7 de marzo 2020
Solentiname, Río San Juan-. El poeta Ernesto Cardenal fue enterrado la mañana de este viernes “en secreto” en la isla de Mancarrón, en el archipiélago de Solentiname, aseguró Bosco Centeno, su "hijo espiritual", para evitar otro agravio como el sufrido en la Catedral Metropolitana de Managua, cuando las turbas de la dictadura Ortega-Murillo invadieron la misa de cuerpo presente, el martes.
“Fue muy personal. Participaron unas diez personas. Lo hicimos en secreto, lo quisimos hacer en secreto para evitar agravios”, aseguró Bosco Centeno, miembro de la comunidad de Solentiname.
La última voluntad del poeta Cardenal fue ser enterrado en Solentiname, adonde en 1966 fundó una comunidad religiosa de pescadores, campesinos, y artesanos, que se hizo mundialmente famosa por su pintura primitivista y su artesanía.
“No tuve ningún problema trayendo sus reliquias”, relató Centeno. “Decidimos enterrarlo aquí en el monumento, en la piedra donde están enterrados los héroes y mártires de Solentiname”, los exguerrilleros Laureano Mairena, Elvis Chavarría, Alejandro Guevara, y otros miembros de la comunidad que lideró Cardenal en los años setenta con su prédica del evangelio.
“Decidimos hacerlo sencillo y privado, abrir su nicho… para evitarnos cualquier cosa. Había mucha información cruzada. Evitar una cosa parecida a lo de Catedral. Hicimos esto y no tuvimos problemas. Ya está descansando. La muerte para él era un símbolo, no solamente el cuerpo”, dijo Centeno.
Archipiélago de Solentiname concurrido
La tarde de este viernes la isla de Solentiname está concurrida. Varios periodistas, amigos y familiares del poeta llegaron para participar en el homenaje que estaba programado para este sábado. Pero al llegar pasado el mediodía fueron informados por Centeno que las reliquias del poeta ya habían sido sepultadas.
Cardenal falleció a los 95 años a causa de problemas renales y cardíacos el pasado primero de marzo. La muerte del poeta y figura clave de la Teología de la Liberación conmovió el mundo literario.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo decretó tres días de luto nacional por el deceso, pese a que en vida orquestaron una persecución política contra el sacerdote. Sin embargo, las honras fúnebres fueron objeto del agravio oficial. Primero, el lunes, decenas policías antimotines asediaron su velatorio. Al siguiente día, las fuerzas de choque del partido de gobierno invadieron la misa de cuerpo presente celebrada en Catedral, mientras los simpatizantes sandinistas le gritaron “traidor” al poeta.