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El boom de los servicios funerarios en Nicaragua

Demanda se triplicó en mayo: aumentan pedidos de ataúdes y en un cementerio hubo diez veces más entierros por día

Taller y bodega de Funeraria L.A. donde antes de mayo mantenían 400 ataúdes en existencia. Hoy solo quedan 40 y están fabricando nuevos para cubrir la demanda por la pandemia. // Foto: Reproducción | Esta Semana

Iván Olivares

22 de junio 2020

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Mientras la mayor parte de las empresas de Nicaragua sufre por los efectos económicos de la epidemia de covid-19, que vino a sumarse a la crisis política que sufre el país desde abril de 2018, hay un rubro que no solo se mantiene en pie, sino que ha aumentado sus ventas: el que presta servicios funerarios, lo que incluye a los fabricantes de ataúdes.

Unas 60 empresas funerarias en todo el país, y decenas de fabricantes de ataúdes, entre abril y junio experimentaron un crecimiento dramático de 150% y más, en algunos casos.

Antes del mes de marzo, “el número de servicios era relativamente normal. Unos cinco o seis servicios  funerarios diarios por distintas causas, que no ameritaba contratar más personal, o comprar determinados elementos, como trajes, gafas, alcohol”, etc., dijo a CONFIDENCIAL Evel Zúniga, apoderado general de Funeraria la Católica y la Auxiliadora.

A partir de abril, y especialmente en mayo, que es la fecha con mayor movimiento en cuanto a solicitudes de ataúdes, pasaron de 60 servicios al mes, a 150 y 160, y alrededor de 12 a 15 servicios diarios, detalló.


La experiencia de Denis Reyes, gerente de Mercadeo y Ventas de Funeraria Monte de los Olivos, no difiere mucho de la de su colega. Reyes recuerda que antes, lo ‘normal’, era brindar dos o tres servicios al día. Eso cambió de forma incontrolable en mayo “un mes impresionante para nosotros en la cantidad de demanda que tuvimos. Se duplicó, se triplicó. De dos a tres servicios diarios, pasamos a atender hasta diez en un solo día”, refirió.

Garit Estrada Herrera, asistente de gerencia de Funeraria L.A., recuerda que antes que la crisis sanitaria comenzara a segar vidas, en esa funeraria podían llegar a venderse unos tres ataúdes al día, con un acumulado semanal de hasta diez unidades. Ahora, pueden llegar a vender, cinco a seis ataúdes en un día, y hasta 15 a 20 cajas por semana.

La Funeraria La Católica y la Auxiliadora, con seis décadas en el mercado, solo registra otras dos épocas en las que tuvieron que atender tantas defunciones. “Estamos hablando en la historia del terremoto, o de los 80 por la crisis de los materiales, la guerra. Creo que son las épocas con más auge, y ahora, con esto de la pandemia, del coronavirus”, compara Evel Zúniga.

Sin lugar a la duda: fue la covid-19

Por su naturaleza, los servicios funerarios son de los pocos negocios en los que no se ufanan de celebrar públicamente su rentabilidad y los buenos resultados económicos.

Denis Reyes resume el sentir de la industria, al señalar que “pareciera irónico lo que voy a decir, pero nosotros quisiéramos que esto volviera a la normalidad, pues vemos el dolor de las familias, y es una situación bastante difícil lo que estamos pasando… el mundo entero, no solo Nicaragua. El mundo entero”.

Aunque la narrativa oficial indica que, hasta el pasado martes 16 de junio, en Nicaragua solo 64 personas habían fallecido a causa de la pandemia, la mayor parte de las centenares de honras fúnebres que debieron atender las funerarias, tienen por nombre, la abreviatura más temida del siglo XXI: covid-19.

Tres hombres viajan sobre una camioneta que traslada un ataúd hacia un cementerio en Managua, para un sepelio exprés. Foto: EFE/Jorge Torres

Reyes explica que la mayoría de servicios que atendieron en Monte de los Olivos fue “por neumonía. Hubo casos que estuvieron registrados en su acta de defunción, que decía covid-19, pero la mayoría fue por alguna causa respiratoria, y nosotros, de manera responsable, tuvimos que aplicar el protocolo, por protección a la familia, y nuestra también”.

“Es más, la misma familia, si era neumonía atípica, adquirida en la comunidad, nos pedían un ataúd de madera, con una caja hermética”, añadió.

Garit Estrada, de Funeraria L.A., achacó el incremento “a la pandemia. Al alto contagio que tiene este virus, y pues, a que desgraciadamente, no se han tomado todavía medidas de precaución, aunque hay gente que voluntariamente se está quedando en su casa, y toma sus medidas”.

Explicó que si el acta de defunción cita una dolencia respiratoria como causa de la muerte, “lo catalogamos como un posible coronavirus, y tomamos medidas. Se lo decimos al cliente, porque ha habido casos, donde la gente piensa que no es el virus lo que causó la muerte de la persona, y le pedimos permiso para usar trajes de protección, porque a veces la gente se molesta”.

Zúniga, por su parte, dijo que las estadísticas que recopila la empresa muestran que, en la mayoría de los casos, “los hospitales solo han puesto neumonía atípica, o a veces, infarto”.

Construyendo más ataúdes

Mientras crece la necesidad de servicios funerarios, aumenta también la de ataúdes, al punto que igual está creciendo el número de fabricantes de féretros.

Uno de los recién llegados es el ingeniero industrial Ricardo López, cuya experiencia de más de una década en la manufactura de muebles, le sirvió para comenzar a fabricar ataúdes, actividad a la que llegó después de quedar en el desempleo, pero también por casualidad.

“La fábrica donde yo trabajaba cerró, y quedamos unas 140 personas en el desempleo. Muchos de los carpinteros que trabajaban conmigo me sugerían incorporarnos al negocio, pero a mí no me gustaba tanto”, relata a CONFIDENCIAL.

“Un día me llamaron de una funeraria, preguntando si era cierto que estaba vendiendo ataúdes, y les dije que no. Al día siguiente, me llamaron de otra funeraria con la misma consulta, y dije que no”. Cuando la tercera funeraria lo llamó, les dijo: “Te voy a hacer el presupuesto”, rememoró.

ataúdes covid-19

Muchas funerarias han tenido que encargar más ataúdes por la alta demanda. // Foto: Reproducción | Esta Semana

La tercera funeraria aprobó el presupuesto y empezaron a trabajar, fabricando primero una muestra, y al recibir el aprobado, una tanda de diez unidades. La siguiente semana sacaron otra tanda de diez unidades, y aunque al momento de efectuar la entrevista esperaban firmar un contrato para fabricar entre 60 a 80 unidades, al final, firmaron por 150 féretros.

Los datos que compartió Estrada, de Funeraria L.A., van en la misma dirección que los que ofreció López, cuyas existencias de 400 cajas en bodega, se redujeron a 40.

Explica que ellos fabrican ataúdes para otras funerarias, y para personas que “los compran en cantidades, para comenzar su negocio”.

Las existencias se redujeron a ese nivel, dado que si antes su taller producía diez a quince ataúdes diarios, la demanda creció al punto que “casi está llegando a las 25 cajas diarias, listas para vender, y también hemos incrementado la producción en bruto de las cajas”, reveló.

Zúniga, de la Católica y la Auxiliadora, que también fabrica sus propios ataúdes, dijo que tuvieron que contratar personal adicional para trabajar en su taller de fabricación en serie.

Se disparan precios de los insumos

Un aumento de la demanda, en un contexto en el que no crece la producción de materia prima, dio como resultado un aumento en los precios al que las ferreterías venden la madera y demás elementos necesarios para fabricar un féretro.

Evel Zúniga, de la Católica y la Auxiliadora, aseguró que sí hay material disponible, pero “los precios de la materia prima - madera, pintura- se han incrementado en 50%, más o menos”.

Garit Estrada, de la Funeraria L.A., explicó que “ahorita, por la demanda que ha habido, de demasiados ataúdes, los precios han incrementado, y eso ha hecho que el valor de la caja sea el doble”.

Similar predicamento tiene Ricardo López, quien refiere que “la mayoría de lugares que venden materia prima a precios justos y accesibles, están colapsados. No tienen materiales. Hay ferreterías en las que normalmente yo podía comprar 400 láminas, sin problemas. Ahora, hallar 30 láminas de fibrán, o de plywood, casi es misión imposible”.


Diez veces más entierros por día

El reporte mensual de un cementerio de Managua, al que tuvo acceso CONFIDENCIAL, muestra que un 40% de los fallecidos, según las actas de defunción emitidas por el Ministerio de Salud, tienen una enfermedad respiratoria como causa de muerte, lo que coincide con la denuncia hecha por personal médico de que la política del régimen es enmascarar las muertes sospechosas de covid-19.

Personal que labora en ese cementerio y pidió resguardar su identidad por temor a represalias, comentó que en mayo creció la cantidad de sepelios. Las ceremonias fúnebres con toldos, café y bocadillos quedaron atrás y la carga de trabajo es tal, que creció el número de trabajadores y el uso de retroexcavadoras.

Si antes laboraban de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, ahora tienen una jornada más agitada por las noches y madrugadas. Si antes atendían uno o dos entierros al día, la cifra se quintuplicó en el último mes, mientras que en los primeros días de junio llevaban más de 30 entierros.

Un trabajador que se encarga de recoger los cuerpos en los hospitales para trasladarlos al cementerio, ha visto que si la persona fallece por la tarde o noche, la orden es entregar el cuerpo hasta la mañana siguiente “para reducir el número de entierros nocturnos que se han visto en los medios y en las redes”, supuso.

Otro cementerio de la capital cerró mayo con casi 300 servicios prestados, lo que casi multiplica por 10, el número de sepelios por día.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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