26 de junio 2020
La nueva Coalición Nacional opositora, que busca sacar de la Presidencia de Nicaragua al exguerrillero Daniel Ortega, pasó este jueves de una declaración de intereses a un hecho concreto, sin embargo, su éxito dependerá de algunas claves, explicadas a Efe por el coordinador de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), Carlos Tünnerman.
Paso histórico
De acuerdo con Tünnerman, un exministro de Educación, exdiplomático, y prominente intelectual nicaragüense, la coalición conformada por cuatro partidos políticos y tres organizaciones civiles que representan los más diversos intereses, "es un paso histórico e inédito en el país", que abre las puertas a una nueva forma de hacer política en Nicaragua, que no incluirá exclusivamente intereses partidarios.
Unidad
Desde hace cuatro meses la Coalición Nacional reúne a activistas, políticos, académicos, estudiantes, empresarios, campesinos, trabajadores, feministas, indígenas, afrodescendientes, y jóvenes. No obstante, hay sectores estudiantiles y pequeños partidos políticos que han quedado fuera por decisión propia.
Esto se traduce en varios retos. El primero, mantener la unidad de sus integrantes, uno de los cuales, la propia Alianza, presentó dudas hasta el último momento. Otro reto es sumar a los que están fuera, y el tercero, captar el interés de más del 64 % de personas que se definen como indecisas o sin partidos, según la más reciente encuesta de Cid Gallup.
Organización
Otra clave será la organización. Según Tünnermann, la Coalición tendrá un Comité Nacional conformado por tres representantes de cada agrupación. Los estatutos indican que los cargos serán rotativos, y los delegados deberán representar de manera efectiva a sus organizaciones o zonas geográficas.
Además, se creará la Asamblea Consultiva, Consejo Asesor, Secretaría Ejecutiva, Secretaría Financiera, Asesoría Jurídica, y Comisiones de Trabajo.
Luchas
Para Tünnermann, el objetivo de conseguir elecciones “justas, libres, transparentes y observadas”, a través de profundas reformas electorales, debe ser acompañado por otras “luchas”, como el restablecimiento de los derechos constitucionales, o el respeto de los derechos humanos.
Resaltó que “es importante seguir luchando por la liberación de todos los presos políticos (cerca de 90)”.
Contrato social
Es el principal producto de la Coalición Nacional. De acuerdo con Tünnermann, “es un plan de país para varios Gobiernos sucesivos, el problema que ha tenido Nicaragua es que todos los proyectos son de cinco años”.
“Queremos diseñar un plan de nación o nuevo contrato social, para el desarrollo humano, equitativo y sostenido de Nicaragua”, explicó.
Gobierno legítimo
Además de un proceso electoral en el tiempo más corto posible, la clave estará en garantizar un “Gobierno legítimo”, insistió Tünnermann.
Esto se debe a que Ortega, al verse obligado por los nicaragüenses y por la comunidad internacional a realizar elecciones “justas, libres, transparentes, y observadas”, podría optar por suspender los comicios o recurrir a algún artilugio para mantener el poder, pero eso no le daría legitimidad.
Un Gobierno elegido democráticamente, que no rompa el orden constitucional, y que obedezca el proyecto de nación, garantizará su legitimidad y tendrá más posibilidades de dar a Nicaragua los cambios que su población aspira desde el levantamiento popular contra Ortega en 2018, concluyó Tünnermann.