3 de mayo 2020
El paisaje de Guayaquil se empezó a poner gris a principios de abril. Mientras el mundo compartía imágenes de ciudades enteras vacías por la pandemia de coronavirus, desde la ciudad ecuatoriana de Guayaquil se empezaron a mostrar videos y fotografías de personas muriendo en las calles y cuerpos esperando días para ser recogidos en sus hogares para ser enterrados. "Era todo desolador", dice Aldo Romero Siles, un nicaragüense que llegó a Ecuador seis meses antes de que la pandemia explotara.
"Fue algo inesperado. Apenas unas semanas antes la gente no le tomó importancia a la pandemia de covid-19 y salían a las calles, de fiesta, sin tomar ningún tipo de precauciones. Pero luego las muertes empezaron a llegar y colapsaron todo", recuerda.
Romero Siles llegó en octubre de 2019 a trabajar en un banco en Guayaquil. Antes estuvo dando clases de español. Se fue solo, y precisamente ese ha sido uno de sus grandes temores. "Me da miedo morir solo en un país lejos de mi casa. Por eso he tratado de cuidarme y no salir a la calle más que (para) lo esencial", explica.
El banco para el que trabaja es mayormente digital y de los treinta empleados que tienen solamente tres siguen yendo a la oficina. Uno de ellos es este joven nicaragüense originario de Jinotega. "Nos eligieron porque somos los que no tenemos familia y no ponemos en riesgo a más gente, pero tenemos todo un protocolo para salir. Vienen por mí y del vehículo a la oficina e igual al regreso", cuenta.
Las imágenes desoladoras de Guayaquil
La cifra de fallecidos por coronavirus ascendió a 900 en Ecuador, donde hay 24 934 contagiados, según la ministra de Gobierno, María Paula Romo. Casi la mitad son de la provincia de Guayas, la zona más afectada por el coronavirus.
En los registros oficiales también figuran 1.453 fallecimientos probables por covid-19. El colapso del sistema funerario producto de la crisis sanitaria fue tan grande que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, debió conformar una fuerza de tarea conjunta para poder enterrar a todas las personas fallecidas.
En el recorrido al banco, el joven nicaragüense observaba largas filas en los cementerios. "Era algo insólito ver tanta gente queriendo enterrar a sus familiares, y todo eso producía miedo", dice Romero Siles.
En los primeros días de abril el Gobierno de Ecuador creó la página coronavirusecuador.com/fallecidos/ para que los familiares pudieran encontrar los cuerpos de sus seres queridos, tanto los que fueron retirados de sus hogares como los que murieron en hospitales.
Además, el presidente Lenín Moreno informó el ocho de abril que solicitó al ingeniero Jorge Wated, la persona designada para lidiar con los cadáveres en Guayaquil, que interpusiera una denuncia ante la Fiscalía para investigar "el mal manejo de fallecidos en las morgues de los hospitales".
"Fue un descontrol, además había mucha exageración de supuestas quemas de cadáveres, que fue mejor de informarse tanto porque uno entraría en pánico", afirma el nicaragüense.
Miedo generalizado en Ecuador
Karen Rodríguez y Camilo Fernández, son una pareja de nicaragüenses viviendo en Quito desde hace casi tres años. Ellos, junto a sus hijos de once y seis años, han pasado encerrados. "Tenemos un pequeño jardín, pero evitamos salir, porque estamos en la planta baja de un edificio de ocho plantas y nos da miedo", narra Rodríguez.
Su esposo trabaja instalando torres de telecomunicaciones y desde hace siete semanas sigue trabajando, pero en línea. "Nosotros solo somos los cuatro acá y nos da mucho miedo, por eso no salimos casi nunca. He ido apenas dos veces al supermercado", asegura.
Rodríguez, originaria de Managua, habla con su familia en Nicaragua casi todos los días. "Les mando videos, fotos de lo que está pasando y ellos se están cuidando. Me duele ver que en mi país no se estén tomando las cosas con la seriedad que se merece", dice.
Piden más aislamiento
Los controles anticipados contra las aglomeraciones y el tráfico, así como las desinfecciones, son algunas de las medidas que parecen evitar un mayor repunte de la curva de contagios de coronavirus en Quito, aunque su alcalde, Jorge Yunda, insiste en extremar la precaución y prorrogar la cuarentena.
El Distrito Metropolitano de la capital ecuatoriana, en la Sierra andina, registró en abril un número relativamente moderado de contagios, equivalente a alrededor de un 7,5 por ciento del total nacional, mientras se lidiaba una dura batalla contra el coronavirus en la provincia costera de Guayas.
Los expertos lo atribuyen a los tiempos en los contagios, con casi dos semanas de distancia, sumado a las medidas aplicadas que fueron determinantes en la progresión de las curvas.
"Las restricciones de movilidad fueron más tempranas, además, en la capital fuimos mucho más estrictos con esas medidas", explicó a la Agencia EFE, Rodrigo Henríquez, investigador de Salud Pública de Epidemiología de la Universidad de Las Américas (UDLA).
Rodríguez dice que la misma población es la que está con miedo de salir. "Nadie quiere tomarse las cosas a la ligera, porque es la vida de uno la que está en juego", afirma.
La masatepina Teresa Téllez vive con su esposo en la capital ecuatoriana y también comparte el temor y la paranoia que se vive en todo el país.
"Llevamos siete semanas encerrados y es horrible la sensación de salir a la calle y ver a cualquier persona y sentir que puede ser alguien que te puede contagiar. Cuando usamos el ascensor del edificio donde vivimos, pensamos en todas las personas que lo usaron, por eso tomamos las medidas de autoprotección", indica.
Cada quince días sale a hacer compras. "Uno se programa, voy por un máximo de quince minutos a comprar lo necesario, sin detenerme viendo nada más. Nuestras rutinas han cambiado", dice.
Su esposo trabaja en créditos de una institución financiera y muchos de sus clientes dejaron de contestarle. "El temor es generalizado, la gente ha dejado de contestar", insiste.
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