7 de febrero 2020
La reelección de Mario Arana en la presidencia de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham), representa un apoyo de ese sector del empresariado, al trabajo desempeñado dentro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia para encontrar una salida a la crisis sociopolítica.
“El sector empresarial no puede estar al margen del proceso de transformación” política que se está produciendo en Nicaragua, señaló el economista, durante una entrevista en el programa Esta Noc he, que se transmite en línea.
Los socios de AmCham han “asumido la responsabilidad” de contribuir en la búsqueda de una solución a la crisis económica que atraviesa el país, y es por eso que sus planteamientos tienen eco dentro de la Alianza, valoró.
También es por eso que la elección de seis nuevos directivos –cuatro de los cuales repitieron- contó con la presencia de 197 socios, o sea, 71% del total.
En AmCham “todo el mundo sabe que se necesita una salida política para resolver la crisis económica y que entre más temprano se haga esto, es mejor para todos. No habrá negociación económica sin resolver el problema político”, explicó Arana, asegurando que existe consenso entre los empresarios alrededor de ese planteamiento.
La apuesta del empresariado por la oposición al régimen de Daniel Ortega se debe a que existe “una preocupación real y un alto deseo de que se le encuentre una salida a la crisis”, aunque reconoció que los empresarios han pagado un precio por participar activamente en política.
“Está claro que ––en alguna medida–– en las políticas fiscales hay una realidad, pero también hay un castigo al sector empresarial… esto es parte de un juego político en el que se pretende someter al sector empresarial para que sea dócil, pero no necesariamente estamos dispuestos a hacerlo”, subrayó.
Michael Healy, primer vicepresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) afirma que “el sector privado está poniendo de su parte, todo lo que está a su alcance, para lograr esta gran coalición… y hemos perdido mucho”, dijo en referencia al incremento en los impuestos, la reducción de exenciones y exoneraciones, alza de tasas y cobros exagerados que han tenido que cargar en los dos últimos años.
Con todo, asegura que “estamos dispuestos a seguir adelante porque sabemos que solo cambiando este gobierno podemos atraer inversión nacional y extranjera, y crear nuevas fuentes de empleo para centenares de miles de personas que lo han perdido”.
Presión, más presión
En las redes sociales, los ciudadanos reclaman impacientes a un sector privado al que a veces tildan de indolente y otras de pusilánime, mientras depositan mucha esperanza en que un paro nacional prolongado acabe con la dictadura.
“Las redes sociales tienen un problema: no van a botar a Daniel Ortega”, asevera Healy con rotundidad.
La fórmula que defiende pasa por “trabajar todos los nicaragüenses, de aquí hasta que haya unas elecciones limpias, transparentes, observadas, que le den al pueblo de Nicaragua la certeza de que su voto será contado”, detalló.
Mientras tanto “tenemos que organizarnos territorialmente, y unificar a la mayor cantidad de sectores: partidos políticos, la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB); la Alianza Cívica, las organizaciones de la sociedad civil para crear una gran coalición. Es lo que estamos haciendo, y el sector privado es parte fundamental de todo eso”, añadió.
A la vez que se intenta estructurar esa coalición opositora, en la comunidad internacional persiste una gran “preocupación” ante la necesidad de iniciar “un proceso para restablecer la justicia y las libertades, y obviamente construir la democracia que nos hace falta”, enfatizó Arana.
A lo largo de la crisis, tanto el gobierno de Estados Unidos como la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, han amenazado con sancionar al régimen de Ortega si no contribuye a una salida a la crisis política.
Aunque reconoce la valía de esas acciones, Arana estima que “la presión externa es un componente más entre muchos otros”, que deben sumarse para salir de la crisis.
“Importante es lo que sucede dentro (del país), importante es lo que sucede dentro del sandinismo mismo. Que las bases del sandinismo se pregunten si la conducción, si las decisiones que se están tomando son correctas o no”, reflexionó.
¿Cuándo? ¿Hasta 2021?
El problema es que ni la gente, ni la economía aguantan hasta llegar a las elecciones de noviembre de 2021, por lo que la ciudadanía insiste en pedir –y hasta demandar- acciones inmediatas y efectivas.
“¿Qué puede hacer el sector privado si siguen metiéndole impuestos cada día más? Todos los días cierra alguna empresa. Lo que buscamos es defender el trabajo de los nicaragüenses, pero cada día se pierden más puestos de trabajo, por la masiva cantidad de impuestos que nos carga el Gobierno: ¡solo el IBI ha subido hasta 500% en algunos casos!”, dijo Healy.
Su colega y segundo vicepresidente del Cosep, Sergio Maltez, dijo a CONFIDENCIAL que “el Gobierno está claro de toda esta situación, porque ellos tienen los números” que muestran el deterioro de la economía, por lo que opina que se requiere de “voluntad política”, para encontrar una solución.
El problema es que el régimen no mostrará ‘voluntad política’ por simple generosidad, sino que habrá que arrancársela con acciones.
“Ya está sucediendo que los inversionistas se están yendo del país. Eso genera desempleo y que no venga inversión, y es un factor de presión, que puede generar una nueva convulsión social cuando la gente ya no pueda pagar los servicios públicos, ni la canasta básica, porque ya no tienen poder adquisitivo, o se quedaron sin ingresos”, graficó.
Maltez aclara que “aquí nadie quiere una guerra, pero el tema económico te puede llevar a una convulsión social, y ya está sucediendo. La población se puede comenzar a desesperar porque no obtiene respuestas a sus demandas económicas, y porque se está quedando sin trabajo”.
La organización de la Coalición Nacional
Mario Arana defiende que una de las vías para salir de la crisis es la estructuración de la Coalición Nacional que disputará el poder a Ortega en las elecciones generales de 2021; sin embargo, reconoció que “estamos en un proceso de negociación para conformarla entre las distintas fuerzas que serán parte”.
Enfatizó que conformar la Coalición es un proceso que requiere “reconstruir la confianza, entablar relaciones, y conversar” con diferentes actores políticos, lo que explica que en las últimas semanas haya habido acercamiento entre la UNAB, la Alianza Cívica y los partidos políticos, donde el principal tema de agenda ha sido la reforma electoral anunciada por el régimen de Ortega.
“Se ha venido desarrollando un trabajo ––tal vez silencioso— de esfuerzo conjunto de la UNAB, la Alianza Cívica y partidos políticos especialmente en torno a las reformas electorales a tal punto que vas a ver… esta semana, creo, un planteamiento en donde los partidos políticos, la Alianza y la UNAB se van a manifestar públicamente de forma conjunta sobre este tema”, anunció Arana.
Por eso, instó a la sociedad civil a organizarse “lo mejor que puedan; que construyan sus bases, sus vínculos de comunicación” y destacó el trabajo que está realizando el Movimiento Campesino. “Lo importante es que (la organización) se haga porque eventualmente todas estas fuerzas van a confluir en la Coalición”, destacó.