14 de junio 2020
El Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua sumó este domingo seis semanas sin publicar el Boletín Epidemiológico que monitorea el comportamiento de ocho enfermedades endémicas que incluyen la neumonía, el dengue, la malaria, y el zika. La suspensión, que ocurrió sin aviso ni explicaciones, se registra desde la semana epidemiológica número 18 en medio de la pandemia de la covid-19. La censura del Minsa a la información pública impide que los especialistas en Salud Pública y epidemias hagan análisis, proyecciones y recomendaciones sobre la situación epidémica del país, que se agudizó con la llegada del SARS-CoV-2. “Estamos a ciegas”, lamentan.
“Ellos rápidamente se dieron cuenta del “error” que estaban cometiendo al dar información oficial y abierta a la ciudadanía, porque los boletines estaban siendo usados para que la gente analizara, interpretara e hiciera críticas y ahora no van a poder porque la información ya no está pública”, afirma el epidemiólogo, Álvaro Ramírez.
El último Boletín que se publicó corresponde a la semana 18 de este año, que comprende el período del 27 abril al tres de mayo. En ese reporte se confirma un comportamiento anómalo en la letalidad de las neumonías, que varios especialistas han advertido que se tratan de neumonías por covid-19. Además, muestra datos alarmantes del incremento de malaria y mantiene la amenaza del dengue que se elevó desde 2019 en el país.
El epidemiólogo Rafael Amador considera que “la suspensión no tiene ninguna justificación, a menos que el sistema de salud no haya tenido la capacidad para mantener la situación de vigilancia cotidiana del país y de la del covid-19”. A su juicio, esto entonces confirmaría que hay un problema no admitido en “lo que siempre han dicho de que tenían un sistema robusto”.
Murillo no puede sustituir Boletín Epidemiológico
Desde que la publicación del Boletín Epidemiológico se suspendió, la vicepresidenta y vocera del Gobierno, Rosario Murillo, es quien informa sobre el comportamiento de las epidemias. Sin embargo, los datos que anuncia son antojadizos, a veces habla sobre la cifra porcentual y otras da el número real.
“Si los datos se publican parcialmente, por otro funcionario que no es del Ministerio de Salud, esa información no es comparativa con la emisión de un Boletín Epidemiológico”, señala la doctora Josefina Bonilla. La salubrista e integrante del Comité Científico Multidisciplinario, argumenta, además, que “todo esto está reglamentado, son normativas también internacionales”.
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“Eso alternativo”, advierte, sobre el monólogo de la vicepresidenta, “yo no lo tomo con la seriedad que debo tomar el Boletín”.
Sin embargo, aunque el Gobierno suspendió la publicación de este informe, los datos esporádicos que comparte Murillo confirman el comportamiento alarmante de las epidemias que se veía reportando en las semanas previas. El pasado ocho de junio, Murillo dijo que los casos de fallecimiento por neumonía siguen aumentando, al igual que los casos de malaria.
“Gracias a Dios tenemos 16 % menos de casos (de neumonía), pero desgraciadamente 54% más de fallecidos que el mismo período del año pasado”, dijo. La cantidad en específico sobre esto se desconoce, porque incluso el Boletín número 23 de 2019, que corresponde a esa fecha, no fue publicado en el sitio web del Minsa.
“Que (Murillo) dé este ese tipo de dato está bien, pero el Boletín es necesario porque con él salen todos los datos para hacer más análisis”, reclama un analista del Comité Científico, que pide omitir su nombre.
“En el caso de las neumonías lo que nosotros hicimos fue procesar los casos nuevos y hacer un análisis de cómo se distribuyen y eso solo es posible con los datos del Boletín propiamente. De manera oral no es posible”, agrega.
Sin datos epidemiológicos, no se pueden tomar decisiones
Las cifras brindadas en el Boletín Epidemiológico y en las salas del Sistema Local de Atención Integral de la Salud (Silais) son fundamentales para que los médicos especialistas y los tomadores de decisiones puedan ofrecer soluciones y destinar fondos a emergencias epidémicas como las tres que enfrenta el país: covid-19, dengue y malaria.
“Ya habíamos tenido retrasos en la publicación, pero yo no recuerdo períodos tan prolongados y menos durante una epidemia. (…) En realidad los sistemas de vigilancia en tiempos de epidemia son reforzados, a veces se trae gente de los niveles locales a apoyar o se contrata más personal. Esa es la forma de actuar correcta, para que no caiga ninguna falla”, señala la doctora Bonilla.
En el contexto de la pandemia, los datos también servían para identificar los lugares donde estaba ocurriendo los brotes de la epidemia, por ejemplo, en los casos de neumonía por la covid-19. Esto aportaba al contexto porque el Gobierno de Daniel Ortega ha limitado la información sobre los casos relacionados al nuevo coronavirus.
“Era de mucha utilidad porque nos estaba alertando sobre cómo la letalidad de las neumonías estaba aumentando en las últimas semanas. También, los datos de los Silais nos servían para ver cómo estaba comportándose (el virus) y cómo se multiplicaban los casos en los territorios. Y nos servían para intentar establecer un diálogo con el Ministerio de Salud usando los mismos datos ellos compartían”, dice el analista que pidió no ser identificado.
Aumento exponencial de malaria
Los datos del Boletín también alertaron que, hasta el 3 de mayo pasado, los casos de malaria sufrieron un incremento del 154% respecto a la misma fecha del año anterior, al pasar de 4808 a 12 210 en la semana número 18. Este comportamiento es alarmante porque según el anuario epidemiológico de 2019, la suma total de malaria vivax y falciparum de ese año fue de 13 219 y según informó Murillo, en el último reporte que leyó, en los primeros cinco meses del 2020, Nicaragua acumuló 14 614 casos.
“El caso de la malaria ha venido en expansión(,) y es muy riesgoso que se está expandiendo y que tome territorios en los que antes no estaba el parásito, entonces hay que tener ese análisis actualizado sobre todo en este momento de confluencia epidemiológica por el inicio de las lluvias”, dice el analista que pidió no ser identificado.
Otro dato alarmante que fue revelado en los boletines del Minsa es la repetición del año pasado del comportamiento del dengue. Según la última actualización epidemiológica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 2019 Nicaragua encabezó la lista de países con mayor incidencia de dengue en las Américas con 2 962 casos por 100 000 habitantes.
“A pesar de ser uno de los países que más esfuerzo realiza —porque hay que reconocer que el ministerio realiza un gran esfuerzo—, sigue siendo uno de los países que más incidencia tiene y eso en este año, al menos una semana 18, se estaba repitiendo. Si tenían los altísimos casos de dengue sospechoso el caso es que no tenemos esa información”, señala.
El desconocer los datos epidemiológicos también podría repercutir en esta época de lluvias porque es cuando hay aumentos de enfermedades que se asocian al invierno como las de infección respiratoria aguda (I.R.A), zika y chikungunya.
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