26 de mayo 2020
El Hospital Alemán Nicaragüense, de Managua, que habilitó un área específica para al atención de pacientes con covid-19, está desbordado hasta en la morgue, y los cuerpos de los fallecidos por la pandemia se amontanan uno sobre otro, a unos cien metros del acceso al Portón No. 2, relataron al diario costarricense La Nación dos trabajadores de Salud del hospital, en el reportaje del diario titulado: “Relatos desde hospital en Nicaragua: Los cadáveres por coronavirus son amontonados, uno sobre otro”.
La situación de la covid-19 continúa en la agenda noticiosa de Costa Rica. Basado en el testimonio de dos trabajadores del nosocomio —que pidieron omitir sus nombres—, el periódico costarricense describe la situación del centro hospitalario, donde fuentes médicas han afirmado a CONFIDENCIAL que hay aproximadamente 280 pacientes hospitalizados con covid-19, aunque el Gobierno —que persiste en minimizar la pandemia— ni siquiera admite un total así en todo el país, pues hasta este 25 de mayo solo reconoce 279 casos, entre ellos 17 fallecidos.
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“Las seis camillas disponibles ya no alcanzan para guardar los cadáveres. Entonces, los cuerpos son empacados en bolsas de plástico y deben ser amontonados, uno sobre de otro, para que puedan caber en el cuarto frío”, afirma La Nación, uno de los diarios más respetado de Latinoamérica.
Pedro, uno de los trabajadores citados, dijo que “quedan a la espera de que lleguen los familiares con los ataúdes a recogerlos y se van a sepultarlos directo al cementerio”.
“Cuando la morgue se desborda, continuó, los fallecidos son colocados en otro cuarto a unos 100 metros, cerca del portón número 2, que fue dispuesto para ese fin”.
Elaborado por el periodista Josué Bravo, el reportaje destaca que por “el aumento en la cantidad de pacientes fallecidos, la morgue se convirtió en uno de los puntos más críticos” del hospital.
Muertos por covid-19 se multiplican
Según las fuentes del diario, la cantidad de muertos en el hospital “se multiplicó en las últimas semanas”.
De un fallecido que se registraba a diario en condiciones normales en este centro médico, la cifra ascendió a 10 o 15 por día en tiempos de covid-19.
“La situación es grave. El hospital está lleno, casi colapsado. No hay suficiente personal de salud para atender la magnitud de la emergencia”, dice Juan, otro de los trabajadores del Alemán.
Según su versión, solo por coronavirus están internadas unas 260 personas, mientras que la capacidad normal del recinto no alcanza las 300 camas.
“En un turno de 12 horas, murieron ocho pacientes. Cuatro de ellos estaban en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), incluido un camillero del propio hospital que se habría contagiado en su trabajo”.
“El resto se reportó desde otras salas. Si analizamos los datos de un día completo, el total de muertos anda por los 10 o los 15. Y te estoy hablando de cifras conservadoras”, detalló el trabajador.
Cambios en el Hospital Alemán
El Alemán Nicaragüense es uno de los hospitales destinados por el Ministerio de Salud de Nicaragua (Minsa) para atender casos del nuevo coronavirus. En principio, era uno de los centros de referencia de Managua que recibiría solo casos importados que llegaran por el aeropuerto internacional Augusto C. Sandino, de esa ciudad.
Este cambio ocurrió progresivamente después de Semana Santa, casi un mes después de que Nicaragua oficializara el primer caso importado y que, pese a ello, no tomara medidas de confinamiento.
“Antes de esa fecha, se manejaba que había 40 pacientes. Después, hubo un incremento y el hospital tuvo que cerrar la atención en todas sus especialidades hasta llegar a convertirse en un hospital solo para covid. Todas las salas son de covid”, afirmó uno de los trabajadores.
Los dos miembros del personal de Salud mencionaron que los cuerpos son sellados en bolsas plásticas de color negro y blanca y la condición, al ser entregados a sus familiares, es que se entierren de inmediato y sin ceremonias.
“Ingresan con síntomas de covid-19. Se les hace la prueba y salen positivos, pero en el expediente se describe que tienen neumonía y, entre paréntesis, se ponen como sospechosos de covid. Si fallecen, se cambia el expediente y se pone como que fallecen por neumonía atípica”, explicó Pedro.
De acuerdo con ambos trabajadores, desde que el Alemán Nicaragüense se convirtió en un hospital dedicado exclusivamente a la atención de la pandemia, los traslados desde otros hospitales públicos y privados del departamento también incrementaron.
Incluso, afirman, llegan pacientes desde otros departamentos, como Masaya. Solo la noche del jueves 21 de mayo ingresaron 29, afirmó Juan, pero hay días en que la cifra puede alcanzar a 80, añadió Pedro.
Los pacientes son distribuidos en las diferentes salas que se habilitaron y aquellos que empeoran son trasladados a UCI, donde se dispone de 20 camas con equipos de ventilación artificial, relató Juan.
“(Los pacientes en la UCI) son personas que generalmente fallecen. Son pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y hasta con problemas renales que se complican cuando son contagiados”, afirmó Juan.
Añadió que “quienes pueden le pagan a una funeraria y esta se encarga de vestir a los cadáveres, si no, los familiares se meten, llegan al pasillo y lo visten”.
Preparación insuficiente
Juan reconoció que el hospital se preparó para recibir la pandemia, pero consideró que ha sido insuficiente. “Creo que el gobierno no midió la magnitud del virus. Creo que se viene lo peor”, alertó.
Recordó que el personal médico recibió capacitaciones teóricas y prácticas desde finales de enero, casi dos meses antes de que Nicaragua reportó el primer positivo. Las clases duraron aproximadamente un mes.
“Yo recibí unas 14 horas en ese tiempo. Nos decían que los infectados no pasarían por emergencia, sino por el portón número 3. Luego nos llevaron durante cuatro días a los lugares para hacer la práctica. Nos mandaron a la sala que habían habilitado para covid-19”, subrayó Juan.
“Estaba supuestamente equipada, esperando el primer paciente. Recuerdo que había ocho camas, cuatro para personas con síntomas y otras cuatro para cuidados intensivos que tenían ventiladores artificiales”, comenta.
Personal del hospital sin protección
Juan y Pedro dicen que, al inicio de la pandemia, en ese hospital se clasificaron los pacientes en tres categorías. Los A eran sospechosos, los B tenían síntomas agudos como flemas y problemas de respiración y los C eran los graves que ameritaban estar en UCI.
“Ahora se salió de control y se perdió el protocolo. Ahora hay solo dos categorías, los de las otras salas con diferentes síntomas, desde un relativamente sano junto con otro que puede estar tosiendo; y los graves en UCI”, relató Pedro.
“No son trajes como los que se ven en otros países. Son unos tipos impermeables, ralitos, que se puede pasar el virus, y unas botitas que apenas te cubren la planta de los pies. Nosotros tenemos que amarrar bolsas plásticas para andar más protegidos. Los trajes, las mascarillas y los protectores faciales se desechan. Solo los lentes son reutilizables”, describió el trabajador.
“Están metiendo personal de salud sin mayor protección. La marcarillas N.° 95 no existe, no se ven. Llegó una donación de Taiwán de equipos, pero casi no se ven”, dijo Pedro.
“Por esas condiciones, unos 10 enfermeros abandonaron sus trabajos esta semana, pese a que desde un inicio nos advirtieron de que, si renunciábamos, no nos iban a pagar ningún peso”, señaló.