16 de junio 2020
En la actualidad es imposible encontrar temas para un comentario sin tomar en cuenta a la pandemia del covid-19. No se pueden ignorar las torpezas de Trump, las burdas imitaciones del brasileño Bolsonaro ni las de los dictadores nicaragüenses. Sería como ignorar el racismo sistémico de los Estados Unidos y su natural producto, la violencia.
Tampoco se puede comentar nada de la actualidad, sin decir algo que no tenga relación con los multimillonarios presupuestos para armas de guerra, en contraste con los enanos presupuestos para la salud pública, un mal de caso todos los gobiernos del mundo.
Hasta los dolores de muelas que esta crisis económica y social les provoca a los más ricos de la Tierra y en los más ricos de los países pobres, es otro tema presente, e imposible de ser ignorado.
Esos dolores son porque desde el comienzo de la pandemia se conoció la debacle de la macroeconomía, lo cual reveló el completo desamparo los de sistemas de salud pública de los países desarrollados, pues estos siempre priorizaron la economía en detrimento de la salud humana. Y, más que todo, por la aplicación de la medicina con sentido comercial y no humanista, como se supone es su misión original.
Todos esos temas son motivos suficientes para que sigan causando la preocupación de los afectados en los países ricos y de toda la humanidad contraria a los intereses pregonados por los portavoces de las injusticias, de las causas innobles que provocan las discordias internacionales y del nunca amainado afán de las injerencias en contra de las autonomías e independencias de los países pobres.
Pero nada de eso le niega su importancia a los subproductos políticos que de esos serios temas se derivan, como, por ejemplo:
I
La población de la desdichada Nicaragua, ahora está siendo presa del coronavirus, como si fuera poco, después haber sido presa también de colonizadores, interventores y dictadores criminales.
Doloroso récord, asociado hoy al engaño de tener que costear la vagancia de un montón de politiqueros que en la Asamblea representan a los dictadores… “en nombre” de los nicaragüenses.
A ese escarnio contra la mayoría del pueblo, sumaron otro consistente en que, a la par de que no les ha importado la salud de la población atacada por el covid-19, le dieron prioridad al acuerdo que permite el ingreso de varios ejércitos extranjeros a practicar ejercicios bélicos, como si la pandemia se combatiera a balazos.
Pero ni los parásitos seudoparlamentarios , ni sus patrones del Gobierno piensan que eso sea posible, pero que prioricen lo militar y se olviden de la salud, no es un hecho casual.
En verdad, priorizan lo militar sobre la salud, pero cuidan de la salud de la dictadura… ¡porque la dictadura solo puede defenderse a balazos!
II
Los despidos que los dictadores están haciendo de los médicos y otros trabajadores sanitarios de los hospitales públicos, y entre ellos muchos especialistas, es una prueba más de su desprecio por la salud humana.
La represión contra los médicos, tiene sus raíces durante la campaña electoral de 2016, cuando el candidato Daniel Ortega, aliado con Gustavo Porras, un individuo que hizo su incursión en el orteguismo desde las filas de la juventud somocista, juntos planificaron cómo domesticarían a los sindicatos y a Fetsalud con métodos mafiosos.
Veamos: con fecha 18 de octubre, por órdenes de Ortega, Porras le escribió a Iris Montenegro, dirigente de Fetsalud en Managua, dándole orientaciones acerca del trabajo represivo y domesticador de este organismo, para cuando alcanzaran la presidencia. Nada raro, pero muy malo, porque durante los trece años lo han venido cumpliendo:
- “… tanto nuestros sindicatos (del FNT) como los que pertenecen a otros grupos políticos que hemos logrado neutralizar (…) serán activados en contra nuestra cuando estemos en el gobierno y por tanto jugarán un papel beligerante como nosotros hemos tenido que jugar durante 16 años.
- “Para disminuir esta posibilidad tenemos que seguir en la tarea de plegar esas fuerzas sindicales alrededor de nuestra estrategia de lucha como lo hemos venido haciendo desde hace varios años”.
3) “Debemos continuar la tarea de lograr que Fetsalud disminuya su beligerancia, para que, al estar en el gobierno, contemos con una fuerza sindical adormecida y que apoye los planes y estrategias del MINSA que será administrado por nuestro partido…”
Por la experiencia de todos los nicaragüenses –de los orteguistas primero que nadie— sabemos que sus mafiosos propósitos los han logrado con creces más allá del ciento por ciento, en los últimos trece años.
Y ese porcentaje extra de represión mafiosa en el Minsa contra la propia Fetsalud, lo están extendiendo hacia los médicos que están siendo despedidos, por el único motivo… ¡de hacer “protestas que no (son) convenientes para el Gobierno”!
Tal como en lo expresó Porras en su carta mafiosa, Fetsalud no solo está mediatizada, sino también sirviendo a la dictadura como instrumento para la represión. Los dirigentes del resto de sindicatos orteguistas, los han integrado a la mafia sindical porristas.
III
Donald Trump, parece dar palos con los ojos vendados, igual que en una piñata y, con un odio de fascista los tira para todos lados, buscando a quien echarle la culpa de la violencia racial y de los estragos del covid-19 en su país.
Uno de esos locos garrotazos lo dio cuando dijo que la violencia en protesta por el asesinato de George Floyd, estaba siendo agitada y financiada por agentes de Cuba, Venezuela, Haití, Honduras y Nicaragua.
Tal locura, ni Carlos Alberto Montaner la creyó, lo cual es mucho decir. Pero, a don Fabio Gadea, se le salió lo Pancho Madrigal, y le dio la razón a Trump, porque tiene que proteger su democracia ante el peligro de que esos… ¡cinco poderosos imperios “socialistas” establezcan una dictadura sobre los pobres Estados Unidos!
¿Será, don Fabio, que los “socialistas” de este siglo desean vengarse de los Estados Unidos por sus innumerables intervenciones político-militares de siglos pasados en contra de los pueblos de América y el Caribe? A lo mejor es cierto. Quién sabe… ¿verdad, don Fabio?
IV
Trump, cual brujo de los pueblos primitivos que le echaban la culpa de las pestes a lo primero que les ocurría, insiste en culpar a China de haber dejado “escapar” el coronavirus de un laboratorio en Wuhan, para causar daños a las democracias.
El peligro está en que este brujo tiene poder atómico, por eso amenaza a China y al mismo tiempo agría su relación/competición comercial con sus habituales sanciones al estilo imperial.
V
Siempre en China. Durante las manifestaciones violentas en Hong Kong, se enarbolan banderas de Inglaterra y de los Estados Unidos. ¿Por qué? No sé. Pero bien pudiera no ser por una casualidad, sino por una causalidad... de esas muy propias del imperio-padre y del imperio-hijo. Y ambos están al rescate de la autonomía de Hong Kong.
¿Pensarán que el mundo considera sinceras sus lágrimas por la autonomía de Hong Kong… ¡después de que los ingleses lo colonizaron durante 155 años!?
Ya vemos cuántas muertes, y otras cosas menores y no tan menores, pero bastantes podridas, se están derivando de la pandemia del coronavirus.