30 de noviembre 2021
El deterioro económico y agravamiento de la crisis sociopolítica en Nicaragua, que incluye el incremento de las detenciones y criminalización de ciudadanos por su activismo cívico o por oponerse al régimen orteguista desde mayo pasado, son algunos de los factores que empujaron a más de 100 000 nicaragüenses a emigrar en 2021, sostiene el investigador de Diálogo Interamericano que ha estudiado durante décadas el comportamiento e impacto de la migración nicaragüense, Manuel Orozco.
En entrevista con el programa Esta Semana, que se transmite por Facebook y YouTube por la censura del régimen, Orozco destacó que el balance de 2021 sobre migración nicaragüense es “muy triste, porque prácticamente el 2% de la población decidió salir del país”.
Los principales destinos de estos nuevos migrantes nicaragüenses son Estados Unidos, Costa Rica y España. El analista prevé que en 2022, debido a todo este flujo migratorio que se está registrando, las remesas que llegan a Nicaragua “por lo menos” podrían crecer en un 10%.
¿Cuál es el balance de la migración de los nicaragüenses al sur y al norte al terminar este año 2021?
El balance es muy triste porque prácticamente el 2% de la población nicaragüense ha emigrado en el 2021, y la cantidad de gente que emigra ocurre básicamente después de abril, cuando se intensifica la represión en Nicaragua. La relación entre una cosa y la otra es extremadamente estrecha, muy cercana. Nosotros estimamos que salieron hacia Estados Unidos más de 60 000 nicaragüenses; solamente este mes de octubre detuvieron a cerca de 10 000 nicaragüenses tratando de cruzar la frontera. En el caso de Costa Rica, estamos estimando que van a ser por lo menos 40 000 nicaragüenses los que han salido a ese país por diferentes segmentos; por la vía de las visas de turistas y se van quedando, por la vía de puntos ciegos, y en realidad lo que estamos viendo es que son más de 25 000 solicitudes de asilo las que se han hecho este año, lo cual indica de que la cantidad de gente puede ser el doble de la que ha entrado a Costa Rica. Después, tenemos países como España en donde también está migrando la gente, Panamá y otros lugares. Es una situación donde la gente realmente votó con sus pies y está decidiendo hacer otra vida para ayudar a sus familiares desde afuera.
Estamos hablando de más de 70 000 personas que estarían migrando este año a Estados Unidos y 40 000 a Costa Rica, ¿es este flujo migratorio similar en cuanto a su composición y a sus motivaciones de lo que pasó en 2018 y 2019 o hay alguna diferencia?
Hay algunas diferencias. Por ejemplo; la gente que salió en el 2018 lo hizo por el momento de la coyuntura política, en el 2019 por el aumento de la represión, pero la migración que ocurre en 2020 y 2021 se realiza de una forma más compleja en relación con el deterioro económico, el proceso electoral en particular. Eso lo vamos viendo, por ejemplo, en que, según una encuesta que hicimos en abril, básicamente uno de los factores importantes por los que la población tenía intención de migrar era porque ellos creían que iba a haber un fraude y eso aumentaba la intención a migrar tres veces más que los que no creían que iba a haber fraude en el proceso electoral. Después, en otra encuesta en octubre de 2021, la intención a migrar prácticamente se duplicó de un 34 % a un 50 % de quienes están decididos a emigrar y en ese grupo, los factores más influyentes fueron creer que el país va por el camino equivocado, los bajos ingresos, pero también una poca creencia en el estado político del país, de la situación crítica en que se encuentra. Entonces, entiendo en que entre más compleja se hace la crisis política nicaragüense, en virtud de que se va deteriorando más desde cualquier ángulo que la vayas viendo, las opciones de la gente se van reduciendo, la decisión a irse prácticamente se está abriendo campo y en eso implica predominantemente la migración. Otro de los de los factores que aumenta hasta tres veces más la intención a migrar es entre aquellos que están convencidos que los juicios contra los que están presos son injustos, que son falsos y eso básicamente se confirma cuando ves que el número de gente que empieza a salir de Nicaragua se triplica a partir de mayo en adelante, pasando de 2 000 personas a 10 000 prácticamente durante todo el resto de 2021.
La migración que ha ocurrido este año, ¿cuál es la proyección para 2022. Está relacionada con un sector de la población con mejor calificación laboral, técnica o profesional o simplemente es la gente que no encuentra trabajo en el país y desesperadamente se quiere ir?
Una de las cosas interesantes que hemos visto es que prácticamente la mayoría de la gente, sea hombre o mujer, está migrando. No hay una correlación estadística entre mujer y hombre, no hay una correlación estadística con edad. La única correlación estadística que se observa es con aquellos que tienen estudios menores a los universitarios. Es decir, están con educación secundaria o primaria y eso te indica que prácticamente es la mayoría de la población, porque menos del 15 % de la fuerza laboral tienen un título universitario y esos son los que están, digamos, aguantando la crisis un poco más.
Este año el flujo de remesas familiares que se han recibido en Nicaragua están alcanzando un nivel récord superior a los 2000 millones de dólares, ¿cuáles son las proyecciones de este flujo de remesas para el 2022?
Yo creo que va a ser un poco difícil que sigan creciendo. El crecimiento de las remesas este año va a ser del 16 %. Es bastante alto y ocurre en función de diferentes factores: uno es la crisis económica en el país, los familiares en Costa Rica, pero especialmente en los Estados Unidos, están enviando más dinero para compensar la pérdida de ingresos que se ha producido en Nicaragua. También está el factor migratorio, esta cantidad de gente que está saliendo empieza a conseguir trabajo más o menos cuatro meses después de haber llegado al país y empiezan a enviar dinero a sus familiares. Entonces, yo creo que por lo menos va a haber un crecimiento del 10% en el envío de dinero en el 2022 y nuevamente va a ser prácticamente el único indicador macroeconómico que va a sostener la economía nicaragüense. Va a ser en un carácter digamos distributivo, en el sentido que es un dinero que no pasa directamente por el Estado, aunque por los impuestos el ingreso económico es bastante grande. Estamos hablando de 750 000 hogares que van a recibir remesas el próximo año.
El Gobierno anunció la semana pasada el visado libre a los cubanos para que vengan a Nicaragua, ¿hay expectativa de que esto podría traer una inyección para dinamizar el comercio en el Mercado Oriental, en otros comercios, pero también de que aumente la migración cubana hacia Estados Unidos, utilizando a Nicaragua como un trampolín? ¿Cuál es el objetivo de esta decisión del Gobierno de Nicaragua y qué impacto tiene para nuestro país?
Es un pragmatismo mutuo. Tanto Cuba como Nicaragua necesitan de estas personas; para Cuba la válvula de escape sigue siendo la migración, que vaya saliendo la gente, pero lo más importante es el tema económico, porque la situación económica de Cuba es bastante drástica. El crecimiento económico cubano ha venido en decadencia, básicamente en declive, en los últimos cuatro años y eso explica en gran parte la protesta social que se ha venido produciendo, y al mismo tiempo ha habido una fuerte caída de las remesas de las que depende mucho Cuba. La posibilidad, la oportunidad, de que los cubanos puedan usar a Nicaragua como un puente migratorio para Estados Unidos se presenta como una oportunidad beneficiosa para el Estado cubano. Eso significa la posibilidad de recibir dinero, pero también la válvula de escape de la presión social. En segundo lugar, hay un elemento muy importante y es que en medio de esta carestía, Cuba necesita un nivel de comercio que satisfaga ciertas necesidades básicas. Hay una escasez brutal en Cuba de todo tipo de necesidades. Cuba está básicamente pasando por lo que Venezuela empezó a pasar hace dos o tres años y necesitan ese puente, donde vayan cubanos a Nicaragua a hacer compras de artículos de consumo para volver a la isla a venderlos ahí. Eso sí tiene un beneficio para Nicaragua y para Cuba relativamente pequeño. Sin embargo, obviamente también va a tener un efecto en la carga migratoria que va a representar para la migración cubana en Estados Unidos. Estamos hablando de que por lo menos 10 000 cubanos pasan por Nicaragua para irse hacia Estados Unidos, dado que también otros países como Panamá y Costa Rica han restringido el paso de cubanos. Entonces, Nicaragua se ha convertido en un espacio posible, pero los intereses económicos están de por medio o están priorizados por los intereses políticos, pero para los dos países, es una buena provocación contra Estados Unidos también.