijo podría haber vivido, si lo hubieran atendido desde el principio, y no nos hicieran perder tantos días sin darle atención", lamenta.

"Luis siempre ayudaba a su madre", explican sus amigos. Foto: Oswaldo Saballos.

Luis Fernando Díaz Chávez tenía 31 años y aunque de niño había sido asmático se había "sanado" desde los seis años. Volvió a presentar síntomas de asma en 2013, cuando falleció su padre. "Pero ya estaba bien", insiste su madre.

Un biólogo apasionado de las aves

Luis estudió biología en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua). "Su tesis fue de excelencia con 96 puntos y era sobre las aves, que era su pasión", relata su madre.

Todavía como estudiante en un proyecto lo conoció el profesor de biología y ornitólogo, Marvin Tórrez, coordinador de la Estación Biológica Roberto Zarruck de la Universidad Centroamericana (UCA). Lo recuerda como un joven de pocas palabras, pero honesto, directo y apasionado.

"Se fue ganando su espacio por su capacidad como biólogo. Era enfocado, tanto que aprendió a identificar a los pájaros por su cuenta, sin una gran tecnología, con solo escuchar su canto", explica.

Recuerda que cada vez que ganaba dinero, lo usaba para ayudar a su madre, con quien vivía, o para comprar algo para la observación de aves.

"Siempre haría lo que fuera necesario para obtener las guías de aves más nuevas o más recientes. Nunca gastaría dinero en algo frívolo; dedicaría sus fondos a la observación de aves o a su madre. Ahorró durante mucho tiempo y finalmente pudo comprar un telescopio de observación de aves", rememora.

Tórrez recuerda que muchas veces realizó caminatas intensas en bosques y nunca lo escuchó cansado, a pesar de que alguna vez padeció asma. "Parecía tener una resistencia de acero", expresa.

Evoca que su amigo trabajó en un equipo de evaluación de biología con la ONG Centro Humboldt, que fue a la Reserva Biológica Indio Maiz después de los incendios forestales en 2018, que causaron muchos daños a esta importante reserva y que precedieron a la Rebelión de Abril hace dos años.

Su madre era su vida

Sarah M. Otterstrom, directora ejecutiva de Paso Pacífico, una organización sin fines de lucro que restaura y protege los ecosistemas de la vertiente del Pacífico de Mesoamérica, recuerda a Luis como "un hombre gentil con grandes sueños".

"Luis siempre estuvo dispuesto a viajar al campo para realizar investigaciones o para apoyar nuestro programa de educación ambiental, llevando a los niños en viajes de observación de aves. Era paciente y amable con los niños, y su tono de voz suave y su actitud gentil hicieron que los niños de las zonas rurales se sintieran seguros cuando recogieran los binoculares por primera vez. Luis ayudó a entrenar a más de 500 niños en la observación de aves", detalló en un texto que escribió como homenaje.

Además destaca que este joven era un gran fotógrafo de aves y "siempre llevaba su cámara a cuestas". "Él fue extremadamente generoso con sus fotos y las donó a Paso Pacífico para nuestro uso".

Menciona que trabajaba en una guía de aves rapaces de Nicaragua, con su colega Oswaldo Saballos. Desde Paso Pacífico planean continuar con este proyecto, "con Luis Fernando como coautor".

Una colecta para su familia

Luis vivía en el Reparto Shick de Managua junto a su madre, su abuela y una numerosa familia. Desde que iniciaron las protestas en 2018, el trabajo en Paso Pacífico "disminuyó".

"Aunque Luis quería trabajar en la investigación y conservación de aves, decidió tomar un trabajo como profesor de ciencias de la escuela secundaria para tener un ingreso estable suficiente para tener dinero para su madre. Todavía trabajó en proyectos de investigación y observación de aves con Paso Pacífico, durante los períodos de vacaciones y fines de semana", recuerda Sarah M. Otterstrom.

Luis Fernando podía identificar a veces con solo escucharlas cantar. Foto: Marlon Sotelo / Paso Pacífico

Su colega y amigo, Oswaldo Saballos, lo recuerda con "una personalidad tímida y temerosa, probablemente por haber crecido en un lugar muy peligroso".

"Luis y yo pasábamos horas practicando llamadas de pájaros y canciones, escuchando y reproduciendo para asegurarnos de que conocíamos los sonidos. Era obsesivo al aprenderlos", indica.

La directora de Paso Pacífico explica que su "arrepentimiento personal fue no contratarlo a tiempo completo". Sin embargo, decidieron iniciar una colecta, a través de GoFundMe, para ayudar a su madre.  La meta es de diez mil dólares y pueden donar en este enlace.

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Yader Luna

Yader Luna

Periodista nicaragüense, con dos décadas de trayectoria en medios escritos y digitales. Fue editor de las publicaciones Metro, La Brújula y Revista Niú. Ganador del Grand Prize Lorenzo Natali en Derechos Humanos.

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