6 de mayo 2020
El estallido de un brote de contagio en Chinandega, que habría dejado varios fallecidos y personal médico contagiado en esa ciudad del occidente de Nicaragua, y la creciente denuncia de casos sospechosos de covid-19 en varios departamentos, confirmaría que el país se encuentra en la fase cuatro de la pandemia: la transmisión comunitaria de covid-19, alertan médicos y especialistas independientes, pese a que el Gobierno y el Ministerio de Salud continúan negando que haya este tipo de transmisión en informes cada vez más escuetos y confusos, que son ampliamente cuestionados.
“Lo más importante de decir esto, es que no es por gusto, no es por generar alarmas, sino para que la gente sepa que no sabemos quién puede estar contaminado y eso significa que tenemos que extremar las medidas de prevención. Todo mundo es un potencial contagiado”, advierte el epidemiólogo nicaragüense, Rafael Amador.
La fase de transmisión comunitaria de covid-19, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), significa que las autoridades de Salud ya no pueden identificar el nexo epidemiológico del paciente. Ocurre, por ejemplo, cuando una persona confirmada con covid-19 no ha viajado fuera del país, no ha tenido contacto con ningún caso importado ni tampoco con “no importados” o “secundarios”.
A pesar de que el Minsa insiste en que no hay casos de transmisión comunitaria de covid-19 en Nicaragua, tampoco se ha iniciado un testeo masivo para confirmarlo y esto ha impedido que se pueda analizar el comportamiento real del virus.
Las contradicciones y silencios del Gobierno
Este martes cinco de mayo, tras más de 24 horas de silencio estatal sobre el estado de la pandemia por la covid-19 en Nicaragua, el Minsa sumó un caso positivo y cuatro casos sospechosos en su reporte oficial, sin detallar el origen ni ningún otro dato del nuevo caso confirmado.
Pese a la información oficial cada vez más escasa sobre el avance de la pandemia en Nicaragua, el Minsa sostiene que no hay “transmisión local comunitaria”, mientras continúan incrementando las denuncias por casos sospechosos o “indeterminados”.
Desde el pasado 26 de abril, el Minsa había mantenido tres casos activos de covid-19. El pasado dos de mayo añadió que de ellos había uno “delicado y atendido” y dos “delicados, pero estables”. Este cinco de mayo sumó otro “delicado y atendido”, pero no brindó ningún detalle al respecto. En total, el Gobierno solamente ha reconocido 16 casos positivos, entre quienes hay 13 hombres y dos mujeres, entre 33 y 76 años de edad.
Además, más de 170 personas habrían estado hospitalizadas como sospechosas de covid-19, aunque según el Minsa solo 16 permanecen en observación hasta este martes.
El lunes cuatro de mayo también llamó la atención que mientras aumentan las denuncias de casos sospechosos de covid-19 en diferentes partes de Nicaragua, el Minsa no brindó ninguna información relacionada con la enfermedad, y tampoco la vocera y vicepresidenta Rosario Murillo, en su monólogo diario, mencionó la pandemia.
En paralelo, el Gobierno de El Salvador, que reportó su primer caso positivo de covid-19 solo unos minutos más tarde que Nicaragua, supera los 500 contagios de covid-19 y, desde el 27 de abril pasado, el presidente Nayib Bukele, anunció a sus ciudadanos que El Salvador ya se encontraba en la “fase de transmisión comunitaria total”.
Gobierno intenta aferrarse a la “fase de importación”
“En plena ceguera diagnóstica y sin interés por identificar nuevos casos de covid-19, el Gobierno pareciera anclarse a la etapa inicial de la epidemia, es decir, a la fase de importación del coronavirus”, advierte el doctor en biología molecular y bioquímica, Jorge Huete, en un ensayo académico publicado por la Academia de Ciencias de Nicaragua.
“En realidad —valora el doctor Huete— la situación de la enfermedad en Nicaragua seguramente se asemeja a la de las demás naciones centroamericanas”.
De los casos positivos registrados oficialmente, los primeros siete fueron “importados” de Panamá, Colombia y Estados Unidos, mientras el Gobierno rehúso cerrar las fronteras o suspender los vuelos comerciales. En dos de esos casos importados no se especificó el origen del contagio.
El Gobierno confirmó el primer caso positivo “no importado” el diez de abril, al anunciar el octavo contagiado: un hombre de 64 años, que falleció ocho días.
Desde esa fecha hasta el cinco de mayo, el Minsa reportó: dos casos más “no importados” y tres en “contacto con otras nacionalidades” no especificadas.
Además, en los últimos cuatro casos admitidos desde el pasado 27 de abril el Gobierno no ha aclarado el origen del contagio.
El Gobierno también ha reconocido cinco fallecidos por covid-19, pero fuentes médicas y familiares han confirmado otros tres decesos que las autoridades han optado por ignorar.
Las fases del covid-19: ¿Qué es transmisión comunitaria?
Según la OMS, la pandemia de la covid-19 tiene cuatro fases de transmisión. La primera es la “ausencia de casos” que es cuando el país se encuentra a la expectativa de posibles contagios; la segunda son los “casos esporádicos”, que ocurre cuando se comienzan a identificar a los primeros ciudadanos que se contagiaron en algún país con covid-19.
Luego sigue la fase de “conglomerado de casos”, que se confirma cuando en el país se han detectado casos importados y “no importados”, también conocidos como secundarios, locales o autóctonos, esta última definición puede cambiar, pero significa que hay personas que se contagiaron al tener contacto directo con los casos confirmados y posteriormente transmitieron el virus a otras personas cercanas. En esta fase oficialmente estaría Nicaragua, aunque el Gobierno tampoco la precisa en sus comunicados.
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La última etapa es la transmisión comunitaria de covid-19 y, a diferencia de la fase anterior, en esta no se pueden detectar las cadenas de infección, en otras palabras, se desconoce cómo se contagió la persona. Y, además, se reportan brotes más amplios de covid-19, y los países comienzan a registrar un ascenso de los casos que conducen a la temida curva que ha colapsado los sistemas de Salud de diversos países, incluyendo algunos de los más desarrollados.
“Y eso es lo que estamos viendo ahora”, afirma el infectólogo, Carlos Quant.
“Muchos pacientes vienen de un barrio X, traen una sintomatología bien definida y cuando uno busca la cadena de contagio, no hay ningún nexo. Entonces, cuando ya hay varios casos de esos que no tienen un vínculo, se denomina transmisión comunitaria”, explica.
¿Qué pasa cuando se detecta la transmisión comunitaria?
Los expertos coinciden en que lo importante de saber en qué fase de la pandemia se encuentra el país, es poder tomar las decisiones que ayudarían a contener o aminorar la transmisión de la covid-19, pues de no hacerlo esto causaría un rápido colapso del sistema de Salud.
“El objetivo final es reducir la tasa de los contagios, ralentizar la curva para que no sature el sistema de Salud porque no vamos a tener capacidad de atender a toda esa población de enfermos. Y luego vas a encontrar una gran tasa de mortalidad, porque si llegan tres pacientes graves y solo tenemos dos ventiladores, uno de ellos quedará fuera”, advierte Quant.
En Nicaragua se estima que hay una capacidad total de menos de 6000 camas hospitalarias y —aunque el Gobierno solo ha dicho que hay suficientes ventiladores— un reporte de CONFIDENCIAL reveló que el país solamente contaría con unos 160 respiradores, de los cuales un 80% están ocupados por pacientes con otras patologías.
Urgen pruebas masivas y medidas de prevención
Para evitar el crecimiento de la pandemia, el Gobierno debe extremar las medidas de prevención a nivel de país, iniciando con la aplicación masiva de pruebas de covid-19 para identificar los focos de transmisión, promoviendo el aislamiento, el uso de mascarillas y decretando cuarenta, como ha ocurrido en otros países tras confirmarse la transmisión comunitaria de covid-19. Tal es el caso de México, donde el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador primero intentó minimizar la pandemia, o de Panamá, el país de la región centroamericana más golpeado por la pandemia.
“Es cierto —señala el doctor Huete— que por negligencia y decisiones desacertadas desatendieron la oportunidad excepcional que se tuvo de muestrear antes. Sin embargo, el Gobierno no puede sino incrementar notablemente el muestreo y el número de pruebas en Nicaragua. Con diez mil pruebas semanales, en cuestión de dos o tres semanas se podría conocer con rigor la verdadera dimensión del covid–19 en el país”, estima.
Sin embargo, advierte que esta medida obligaría al Gobierno a descentralizar el diagnóstico de covid-19, capacitando al personal de otros hospitales y centros sobre la detección del virus; aplicando las pruebas a otros sectores de la población, por ejemplo, a los pacientes con el síndrome respiratorio agudo; o llamando a los hospitales privados, los laboratorios y las clínicas médicas para que adquieran kits de diagnóstico rápido e invitando al trabajo de detección a los laboratorios de biología molecular de las universidades.
Observatorio: Más de 600 sospechosos de covid-19
El último informe del Observatorio Ciudadano de covid-19, que monitorea de manera independiente el avance de la pandemia basado en denuncias ciudadanas, hasta este cuatro de mayo, en Nicaragua se registran 632 casos sospechosos de tener el nuevo coronavirus, incluyendo en esa lista a los confirmados por el Minsa.
Además, mencionan que han recibido información de personas fallecidas presuntamente por este virus en Managua, Matagalpa, León y Chinandega.
“Nosotros en el Observatorio tenemos más de 400 casos a nivel nacional que tampoco se les ha establecido el nexo epidemiológico. Entonces, no sabemos quién está contagiando a quién. Por eso, hay que tomar acciones de contingencia, que al final es para lo que sirve la definición de la etapa uno, dos, tres o cuatro”, señala el epidemiólogo Rafael Amador.
A la escasa información estatal sobre la pandemia se sumó recientemente otra contradicción oficial: desde la semana pasada el Gobierno, que insiste en minimizar la pandemia, orientó algunas medidas de prevención como la sanitización de vehículos del transporte público (incluyendo buses y taxis), mercados, escuelas e iglesias. Sin embargo, el mismo mandatario Daniel Ortega ha descartado que en Nicaragua se establezca una cuarentena como medida de prevención contra la covid-19.
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