11 de diciembre 2021
Daniel Ortega justificó este viernes la ruptura de relaciones diplomáticas con uno de los principales cooperantes de Nicaragua, la República de Taiwán, alegando la existencia de un supuesto “hermanamiento revolucionario” y una histórica afinidad política e ideológica con China Popular.
Ortega se refirió al tema en un largo discurso de horas, transmitido por una cadena nacional impuesta por Telcor en radio, televisión y cable. Fue una intervención caracterizada por momentos erráticos y confusos por parte del dictador, matizada por los murmullos de Rosario Murillo, quien lo corregía e incluso demandando que apurara el discurso.
En su justificación Ortega recordó la relación entre Taiwán y Nicaragua durante el somocismo, pasando por el establecimiento de relaciones diplomáticas con China Popular en 1985, la ruptura con el gigante asiático en 1990 y la relación con Taiwán, sin mencionar que su Gobierno se benefició de su cooperación hasta desembocar en el anuncio de ruptura, este jueves 9 de diciembre.
En su recorrido, Ortega ignoró el significado del respaldo económico brindado por Taiwán a su Gobierno en los casi 15 años que lleva en el poder, enfocándose solamente en el gran poderío de la economía de China y los vínculos ideológicos, políticos y revolucionarios. Las veces que Ortega mencionó a Taiwán en su relato, fue para enfatizar que esta nación era parte de China Popular, y que así lo ha reconocido Naciones Unidas en una resolución.
“Hay un vínculo histórico y político. Ahora la República Popular de China es una potencia de primer nivel. Se da por hecho de que en unos años va ser la primera economía del mundo, por encima de Estados Unidos. China viene avanzando en sus relaciones con América Latina y el Caribe e incluso existe un punto de encuentro los países que estamos en la Celac, con China”, dijo Ortega.
La cooperación de Taiwán con Nicaragua
Durante dos años consecutivos (2020, y los primeros tres trimestres de 2021), Taiwán fue el más generoso de los donantes bilaterales con el sector público nicaragüense. El apoyo taiwanés a las finanzas y los proyectos de Nicaragua fue aún más generoso en 2021, al comprometer 1051 millones de córdobas (unos 29.7 millones de dólares), a repartirse entre varios ministerios. Y más de 800 millones de córdobas ya fueron ejecutados, según el Informe de la Ejecución Presupuestaria enero – septiembre 2021, publicado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP).
La entidad gubernamental más beneficiada por ese apoyo es el Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), al que se le asignaron 545.6 millones de córdobas, de los que 213.1 millones son para el Programa “Atención a Emergencias de Huracanes ETA e IOTA”, mientras otros 176.9 millones, son para financiar el Plan Techo para las viviendas de las familias afectadas por ambos huracanes.
Del mismo modo, se asignaron 88.4 millones de córdobas al Proyecto Emergencia Alimentaria covid-19; a la vez que se designaban 60.1 millones para construcción de vivienda solidarias, y 7.1 millones en concepto de apoyo para las familias afectadas por el huracán Eta.
El engaño del gran canal: Un “proyecto vivo”, dice Ortega
“Desde que llegamos al Gobierno, estuvimos buscando el momento y trabajando para restablecer relaciones con la República Popular de China. Incluso se trabajaron proyectos que están ahí, están vivos esos proyectos, con una empresa de China, que es el proyecto del gran canal”, agregó Ortega.
Este lunes 6 de diciembre se cumplieron siete años desde que Ortega y el misterioso empresario chino Wang Jing dieron por inauguradas las obras del supuesto canal interoceánico, un proyecto que nunca arrancó y ha quedado estancado en las promesas de Ortega y una misteriosa partida anual del Presupuesto General de la República de 45 millones de córdobas para la entidad gubernamental que lo supervisa, pese a que las obras nunca despegaron.
Califica de “ridículas” críticas del Departamento de Estado
Ortega calificó de “ridículos” los señalamientos del Departamento de Estado, que en una nota de prensa informó que la ruptura de las relaciones entre Nicaragua y Taiwán, priva a los nicaragüenses de “un socio firme en su crecimiento democrático y económico”.
“Las relaciones de Taiwán con socios diplomáticos en el hemisferio occidental brindan importantes beneficios económicos y de seguridad a los ciudadanos de esos países. Alentamos a todos los países que valoran las instituciones democráticas, la transparencia, el Estado de derecho y la promoción de la prosperidad económica para sus ciudadanos a ampliar el compromiso con Taiwán”, añadió el Departamento de Estado.
“Ahí está ya un vocero de los yanquis, protestando porque restablecimos relaciones con la República Popular de China. Estas son las cosas totalmente absurdas, ridículas, porque los voceros yanquis siempre protestan cuando estos países, que llaman su traspatio, abren relaciones con China”, agregó Ortega.
El ataque a los presos políticos
Ortega no desaprovechó su intervención para descargar virulentas palabras de odio en contra de los presos políticos, para nuevamente calificarlos de “terroristas, asesinos, conspiradores y traidores a la patria”, insistiendo en que estos fueron financiados por Estados Unidos para derrocarlo en 2018.
Aunque no mencionó su nombre, hizo una alusión a su hermano, el general en retiro Humberto Ortega Saavedra, a quien calificó de “idiota” por decir en una entrevista en CNN en Español que ninguno de los presos políticos era terrorista, como insiste el régimen.
“Son tan terroristas que con ganas ya le meten cuatro balazos a uno que sale ahí hablando por la televisión de que no son terroristas. Es un idiota, que idiota, cree que se lo tragan. Ni siquiera lo mastican, y no se da cuenta que con ganas le meten cuatro balazos”, dijo Ortega, mientras se escuchaban las risas de Murillo.
En julio, en una entrevista en el programa Oppenheimer Presenta, de la cadena internacional CNN en Español, el general en retiro Humberto Ortega Saavedra, exjefe del Ejército Nacional, aseguró que los opositores detenidos por el régimen de su hermano Daniel Ortega, “no son terroristas” o “traidores a la patria”, tal y como los ha calificado el Gobierno sandinista.
“Estoy claro que estos que están detenidos no son terroristas, no han atentado en contra de la estabilidad del país; simplemente son opositores que tienen su punto de vista como yo lo tengo”, dijo.
Esta fue la primera intervención pública de Ortega en un poco más de un mes. Antes del discurso de este viernes, su último acto fue el 8 de noviembre en un evento para celebrar su “reelección” tras las votaciones del 7 de noviembre, realizadas sin competencia política, con una nula transparencia, el encarcelamiento de opositores y la represión generalizada contra la sociedad civil y medios independientes.
Esa noche, Ortega dedicó su más virulento discurso de odio contra los presos políticos, llamándolos “hijos de perra del imperialismo”, a la vez que atacó a la comunidad internacional, principalmente la Unión Europea y Estados Unidos, a los que llamó “fascistas” y “nazis” por las condenas y el desconocimiento al proceso de votaciones del 7 de noviembre.
Ortega hizo una breve reaparición este 7 de diciembre, en un rezo familiar en su residencia y despacho de El Carmen. Fue mostrado en imágenes de los medios oficialistas vistiendo un conjunto deportivo Adidas, que recordó el atuendo que el dictador cubano Fidel Castro también lució en sus últimos años.
En las imágenes, estaba sentado junto a Murillo, y ambos rodeados de varios hijos, hijas, nueras, yernos, nietas y nietos, participando en un rezo privado en ocasión de la Gritería en honor a la Purísima Concepción de María.