1 de febrero 2020
El exvicepresidente de Nicaragua y escritor, Sergio Ramírez, afirma en una entrevista con Efe que no hay condiciones para la celebración en 2021 de elecciones “justas y transparentes” en su país, donde las protestas y la represión han dejado centenares de muertos en casi dos años, según organizaciones defensoras de Derechos Humanos.
Con motivo de su participación en el Hay Festival de Cartagena de Indias, en Colombia, donde presentó un libro sobre el fanatismo gastronómico del poeta Rubén Darío, Ramírez se mostró, sin embargo, confiado en que la oposición nicaragüense, pese a la difícil situación política, se organice en “una sola fuerza política capaz de enfrentar a Daniel Ortega”.
El pasado 17 de enero, los principales movimientos opositores al presidente Ortega anunciaron la creación de la Coalición Nacional como una alternativa al sistema establecido por el Gobierno, aunque no especificaron si se convertirá en un partido político, de cara a las elecciones de 2021 que esperan sean adelantadas.
Ramírez explicó que los ciudadanos están en las calles porque desean “un nuevo rumbo” para Nicaragua, pero lamentó que el plazo propuesto para adelantar las votaciones venciera y esa posibilidad se perdiera. El país ya está frente a un “calendario que define unas elecciones para el año próximo”, argumentó.
Daniel Ortega sin presión
“Entonces la demanda o la pregunta es ¿habrá elecciones libres, justas, transparentes y democráticas en Nicaragua?”, se preguntó el galardonado con el Premio Cervantes en 2017, para responder: “no creo que se esté caminando hacia conseguir” esas condiciones.
Para 2021 están previstas las elecciones presidenciales, legislativas y locales, recordó.
“No siento que (Ortega) esté presionado para abrir esta oportunidad electoral tal y como debe ser. Esto nos mete en un nuevo problema porque si en Nicaragua el año que viene se abren unas elecciones sin garantías, sin la posibilidad de que el voto sea transparente, bien contado, sin observación internacional pues vamos a seguir en lo mismo”, aseveró.
En ese caso, Ortega sería reelegido y “no habría ningún cambio, el malestar seguiría ahí y la situación seguiría empeorando”, pese a que, en su opinión, lo único que interesa a los nicaragüenses es que haya un “cambio democrático”.
“La coalición total de todas las fuerzas opositoras se va a dar” para enfrentar a Ortega, aseveró en medio de la incertidumbre.
“Sé que es un camino complejo porque hay mucha diversidad, formas de pensar y, como en todas partes del mundo, hay varias posiciones ideológicas”.
El problema para Ramírez no es si habrá una oposición unida y fuerte, sino si “estas elecciones serán confiables, si a través de unas elecciones podemos salir del túnel en el que estamos metidos”.
Ejército leal a Ortega
Ramírez lamentó que las manifestaciones hayan dejado 328 muertos desde abril de 2018, según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua eleva la cifra a 684. El Ejecutivo solo reconoce 200 y además denuncia un intento de golpe de Estado.
Según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), ente tutelado por la CIDH, el mayor responsable de la violencia es el Gobierno de Ortega, a quien atribuye incluso crímenes de lesa humanidad.
“Los golpes de Estado en América Latina usted sabe cómo se dan, nunca ha habido uno sin la intervención del Ejército y más bien el Ejército ha permanecido leal a Ortega”, indicó a Efe el escritor para dejar claro que en Nicaragua no ha habido intentona golpista de ningún tipo, tan solo protestas y hartazgo ciudadano.
Y agregó que lo ocurrido en el país es que a las calles han salido “miles de muchachos” y lo sucedido ha sido “una protesta legítima en la que hubo muchos muertos, mucha sangre, muchos encarcelados”.
“Hubo una disrupción de la vida económica y social del país, pero esta es una leyenda, la del golpe de Estado, que se desvanece fácilmente”, apostilló el exvicepresidente (1984-1990) en Cartagena de Indias.