13 de diciembre 2021
La izquierda en Latinoamérica siempre ha defendido a las dictaduras que se dicen también de izquierda. En el pasado justificó las matanzas de Stalin en la Unión Soviética (URRS) y las de Mao en China.
Defendió también a los regímenes dictatoriales de los países de Europa del Este bajo la hegemonía de la URSS y celebró la intervención de tropas soviéticas en Hungría y Checoslovaquia, para abortar la construcción de un socialismo democrático en esos países.
En América, las izquierdas oficiales siempre han defendido a la dictadura de Cuba y ahora también a las de Venezuela y Nicaragua. En todo momento ha condenado a las dictaduras de derecha, pero nunca a las que se autodenominan como socialistas.
Coincido con Roger Bartra cuando afirma que a pesar de todos sus errores, problemas y también claudicaciones, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) es la única fuerza política que en México puede calificarse como de izquierda, aunque ahora sea marginal.
El Partido del Trabajo (PT), que se dice de izquierda, es el negocio personal de una pequeña cúpula de dirigentes, y Morena es la continuación de la izquierda del PRI que se conoce como el “nacionalismo revolucionario”.
Casi la totalidad de esta corriente del priismo se trasladó a Morena y la cúpula de la dirección del partido provienen de esa línea política, que incluye a su fundador y ahora presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
En ese marco cobra un sentido especial, tiene una carga simbólica, que el PRD abandone el Foro de Sao Pablo, del que es fundador, porque éste defiende a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
El PRD ha decidido no apoyar a gobiernos dictatoriales como lo hizo en el pasado. El presidente de ese partido, Jesús Zambrano, que fue guerrillero en la década de los setenta, plantea que de manera unánime se tomó la decisión de nunca más apoyar a gobiernos dictatoriales.
Por eso mismo, añade, el PRD no puede seguir en un proyecto político que no solo justifica si no defiende a gobiernos que violentan sistemáticamente los derechos humanos de la población y suprime las libertades básicas en todos los campos.
Este cambio de posición se da en el marco de la decisión de volverse un partido socialdemócrata que defiende la democracia, los derechos humanos y las libertades de las personas. No sé si este cambio va a ayudar al PRD a salir de su marginalidad, pero considero que es una decisión acertada.
En cambio la posición oficial del PT y Morena es defender a esas dictaduras. Con frecuencia sus dirigentes hacen declaraciones a su favor y las ponen como ejemplo a seguir. Aunque se autonombren como de izquierda no lo son. Uno es un negocio privado y el otro una prolongación de un sector del PRI.