28 de febrero 2020
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Tres de los cuatro partidos políticos que se unieron a la Coalición Nacional están convencidos de que ésta representa la “máxima expresión de unidad opositora” y que la población nicaragüense se sumará porque en este momento “no se está pensando en un partido político sino en un instrumento para derrotar al régimen” de Daniel Ortega.
En una entrevista durante el programa Esta Noche, el comandante ex contra Luis Fley, del movimiento Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN); el reverendo Saturnino Cerrato del Partido Restauración Democrática (PRD) y George Henríquez, del partido indígena Yatama, afirmaron que con su participación en la coalición aportarán un electorado evangélico, campesino, indígena y afrodescendiente.
Según Fley, la población campesina votará por la mayoría opositora, “se van a olvidar de partidos políticos y van apoyar a la Coalición Nacional”. Para este comandante ex contra el campesinado “no se va a prestar al juego a dividir el voto, se va ir todo donde esté la fuerza”, debido a que la prioridad en este momento es “salir del régimen totalitario”.
No obstante, Henríquez señaló que el hecho de haber formado la coalición opositora “no significa que ya tenemos todo listo”. Antes de una contienda electoral la coalición tiene que ganarse la “credibilidad y confianza” de la gente y dejar claro que “esta es una apuesta política de largo plazo y no solamente por este momento coyuntural”, subrayó.
Los pasos a seguir
Para estos líderes opositores, después de haber conformado la Coalición Nacional hay que “definir las reglas del juego”. Algo que Henríquez concibe como “un reto” porque a pesar de tener múltiples identidades, todos tendrán que deponer sus intereses particulares para retomar una agenda sobre: “institucionalidad, justicia, paz y respeto a la Constitución Política”.
La Coalición Nacional inició el pasada el pasado 25 de febrero con siete movimientos y partidos políticos. Carlos Herrera | CONFIDENCIAL
A criterio del dirigente de Yatama, más allá de fortalecer la estructura de la coalición, es apremiante “retomar las calles” para presionar al régimen con las demandas de justicia, libertad para los presos políticos y el retorno seguro de los nicaragüenses en el exilio. “Simplemente encerrándonos, dialogando y estructurando propuestas técnicas no vamos a derrotar este régimen”, enfatizó Henríquez.
Fley considera que el siguiente paso de la coalición es “organización y más organización”, para crear las condiciones mínimas para unas elecciones. “Queremos elecciones igual que las de 1990, con supervisión internacional”, dijo.
Por su parte, el reverendo Cerrato urgió a la coalición a “armar su plan de gobierno” y a definir los mecanismos para su funcionamiento porque “el punto es que no sea una coalición electorera sino que plantee un rumbo de mejoría para este país”.
No hay un vehículo electoral
El reverendo Cerrato explicó que en la coalición “todavía no se ha discutido” cuál sería el vehículo político que podrían usar para competir en unas elecciones.
En la coalición “apenas se ha presentado el borrador del código de ética de algunos ejes programáticos”, dijo Cerrato.
A criterio de Fley, en la coalición el tema de la casilla es “secundario”, pero advirtió que los partidos políticos que se autoexcluyeron –como el Partido Conservador– solo “continuarán siendo una leyenda” y se quedarán sin electores debido a que están anteponiendo “sus intereses personales”, en un contexto social atípico.
No hay espacio para ambigüedades
Para el dirigente de Yatama, la coyuntura nicaragüense no permite ambigüedades políticas: “O estás con la oposición o no estás con la oposición”, expresó.
Henríquez valoró que “la gente no es tonta. Ninguno de estos partidos que están dando un discurso superficial de que son la oposición van a engañar a la gente”.
Henríquez –por su parte– enfatizó en que los problemas económicos, la inseguridad, “también son temas que como coalición tenemos que atenderlos y buscar una solución”, pero corresponde a todos los sectores económicos, políticos, organizaciones de la sociedad civil”, subrayó.
El discurso de odio
La Coalición Nacional fue presentada el pasado 25 de febrero, en medio de un estado de sitio policial. El edificio donde se realizó el evento fue rodeado por oficiales antidisturbios y una hora después que concluyó la actividad la Policía reprimió a grupos opositores que intentaban manifestarse y agredió los periodistas que brindaban cobertura.
Desde septiembre de 2018 el régimen de Daniel Ortega mantiene un estado de sitio policial para evitar cualquier tipo de manifestación ciudadana. Carlos Herrera | CONFIDENCIAL
Para el reverendo Cerrato la actuación arbitraria de la Policía es alimentada por el discurso de odio que mana desde la vicepresidenta Rosario Murillo, quien lanza epítetos y descalificativos contra sus adversarios políticos.
“Esos discursos los hemos venido escuchando desde el principio de la crisis” dijo Cerrato, quien recordó que “cuando salíamos de Hispamer (donde se presentó la coalición) estaba la Policía desplegada y estaba uno más apasionado diciendo “parecen ratas, van saliendo como ratas del edificio” y todas esas son expresiones de odio”, lamentó Cerrato.
Pese al odio que se percibe en cada discurso de la vicepresidenta, el reverendo consideró que este tipo de mensajes son “para animar a sus bases, para su gente” y recordó que buena parte de la población no presta atención a las comparecencias diarias la Murillo.
FDN, PRD y Yatama
El movimiento Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN) representa a un sector del campesinado que formó parte de la Contrarrevolución en los años ochenta. No obstante, existen otros movimientos contrarrevolucionarios organizados en el Partido Resistencia Nicaragüense (PRN), aliados al Frente Sandinista que controla Daniel Ortega.
Luis Fley asegura que los aliados de Ortega “se llevaron el nombre y tal vez la personería jurídica del PRN, pero no se llevaron a la gente”. A criterio de Fley, los auténticos contrarrevolucionarios siguen siendo: “antisandinista, antiorteguista, principalmente el campesinado”.
El Partido Restauración Democrática (PRD) del reverendo Saturnino Cerrato es relativamente joven, su personería jurídica fue otorgada en el año 2017 y no tiene un gran entramado político.
Sin embargo, el reverendo Cerrato asegura que hay un electorado evangélico que años atrás confió en el Partido Camino Cristiano Nicaragüense, actual aliado del Frente Sandinista, pero que “han perdido la confianza” en la política y hay que recuperarlos.
El partido indígena Yatama tiene sus propias demandas y particularidades, “las mismas de la población de la Costa Caribe”, afirmó George Henríquez. Históricamente, han sido aliados del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), pero aseguran que ninguno de estos partidos atendió la demanda de la población indígena y afrodescendiente.
Desde hace cuatro décadas las comunidades de la Costa Caribe vienen demandando “autonomía plena y descentralizada, demarcación y saneamiento de los territorios en las regiones autónomas, cese al avance de la frontera agrícola y ganadera y también apostamos por la creación de un sistema regional autonómico de recaudación de impuestos autonómicos”, enfatizó el líder de Yatama.
