21 de enero 2020
Tres de los cuatro ciudadanos secuestrados por agentes de la Policía Nacional el pasado sábado en Jinotepe y San Marcos, fueron liberados la tarde de este lunes, cuando se cumplían casi 60 horas desde su arresto, confirmó el abogado Julio Montenegro.
Los liberados fueron Jairo Sequeira, Walter Jiménez y Luis Vindel, manteniendo en prisión al ingeniero Lésther Selva. Al entregar a Sequeira, los uniformados detuvieron a su hermano, de nombre Franklin Ernesto, sin que se conozcan las razones para su arresto.
Más temprano, pero siempre en la tarde de este lunes, Montenegro interpuso un recurso de exhibición a favor de Sequeira y Selva, a petición expresa de los familiares de ambos agredidos.
La base para proceder de esa forma, es que ya se habían cumplido las 48 horas que la ley impone como plazo para que un reo sea acusado o liberado, y al mantenerlos en prisión sin cargos, se estaban quebrantando los derechos civiles de los cuatro, que habían sido capturados el sábado en la mañana.
Durante dos días y medio, sus familiares solo supieron lo que los agentes policiales les dijeron a algunos de ellos cuando llegaron a secuestrarlos a sus hogares: que estaban ahí para “capturar a un terrorista”, excusando los destrozos que cometieron en cada casa, con la premisa de que buscaban armas y bombas.
“Al cumplirse el plazo de ley, lo que queda es interponer un recurso de exhibición personal, aunque sabemos que han sido inefectivos”, aseveró Ana Lucía Álvarez, colaboradora del Monitoreo Azul y Blanco’, entidad que sistematiza la información de las agresiones que comete el régimen.
La razón para efectuar ese procedimiento legal, a sabiendas que no tiene probabilidades de prosperar, es “para agotar las vías de cara a futuros procesos de justicia, pero también, para demostrar la inutilidad de esa figura”, además de desenmascarar la complicidad de las autoridades judiciales, y “las patrañas oficiales”, aclaró.
“En un proceso normal, bastaría la orden del juez que se nombra, que es un abogado elegido por sorteo en el Tribunal Apelaciones, y se hace lo que él decida, pero ahora no se acata, o bien, el abogado aduce estar ocupado, ilocalizable, fuera de la ciudad, y hasta muerto, y si responden a su obligación, le cobran a la gente de forma ilegal hasta 500 y 1000 dólares”, narró Montenegro.
Violencia policial
Siendo que “ya habían transcurrido las 48 horas que la ley establece para investigar”, y con base en la norma legal, el abogado había expresado su opinión de que los cuatro “ya deberían estar libres, si no los han acusado de nada”.
Aunque tres de ellos quedaron libres este lunes, a sus familiares les habían dicho que tardarían de ocho a nueve días para determinar si los acusaban o no, cuando lo que procede es “investigarlos en libertad, y detenerlos solo si había méritos. Por lo que les han dicho, los familiares esperan poder verlos hasta el miércoles o jueves”, añadió el letrado.
En lo que ya se ha vuelto un modus operandi, los policías llegaron antes de las siete de la mañana del sábado, e ingresaron de manera ilegal a los hogares de Selva, Sequeira, Jiménez y Vindel, refirió Montenegro, basado en los relatos de los familiares.
Al buscar a Sequeira, los agentes se subieron en los muros de las casas vecinas, sin solicitar permiso, mientras que la puerta de la casa de Selva fue rota a mazazos. En ambos casos, los uniformados realizaron su supuesta búsqueda, causando desorden y daños en la propiedad, para terminar llevándose celulares y computadoras.
Antes de eso, supuestos fumigadores (que no vestían los habituales trajes celestes), revisaron la casa de Sequeira y otras tres más. Hicieron su trabajo y se fueron. No era primera vez que llegaban a preguntar por él. Incluso, la tarde del viernes, una muchacha llegó bajo la lluvia a indagar si estaba en casa, por lo que ahora sospechan que ese fue el preámbulo para controlar dónde estaban, y asegurar su captura ilegal.
Cristian apareció con señales de tortura
Junto con el secuestro de los cuatro ciudadanos en Carazo, la otra noticia del fin de semana fue la angustia de la familia de Cristian Rayo Castro, estudiante de tercer año de Administración de Empresas, en la Universidad Centroamericana (UCA).
Sus parientes reportaron que el joven desapareció el viernes a mediodía, cuando iba a casa de una amiga. Al aparecer este domingo en la noche -golpeado, débil, deshidratado, y con señales de tortura- Rayo pudo relatar el calvario que vivió durante poco más de 48 horas.
Luego que personas que le son desconocidas lo retuvieran a la fuerza, el estudiante fue trasladado a diferentes puntos, donde permaneció amarrado y amordazado. Sus captores exigían que les detallara el trabajo de los movimientos universitarios, o cuándo se reunían, y si conocía a determinados líderes estudiantiles de Masaya, mientras lo golpeaban y humillaban, sin darle de comer, ni de beber.
Rayo apareció con señas en sus muñecas y tobillos, lo que sugiere que lo tuvieron amarrado con alambres, dijo su mamá, Julissa Castro, luego que lo encontraran en la carretera a Tisma.
Si bien la fuerza policial no dio la cara luego que la familia denunció la desaparición de Rayo, un grupo de agentes sí llegó hasta su casa después que la abogada Yonarquis Martínez confirmara en su cuenta de Twitter, la aparición del joven.
“Poco después de saberse que había aparecido -torurado pero con vida- varios policías se presentaron a su casa para tratar de llevárselo por la fuerza, pero la mamá les dijo que no, porque estaba muy mal, debido también a la deshidratación”, relató la letrada.
Martínez relató que los policías argumentaron que estaban investigando el hecho y que querían llevárselo para esclarecerlo, pero “si no se pronunciaron antes, cuando estuvo desaparecido, mucho menos que vayan a hacer nada ahora apareció”, argumentó.