3 de marzo 2020
El nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag descartó una posible reanudación del diálogo entre la oposición nicaragüense y la dictadura de Daniel Ortega para solucionar la situación del país. El religioso expresó que el cumplimiento de los acuerdos firmados entre la Alianza Cívica y el régimen sandinista, en marzo del 2019, “depende” única y exclusivamente “del Gobierno”.
“No tengo ninguna idea sobre una eventual negociación (reanudación del diálogo). En este momento no creo porque estamos ya en año electoral. Más importante, me parece, en este momento el proceso electoral, las reformas electorales, el voto, el voto es importante”, afirmó el nuncio.
El religioso, que fue contundente sobre la no reanudación del diálogo, espera que el Gobierno sí esté evaluando las posibilidades de cumplir los acuerdos firmados el año pasado, pues solo este tipo de acciones pueden demostrar una plena normalidad en el país, asimismo, la recuperación del camino que se perdió.
Stanislaw Sommertag brindó estas declaraciones luego de oficiar una misa de acción de gracias que realizó la tarde de este lunes el Grupo Editorial La Prensa, en conmemoración del 94 aniversario de este medio de comunicación.
Sobre la importancia de que el Gobierno de Daniel Ortega cumpla con los acuerdos firmados en marzo del año pasado, el nuncio consideró que el régimen está “haciendo algunos esfuerzos”, sin embargo, recalcó que se deben anteponer las cosas más importantes en la vida y que cada nicaragüense “tome su responsabilidad, desde la más pequeña hasta la más grande”, pues es aquí donde se encuentra la “llave para solucionar” la crisis.
“No tengo idea de cuáles son las intenciones del Gobierno. Deseo que en Nicaragua se solucionen las cosas que no están solucionadas”, afirmó el nuncio, quien consideró necesario que la oposición nicaragüense busque una solución conjunta a situaciones que puedan resolverse antes de las elecciones para “dar tranquilidad a la gente de escoger su candidato y partido y el gobierno con requisitos democráticos que todo el mundo desea”, finalizó.
La Prensa: 94 años de resistencia
En la celebración de la misa de acción de gracias por el 94 aniversario del diario La Prensa, además del nuncio apostólico, también participaron los trabajadores de este medio de comunicación; Rosa Marina Zelaya, expresidenta del Consejo Supremo Electoral y miembro del Consejo Editorial de La Prensa; el líder estudiantil Lesther Alemán, entre otras personalidades.
La eucaristía se celebró en el parqueo de La Prensa. En el sitio se improvisó un altar adornado con flores y a la par una montacarga sostenía una bobina de papel sobre la que estaba la imagen de la Virgen María. “El amor es la única vía para solucionar las cosas. Amad a nuestros enemigos, bendecid a los que nos maldicen”, dijo el nuncio durante la homilía.
La actividad religiosa se realizó 24 días después de que La Prensa recibió las bobinas de papel, tinta, planchas y otros insumos que tuvo embargado ilegalmente la dictadura en sus bodegas en aduana durante 75 semanas.
Durante la entrega del papel y demás insumos, Jaime Chamorro Cardenal, presidente del Grupo Editorial La Prensa, explicó a los medios de comunicación que desconocía las razones que facilitaron la entrega de los insumos que estaban embargados en aduana. “Yo no puedo decir por qué, no sé lo que movió a la Presidencia, a la Rosario (Murillo), porque fue ella la que dio la orden. Eso me dijo el director de Aduana”, agregó.
En un comunicado, la Junta Directiva de La Prensa señaló a inicios de esta semana que el régimen aceptó desbloquear el papel y los insumos, en respuesta a las gestiones del nuncio apostólico en Nicaragua, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag. Estas iniciaron “a raíz de la nota informativa publicada el 26 de enero y el editorial publicado el 27 de enero en los que se denunció la asfixia económica” a la que se somete la empresa por parte de la dictadura orteguista.
“Yo quiero explicar cómo sucedió esto. El nuncio me llamó, me dijo que la Presidencia había decidido entregar todo lo de La Prensa y que me iba a llamar el director de Aduana. Eso fue a las siete de la noche del viernes (31 de enero). A las siete y media me llamó el director y me dijo que llegara el sábado a su oficina, que la compañera y la presidencia le habían ordenado entregarme todo”, afirmó Chamorro Cardenal.