2 de marzo 2020
La muerte del poeta Ernesto Cardenal enlutó las letras nicaragüenses, y puso de manifiesto la importancia que ese género literario tiene en un país que considera a otro poeta –Rubén Darío- como su más grande representante.
La poeta y escritora Gioconda Belli tuvo la fortuna de visitarlo unas horas antes de su muerte y despedirse de él, dijo que, “desde Rubén Darío, Cardenal ha sido el poeta nicaragüense más conocido en el mundo. Él trascendió las fronteras del país, y logró convertirse en un personaje que inspiraba a los jóvenes, con los que tenía una gran presencia. Lo ví en Europa, rodeado de jóvenes en sus recitales”.
“Él era un incansable estudioso de la poesía, en especial, desde que comenzó a escribir ‘poesía científica’, como le llamaba él. Se puso a estudiar los misterios del universo. Estaba fascinado por eso, pero también por la vida, por la materia de que está hecho el universo, por la característica del ser humano de ser a la vez capaz de tanta belleza y tanta crueldad”, definió.
Se fue quieta y dulcemente a ese cosmos que cantó, nuestro querido poeta Ernesto Cardenal. Muy triste perder la lucidez y poesía con que vivió hasta el final. Más que llorarlo hay que celebrar una vida como la suya, consecuente y creativa, infatigable por 95 años.
— Gioconda Belli (@GiocondaBelliP) March 1, 2020
Además de recordarlo como alguien “incansable en sus estudios”, Belli dijo que “en su caminar por la vida, se convirtió en un revolucionario cuando lo tuvo que hacer. Dejó su utopía de Solentiname para ser Ministro de Cultura, con profunda convicción y amor, y con esa misma convicción rompió con el Frente Sandinista en 1993, cuando sintió que Daniel Ortega había usurpado ese legado enorme de aquellos que lucharon contra Somoza”.
Al enfrentarse a lo inevitable, la poetisa reconoce que “me duele ver que murió sin ver el final de la lucha que está viviendo Nicaragua”.
Quizás como una ironía de la vida, el mismo Gobierno que lo acusó judicialmente y lo persiguió en vida, expresó sus “más sinceras condolencias”, y decretó tres días de duelo, declarando su admiración profunda, por alguien a quien catalogaron de gloria y orgullo nicaragüense.
“Fueron 95 años de una vida hermosa, que hay que celebrar por todo lo que nos deja, y porque nos duró tanto”, añadió Belli reconociendo que “era un poco cascarrabias, pero tenía gestos de amor enorme por su comunidad”.
Al narrar lo que sería su último encuentro, Belli narró que pudo verlo en el hospital, y despedirse de él, “y eso me alegra”.
“Estaba agonizando, le di un abrazo, un beso, y le deseé buen viaje, pero ya no sabemos si estaba consciente. Tenía los ojos cerrados, y dificultad para respirar. Ahora vamos a acompañarlo en sus últimos días, viajando el fin de semana a Solentiname, donde se celebrará un acto cultural para enterrarlo”, prometió.
Un poeta pluridimensional
Sergio Ramírez Mercado, escritor laureado internacionalmente, dijo que el poeta Cardenal “fue un hombre con distintas facetas en su vida”, destacando cómo, “desde muy joven, renunció a la vida mundana y a los privilegios de su propia clase social, para seguir su vocación religiosa”.
Al morir Ernesto Cardenal (1925-2020) pierdo a un hermano mayor, amigo entrañable y vecino de muchos años, un guía moral, un modelo literario, y con él se va parte esencial de mi propia historia.
Foto de Daniel Mordzinski pic.twitter.com/8ZRXKLpIEr
— Sergio Ramírez (@sergioramirezm) March 1, 2020
Su historia personal lo muestra como un monje trapense con voto de silencio, viviendo su sacerdocio y celibato, abanderado de la Teología de la Liberación; haciendo la revolución, y sufriendo la caída en combate de quienes consideraba sus hijos allá en el archipiélago de Solentiname.
Ramírez dijo que Cardenal “creó un modelo de poesía para la lengua española, y no es cualquier poeta el que puede hacerlo. Su poesía en prosa, presentaba las narraciones en forma de poesía. Tuvo la virtud de convertir en poesía otros campos del conocimiento como la historia, la biología, la astronomía”.
En su dimensión política, Ramírez destacó que el fallecido fue “un rebelde que luchó en contra de las dos dictaduras recientes en Nicaragua. Indoblegable moralmente”, recordando que “tuve una relación de muchos años con él. Muy íntima, desde antes de la Revolución, como guía literario y moral”.
Ramírez dijo que “Cántico Cósmico es su gran obra final; infinita como el universo, y nunca iba a terminar de escribirlo. Él fue agregando poemas y poemas; y el último de ellos hablaba de las estrellas, el cosmos…”.
De su obra, recordó también ‘Los Epigramas’, ‘Getsemaní y Kentucky’. “Se destacó con poesía política de la calidad de ‘La Hora Cero’ y ‘El Canto Nacional’. Su poesía tenía pluridimensionalidad, ese aspecto de tocarlo todo”, detalló.
“Señor: contesta tú el teléfono”
Para el escritor Guillermo Rothschuh Villanueva, “Ernesto Cardenal ha sido uno de los grandes poetas nicaragüenses, que dio continuidad a la poesía política, esa misma poesía que Pablo Neruda llevó a los límites. Cardenal logró escribir libros que son todo un poema, como ‘El Canto Nacional’, o ‘El Estrecho Dudoso’”.
“Hay quienes olvidan que tuvo otra faceta cuando comenzó como poeta, que fueron Los Epigramas -estudiados por Marina Acosta- donde se adentra en la poesía romántica”, detalló.
“Otros prefieren exaltar la ‘Oración por Marilyn Monroe’, por lo que significa: un homenaje a una mujer que Cardenal identificaba como víctima de las circunstancias y el país en que le tocó vivir. Los nicas de los años 60 y 70 se sintieron más vinculados con algunos de sus poemas como ‘La Hora Cero’, y ‘Los Salmos’”, ilustró.
🕯💙🖤 Desde @MadresDeAbril y AMA y No Olvida rendimos homenaje a la vida del poeta y Padre Ernesto Cardenal (1925-2020), quien fue y seguirá siendo parte de nuestra lucha contra el olvido. Su vida y sus palabras serán para siempre eternas en nuestra memoria. 🕯💙🖤 pic.twitter.com/umOkPpDu64
— AMA y No Olvida, Museo de la Memoria (@museomemoria_ni) March 1, 2020
“Cardenal logró dar una visión de su condición de sacerdote con el Canto Cósmico”, pero en general, “fue un hombre de una enorme producción, que jamás abandonó la militancia política, pese a la amonestación del papa Juan Pablo II, durante su primera visita a Nicaragua. Tuvo que esperar a que el papa Francisco le levantara la prohibición de dar misa”, recordó.
Rothschuh dijo que el poeta “convirtió a Solentiname en un lugar fácilmente identificable dentro del mapa de la literatura americana. Nadie mejor que él para haber destacado ese lugar, que era un centro de visitas de grandes escritores, como Julio Cortázar”, que llegó hasta ahí.
En lo que tal vez sea el colofón poético de una vida dedicada a la poesía, Ernesto Cardenal será enterrado en Solentiname, junto a sus hijos, aquellos jóvenes que perdieron su vida luchando contra el primero de los dos dictadores a los que el poeta enfrentó con su verbo y su ejemplo.