3 de marzo 2020
Una virgen vestida de negro al lado derecho y un cristo crucificado sobre el féretro de madera barnizada. Nada más. Un respaldo funerario sobrio acorde a la frugalidad que caracterizó la vida del poeta Ernesto Cardenal, quien falleció este domingo en Managua a los 95 años. Las exequias del sacerdote trapense iniciaron este lunes con un velatorio al que asistieron familiares, amigos y ciudadanos en la funeraria Monte de los Olivos.
La vela del poeta inició a las diez de la mañana, y desde horas antes las patrullas rondaban la funeraria. No eran las patrullas de ‘Macho Negro’ o de ‘Cara e’ León’ de aquel poema de “Muchachos de La Prensa”, sino las patrullas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Más de cincuenta policías antimotines rodearon la funeraria con sus escudos y pertrechos. Aunque no detuvieron a nadie que llegó al velatorio, la sola presencia de los oficiales estorbaba, molestaba.
Algunos, quienes asistieron a la vela de uno de los pilares de la Teología de la Liberación, comentaban incómodos y con ironía que ese era el “luto nacional” de tres días declarado por el régimen Ortega-Murillo este domingo. El hostigamiento de las honras fúnebres de uno de los poetas más importantes de Iberoamérica y a quien, en especial la vicepresidenta Rosario Murillo, persiguió en vida. Lo decía el mismo poeta Cardenal: “Soy un perseguido político de Ortega y su mujer”.
“La persecución sigue aún después de muerto”, criticó el doctor Carlos Tünnermann, exministro de educación y amigo del poeta. “¿Por qué están esos policías intimidando esta funeraria? ¿Con qué objeto? ¿Cuándo se ha visto que una funeraria sea intimidada por antimotines en un país? Solo porque se trata del funeral del gran poeta Ernesto Cardenal. Aun después de muerto lo siguen hostigando”.
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La presencia policial –que se mantuvo durante toda la vela– fue la muestra de la “dualidad del discurso” del régimen, a juicio de la doctora y defensora de derechos humanos Vilma Núñez y la escritora Gioconda Belli. Ambas coincidieron que el comunicado emitido y firmado por la pareja presidencial sentando luto nacional fue una respuesta obligada ante la trascendencia del fallecimiento de Cardenal. Es decir, que el régimen no pudo quedarse callado ante el deceso de uno de sus críticos más preponderantes.
“Ese comunicado no lo sacaron por ellos, sino porque se lo ganó Ernesto Cardenal. No lo podían pasar por alto. Porque, aunque sean el gobierno que son, se dan cuenta que hubieran quedado muy mal a nivel internacional sino hubiesen dicho nada de su muerte”, dijo Belli. “Es el típico comportamiento de este gobierno: que no se preocupa por los vivos, y que solo da homenaje a la gente que está en contra de ellos cuando se mueren”.
Núñez catalogó de “cínico, perverso y oportunista” ordenar bajar a media asta la bandera nacional cuando, al mismo tiempo, enviaron un contingente de antimotines al velatorio.
“Con la policía tratan de impedir la espontaneidad de la gente al último llamado de la figura del padre Cardenal. No hay mejor muestra del cinismo que eso. Por eso yo quisiera hacer un llamado a que todos los nicaragüenses pongamos a prueba y evidenciamos la dualidad del discurso. Uno de los últimos mensajes del padre Cardenal fue que quería que esta dictadura terminara”, anotó la defensora de derechos humanos.
Rosario Murillo alaba a Cardenal
A medida que la asistencia a la vela crecía, la frugalidad del retablo funerario se fue perdiendo. Aunque allegados al poeta recomendaron donar el dinero de arreglos florales a los niños con cáncer a los que Cardenal les enseñaba poesía, las coronas de flores ganaron terreno. Una de las coronas de flores la llevó el ex vicepresidente de Daniel Ortega, Jaime Morales Carazo. El también diputado ante el Parlamento Centroamericano dijo ser “amigo” del sacerdote y se declaró lector empedernido del poeta. Cuando le preguntamos sobre la presencia policial afuera de Monte de los Olivos, Morales Carazo dijo no percatarse.
“Voy a ser honesto. Yo entré porque venía pendiente de ver a Ernesto y no me fijé si había o no policía. Eso es lo que vi yo. Eso es normal verlo en diferentes lados. No lo vi. Te soy honesto”, afirmó Morales Carazo con sobrada esquiva.
Los Ortega-Murillo persiguieron al poeta Cardenal desde los ochenta, recordaron algunos de sus amigos en la vela. En especial la actual vicepresidenta, cuando le disputaba a Cardenal la dirigencia cultural durante la Revolución Sandinista. En 2017, el régimen abrió una serie de juicios contra el poeta y le impuso multa de 800, 000 dólares. Pese a que Cardenal desdeñaba a la pareja presidencial, Murillo se refirió este mediodía al fallecimiento del poeta con inusitado y gentil verbo.
“Hemos reconocido todos sus méritos culturales, artísticos, literarios, religiosos y su extraordinaria poesía en la que siempre supo alabar a Dios en la tierra y todo lugar”, dijo la vicepresidenta, mientras sus policías estaban apostados en la funeraria.
Agregó Murillo: “Ernesto constituye una gloria, un orgullo nicaragüense. Lo admiramos profundamente por su vida, sus méritos y su infatigable amor a Nicaragua. Nos hemos sumado a las ceremonias de gratitud y despedidas de este gran hermano nicaragüense, bendecido con dones y merecimientos que han puesto en alto el nombre de Nicaragua y el suyo propio desde sus aportes a la cultura universal y la liberación nacional. Las banderas de la patria ondean a media asta en reconocimiento del ilustre y poeta orgullo de nuestro país. A su familia, a sus amigos y amigas, todo nuestro cariño y sinceras condolencias”.
Las exequias del poeta Cardenal continuarán este martes. Se realizará una misa de cuerpo presente en la Catedral Metropolitana de Managua. Será una misa pública. El viernes, las cenizas del poeta zarparan al archipiélago de Solentiname, donde serán enterradas el sábado junto a sus “hijos espirituales” que cayeron combatiendo al régimen de Somoza.
Resaltan poesía de Cardenal
El velatorio del poeta Cardenal se volvió un aforo para comentar y resaltar su magma poético, una virtud que lo consagró como uno de los principales poetas de Iberoamérica, un título que lo refrendó el Premio Reina Sofía de poesía que recibió en 2012. La escritora Luz Marina Acosta, asistente personal del sacerdote, cargaba en sus manos la reciente antología de la obra poética completa de Cardenal. Un ejemplar grueso que contiene más de mil poemas, que van desde los Epigramas amorosos y políticos, hasta el canto al cosmos que ocupó por completo la última parte de la vida de Cardenal.
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“La naturaleza se parece al alma de Ernesto Cardenal. Es algo apacible y no violento. Tenemos sus poemas y su ‘Homenaje a los Indios Americanos’”, dijo el periodista y escritor Luis Rocha Urtecho. “Las costumbres antropológicas que trató, y los poemas de amor tenían que desembocar en algo cósmico, que es precisamente su Cántico Cósmico, y que continuó alrededor de toda su vida. Ernesto Cardenal con todo ese bagaje cultural o es un astronauta, un meteorito o una nueva galaxia”.
Belli aseguró que Cardenal se consagró como un grande de la poesía latinoamericana, a la par de Pablo Neruda y César Vallejo.
“Es un legado que no tiene precio porque, además de ser una gran poesía, es una historia de Nicaragua. Desde tiempos precolombinos, una historia de la opresión de los pueblos latinoamericanos. Es también una historia del cosmos, del amor y la naturaleza. Fue un poeta que tuvo un ámbito de la palabra extraordinario. Es un legado que no solo queda Nicaragua sino a todo el mundo de habla hispana”, dijo la poeta Belli.
El doctor Tünnermann hizo notar que Cardenal fue un innovador poético. Impuso el “Exteriorismo”. Tünnermann explicó que la poesía del sacerdote desatiende un poco la parte intimista de las metáforas y se coloca en el campo de lo narrativo y coloquial.
“Es una poesía muy accesible que toma como temas la historia de su país, y la lucha de los indígenas. Y luego dirige su poesía al universo. Lleva a la ciencia poesía. Hace la ciencia poesía”, dijo Tünnermann. “Su lectura preferida en los últimos años eran los libros científicos porque de allí extraía temas para trasladarlos a la poesía. Por eso él decía que somos polvos de estrellas, tanto que algún día volveremos a integrarnos al universo. Esta noche que levantemos nuestra cabeza hacia el firmamento, veremos una estrella nueva. Será el alma de Ernesto Cardenal que ya se reintegró al universo y al creador”.