3 de junio 2020
Las emergencias respiratorias en el hospital donde trabaja desde hace una década la doctora “Rosita”, empezaron a aumentar considerablemente a finales de abril.
“Empezaron a llegar muchos casos con síntomas similares a la covid-19 y hasta traslados masivos de otros municipios cercanos al hospital”, dice la profesional de la Salud que prefiere no decir cuál es el hospital por temor a sufrir represalias. Su temor, detalla, no es una exageración. Cada día, tanto ella como el resto del personal médico, recibe amenazas de la Dirección.
En las semanas inmediatas a Semana Santa, a ella y sus colegas les decían que deben continuar en el hospital, a pesar de que se burlaban de ellos si llegan con mascarillas o trataban de protegerse. "Nos dicen que ni se nos ocurra hablar con nadie sobre lo que pasa dentro del hospital”, agrega.
Cuando reclaman por la falta de insumos para protegerse ante la pandemia de covid-19, simplemente los ignoran. “Nos dicen que dejemos de protestar, nos amenazan que no hablemos con nadie y nos recetan la calle cada vez que reclamamos. Nos dicen que miles quisieran tener trabajo”, explica.
Por eso el ambiente que impera es de miedo. Todos consideran que las medidas tomadas por el Gobierno y por el Ministerio de Salud (Minsa) son insuficientes y exponen a todo el personal médico, pero también a los pacientes. “Pero estamos manos arriba, no podemos hacer nada”, insiste.
Todo centralizado
“Rosita” trabaja atendiendo a casos sospechosos de covid-19 con problemas respiratorios. Pero no sabe cuántas pruebas se han hecho en el hospital. “Algunos son enviados a sus casa cuando presentan cuadros leves o moderados”, explica. Eso significa que tienen síntomas de coronavirus, pero no tienen dificultad respiratoria, ni fiebre alta y tampoco necesitan ser conectados a respiración.
Conoce de al menos 20 pacientes internados, pero más de 100 fueron enviados a sus casas. Al menos 12 personas del personal médico han presentado síntomas y cuatro han fallecido por covid-19.
“Pero toda la información es centralizada por la directora del hospital, ella es la que habla con los familiares, ella es la que les da el acta de defunción o el alta médica. Los doctores no podemos tener contacto con las familias de los pacientes”, asegura.
Poca seguridad para todos
En el hospital solamente hay dos ventiladores, uno de ellos es de Pediatría. Pero ambos están para ser usados con pacientes covid-19.
“Hay falta de insumos. Nos dan mascarillas una vez a la semana, no es diario que nos dan material para protegernos. Una señora de limpieza se contagió en el mismo hospital porque no le dieron ningún tipo de protección”, detalla la doctora.
Como varios médicos se han enfermado, están reforzando con médicos de centros de salud de los municipios de todo el departamento.
“El área covid-19 del hospital es pequeña, se ha ido ampliando, pero para tomar radiografías se pasa por ahí, porque se dañó el equipo portátil, así que todo el tiempo se expone a todos los que estamos ahí, tanto personal médico como pacientes”, indica.
Maltrato al personal
Sobre la forma en que el Gobierno está centralizando la información de casos, de pruebas y de zonas de afectación, “Rosita” no entiende por qué insisten en ocultar lo que a todas luces está pasando.
“La realidad no se puede ocultar y aunque ellos digan que es mentira, la gente se da cuenta, los familiares lo saben, pero nadie puede hacer nadie porque imponen el miedo y el silencio”, agrega.
Por ejemplo, señala que en el hospital en que trabaja muchos ciudadanos han llegado como casos sospechosos, pero luego son enviados a sus casas sin hacerles pruebas. “Solo se las hacen a los casos más graves”, afirma.
La directora, la subdirectora y el epidemiólogo del hospital, que son fieles sandinistas, “son los únicos que saben lo que está pasando en su totalidad”.
Cuenta que algunos de sus compañeros, sobre todo personas mayores o con algún padecimiento, han pedido vacaciones pero se las han negado. “Les dicen que no, que todo está controlado”, asegura.
“Todos estamos molestos con la situación, porque no se están tomando en serio la pandemia y están jugando con nuestra salud”, dice. Por eso temen que el sistema de salud colapse y después no haya personal suficiente para atender a tantos pacientes.
Para ella es evidente que los contagios aumentaron después de muchas actividades masivas, sobre todo después de la Semana Santa. “La población no siempre toma las medidas, porque lamentablemente no les dicen la verdad sobre lo grave de este virus y sobre lo que pasa en los hospitales de todo el país”, señala.
“Rosita” cree que aún hay tiempo para que el Gobierno recapacite y haga algo para aplicar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Si no hacen nada, habrá mas renuncias de personal médico, mas contagios entre nosotros y lamentablemente mas muertes”, apunta.