22 de junio 2020
La dispersión de la “verdadera” oposición al régimen de Daniel Ortega en unas eventuales elecciones generales solo garantiza la permanencia de la dictadura, por lo que se necesita una mayoría contundente para “desmontar” lo que el orteguismo ha construido en los últimos 13 años, coinciden los economistas Edmundo Jarquín y Enrique Sáenz, al analizar los resultados de la última encuesta de Cid Gallup.
El potencial de la unidad nacional “es gigantesco”, señaló Jarquín. Pero si solo se trata de derrotar a Ortega en las próximas elecciones; entonces, él “seguirá gobernando desde abajo”, ya que el control político que tiene en los diferentes poderes del Estado se lo permite. “Yo creo que desde esa perspectiva se trata de desmontar la dictadura” y para lograrlo es necesario “aplastarlo electoralmente”, dijo.
A criterio de Sáenz, la oposición además de trabajar en la unidad debe fortalecer la confianza en los líderes y las organizaciones, ya que el 64% del electorado no simpatiza con ninguna corriente política y hay que “saber interpretar sus preocupaciones y acercárseles”, dijo. El desafío está en “juntar a las fuerzas comprometidas con el cambio democrático, porque una cosa es ser opositor a Ortega y otra es querer un cambio democrático”, subrayó.
Ambos analizaron, durante una entrevista en el programa Esta Semana, la encuesta más reciente de la firma regional CID-Gallup, realizada entre el 15 de mayo y el ocho de junio, en la que siete de cada diez nicaragüenses consideran que el Gobierno de Ortega no está actuando de manera adecuada para enfrentar la pandemia; y si las elecciones fueran hoy, solo un 23% votaría por el Frente Sandinista, pero el partido ganaría la elección a falta de una unidad opositora y de un candidato unitario.
Partidos “contaminaron” la Coalición
A Jarquín y Sáenz, quienes son coautores del libro: “Nicaragua: el cambio azul y blanco”, que se presentará el martes 30 de junio no les sorprendió “en lo absoluto” que en la encuesta de CID-Gallup dos tercios de los encuestados no muestren ninguna simpatía política por algún partido político. Según Sáennz, el actual debate político, centrado principalmente en las reformas electorales, no incluye los problemas que preocupan a la ciudadanía como: el desempleo, la pobreza o la pandemia de la covid-19. Otro factor que le ha restado puntos a la oposición es que al momento en que anunciaron la Coalición Nacional, hace cuatro meses, incorporaron a varios partidos políticos “que la mayoría de la población rechaza desde hace varios años”, dijo el economista. Entonces, “meterlos a todos en el mismo saco los contaminó”. También se contaminó la agenda porque ahora para una persona desempleada “todos son más de lo mismo”, subrayó.
El debate sobre la encuesta de Cid Gallup coincide con un conflicto surgido en el seno de la Coalición Nacional, en el que la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia pidió “más tiempo” para analizar los estatutos que han venido discutiendo en la Mesa Multilateral y adjudicó el impase al litigio que surgió en el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), después de unas cuestionadas elecciones de sus cargos directivos.
En un comunicado emitido la noche del viernes advierten que la disputa en el PLC, que ahora se encuentra en manos del Consejo Supremo Electoral (CSE), tendrá “consecuencias imprevisibles”. Esta situación “no favorece en nada” a la Coalición Nacional explicó el presidente de la Alianza, Carlos Tünnermann, y aunque “el dedazo” en el PLC no es algo nuevo, ellos se comprometieron a promover “la justicia y la democracia a nivel interno”, dijo.
Violeta Granera, de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), advirtió que el pronunciamiento de la Alianza Cívica sorprendió a todos los integrantes de la Coalición, ya que fue la Alianza Cívica la que promovió la inclusión de los partidos políticos cuando la UNAB se inclinaba por presentar una Coalición formada solo por las organizaciones nacidas a raíz de la Rebelión de Abril.
“Nos parece sorpresivo, pero también muy peligroso estar atrasando procesos que son urgentes”, dijo Granera.
El Movimiento Campesino, por su parte, anunció su retiro de la Alianza Cívica denunciando que “nunca nos han visto como parte de la misma” y que en reiteradas ocasiones “se han tomado decisiones sin tomar en cuenta a nuestros delegados”.
En un comunicado afirman que “de manera objetiva y urgente” dedicarán sus esfuerzos a la atención del propio Movimiento Campesino y a la “construcción” de la Coalición Nacional.
Unidad con la comunidad internacional
Jarquín advirtió que para lograr el cambio político que se busca en Nicaragua es necesario mantener la confianza de la comunidad internacional, pero esa confianza depende en gran medida “de la unidad que tenga la verdadera oposición”. Precisamente, el pasado 18 de junio el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, solicitó la convocatoria del Consejo Permanente bajo el artículo 20 de la Carta Democrática para dar seguimiento al tema de Nicaragua.
“Yo creo en la unidad de la oposición nacional con la comunidad internacional”, señaló Jarquín. Estos pronunciamientos de la OEA y el Senado de los Estados Unidos van a derivar en acciones en contra del régimen de Daniel Ortega, para que hayan “elecciones transparentes el próximo año”, subrayó.
Mientras tanto, Sáenz insistió en que lo primordial es “la unidad”, pero esa unidad debe hacerse en torno a principios democráticos y luego se pensará en una casilla electoral, de momento “no hay ninguna casilla segura, todas las casillas dependen de la voluntad de Ortega”, dijo.