19 de noviembre 2021
La denominada “marcha cívica por el cambio”, convocada por la plataforma ciudadana Archipiélago, para el 15 de noviembre, en Cuba, obligó al régimen castrista a desplegar su fuerza represiva para impedir a cualquier costo una reedición del estallido social del 11 de julio en la isla caribeña.
Cuba “se volvió una cárcel gigante” quienes rompieron el cerco represivo “fueron arrestados”, describe el periodista cubano en La Habana, Abraham Jiménez Enoa.
Fuerzas de choque y paraestatales cercaron la vivienda del periodista durante 72 horas, así también las casas de líderes cívicos y ciudadanos, para evitar que asistieran, a lo que se esperaba fuera, una histórica movilización nacional convocada en las redes sociales. El régimen castrista “ya estaba preparado”, a diferencia de las protestas espontáneas de julio que se convirtieron en un parteaguas en la vida de los cubanos.
“Esa nueva Cuba nació a partir de Internet. El Internet le ha cambiado la fisionomía del país. Los ciudadanos se empoderan en la virtualidad, y de la virtualidad salen a las calles”, estima Jiménez Enoa.
El también columnista de The Washington Post y Gatopardo, describe la tercia entre la “nueva Cuba” y su demanda de cambio versus la dictadura de más de 60 años que tiene al país bajo estadio de sitio policial, y más de mil presos políticos.
La plataforma cívica Archipiélago, que nació del estallido social de julio de este año, convocó a movilizaciones para este 15 de noviembre. ¿Cómo viviste esta jornada de protestas?
En realidad ni yo ni la mayoría de los que iban a salir a las calles pudieron salir por la amplia represión que desplegó el Gobierno cubano a lo largo de toda la isla, para impedir, justamente, que se produjeran estas protestas. Decenas y decenas de personas quedaron arrestadas en sus propios domicilios, además, días antes fueron citados a interrogatorios y amenazados con la cárcel muchos de los ciudadanos que habían manifestado, al menos públicamente, en las redes sociales, que iban a las calles.
Entonces de alguna manera la isla se volvió una cárcel gigante, el gobierno militarizó las calles, los que pudieron romper ese cerco, escapar a esos operativos policiales, solo pusieron un pie en la calle, abrieron la boca, y fueron arrestados.
En mi caso, estuve durante 72 horas en prisión domiciliaria, rodeado por varios policías, por varios agentes vestidos de civil que rodearon mi domicilio y me impidieron que saliera.
Este control del régimen castrista sobre sus ciudadanos, se ha denominado por ser una represión preventiva que evita expresiones de protesta en su origen. ¿Cuál ha sido el modo de operar del régimen para sofocar estas protestas en Cuba?
Reprimir, acosar, perseguir; y como las protestas estaban anunciadas, no fueron como las de julio, que nacieron de pronto, fue un estallido social, fueron espontáneas, el régimen no las esperaba, y de ahí que la gente haya podido salir a la calle. Esta vez, como era una convocatoria, el régimen está preparado con mucha antelación, y lo que hizo fue, desde semanas previas, arreciar con su represión para ahogar las protestas.
El modo es: arrestos domiciliarios, citaciones arbitrarias a interrogatorios donde amenaza con la cárcel a los ciudadanos, les advierte que si salen a la calle irán prisión; actos de repudio, que son estos actos que llevan a cabo las turbas castristas, que se paran a las afueras de los domicilios de los disidentes, periodistas independientes, y le empiezan a gritar y a ofender, cosas sumamente que rozan, en algunas ocasiones hasta el fascismo; y bueno, militarizar las calles.
Además, ya con todo neutralizado, entonces el régimen toma las plazas públicas, y lleva a sus partidarios, y hace creer que los que están tomando el país y los que se están manifestando son los que están a favor, cuando todo un país está en sus casas sin poder salir, o en calabozos, hay mucha gente detenida.
¿Y qué rol ha tenido el uso de las redes sociales y del Internet en este contexto?
Es fundamental. Es decir, la nueva Cuba no se puede contar sin Internet. De hecho, esa nueva Cuba nació a partir de Internet. El Internet le ha cambiado la fisionomía del país porque ha hecho que nazcan, no solo una nueva generación de medios independientes, sino que los ciudadanos comunes y la sociedad civil se empodere en la virtualidad, y de la virtualidad salga a las calles.
Por casi seis décadas los cubanos no tenían manera de poder expresar lo que querían, lo que quisiesen, y el Internet, y sus plataformas, le ha dado esa posibilidad. Entonces, no solo sirve como plataforma para la expresión, sino también para la organización; de hecho, Archipiélago nació a partir de Internet, y se organizan, y tienen una incidencia en la vida cívica cubana a partir de Internet.
Este martes publicaste un artículo titulado Crónica desde el balcón, el fantasma de la represión asfixia a Cuba, en el que relatás la manera en que se te impuso arresto domiciliar de facto. ¿Cómo podés hacer periodismo en Cuba bajo estas condiciones?
Es muy difícil, y más cuando uno lleva mucho tiempo. No es la primera vez que me dejan encerrado en mi domicilio, me han secuestrado en otras ocasiones, me han desnudado, me han amenazado con la cárcel, acosan a mi familia. Es bien difícil, de hecho, tampoco puedo salir del país porque estoy en una lista de regulados migratorios los cuales no pueden salir del país, digamos, somos una suerte de presos libres dentro de la isla, pero no podemos salir del país.
Es lamentable todas las represalias que caen sobre uno, cuando uno lo único que hace es contar, narrar, informar, pero no queda de otra; también me aferró a la idea de que si no lo hacemos los colegas que estamos acá, nadie lo va hacer, y entonces ese relato sobre Cuba se va a perder. Es bien difícil, la verdad.
¿Este movimiento cívico y sus demandas, que surgieron en julio, puede resistir el Estado policial y a la represión en Cuba?
Está siendo muy difícil, de hecho, ahora mismo acaba de surgir la noticia de que Junior García acaba de aterrizar en España. Junior es el líder de Archipiélago, y es otro artista más que se tiene que exiliar, otro líder cívico de Cuba que tiene que exiliarse para proteger su integridad. En los últimos meses, después de julio, hemos asistido a un desangre de esa sociedad civil que se había empoderado en Cuba, y ha tenido que salir huyendo, huyéndole básicamente a la cárcel; quedan solamente dos bandos acá: o los que están presos, que son la mayoría del movimiento San Isidro y otra serie de activistas, o están en el exilio.
De pronto, esa masa compacta que era la sociedad civil, que se había generado desde la llegada del Internet en los últimos años, se ha fraccionado. Están en prisión o en el exilio.
La gente ha dejado de disentir en el domicilio y ha salido a la calle, a decirlo en el barrio, en lugares donde pueda, y eso traído como consecuencia que el régimen aumente su represión para ahogar ese malestar, esa inconformidad masiva que hay en el país; entonces mucha gente está optando por el exilio.
¿No pueden, entonces, organizarse, existen rostros, liderazgos en el que la población deposite su confianza, o es una lucha que no tiene rostros, están en el exilio y no tiene demandas claras?
Ahora mismo, la mayoría de los rostros de esa sociedad civil están fuera o en las cárceles; y las demandas claras son básicamente: respeto a los derechos básicos, la libre expresión, la libertad de prensa, la libertad de asociación; pero, con la desfragmentación de esas organizaciones o con el asentamiento de esas organizaciones en el exterior, se hace mucho más difícil tener como demandas claras. Obviamente, uno sabe qué es lo que quieren cambiar los cubanos, pero al estar la mayoría fuera o en las cárceles, se hace mucho más difícil verlo con claridad.
¿Cuantos presos políticos hay en Cuba producto del estallido social del 11 de julio?, ¿y cuál es su situación?
Antes del 11 de julio había cerca de 130 presos políticos en Cuba; y para que veas la magnitud de lo que ocurrió el 11 de julio, solo a raíz de esa protesta hay 1270 presos políticos hoy en Cuba, que sumándole los 130 que ya había, cerca de 1400 presos políticos hay ahora mismo en Cuba, es el país que más presos políticos tiene ahora en todo el planeta, por encima de Nicaragua, por encima de Venezuela, por encima de las dictaduras africanas, alrededor de 1400 personas, por razones políticas están encerradas hoy en el país.
¿Es sostenible el régimen castrista con este modelo represivo, y con esta demanda nacional de un cambio político?
Para ellos sí es sostenible, porque ya han llegado al punto que si no reprimen, y si no encierran o expulsan del país, destierran a los ciudadanos que disienten, no van a poder perpetuarse, no van poder seguir. Entonces, es la manera que han encontrado, su manera de gobernar ahora mismo es el terror, fundar el horror, demonizar a los ciudadanos, inyectarles miedo en el cuerpo y, a través de eso, seguir gobernando mucho más. Entonces sí está siendo efectivo.
Cuando uno pensaba que en Cuba había nacido una nueva generación que podía hacerle frente, que de hecho le está haciendo frente, ellos siguen casi 63 años imponiendo su látigo, y aunque uno nota sus fragilidades, siguen bien afianzados a la silla del poder.