10 de noviembre 2021
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El proceso de votaciones ha concluido y el Consejo Supremo Electoral, controlado por operadores del orteguismo, asignó al Frente Sandinista el 75.92 % de los votos, que significará para este partido político un poco más de 17.4 millones de dólares en concepto de reembolso electoral por supuestos gastos de campaña, de acuerdo a cálculos de CONFIDENCIAL.
Para el proceso de votaciones del 7 de noviembre, se asignaron 23.4 millones de dólares del Presupuesto General de la República (PGR) para el fondo de reembolso electoral de los partidos en contienda.
Este fondo se financia con el 1% de los ingresos ordinarios del PGR de 2021 y está destinado a reembolsar supuestamente los gastos de campaña electoral en los que incurrieron los partidos políticos en contienda.
Sin embargo, el mecanismo de reembolso electoral adolece de transparencia y es manejado con mucha opacidad, abriendo las puertas para que el mismo sea utilizado como una forma para conseguir la colaboración de fuerzas políticas minoritarias o desconocidos, con el fin de dar una falsa normalidad al proceso de votaciones.
En primer lugar, las reformas electorales que el Frente Sandinista y sus socios políticos en la Asamblea Nacional aprobaron en abril, eliminó el candado que establecía que se tenía que obtener al menos un 4% de los votos para ser beneficiarios del reembolso por parte del Consejo Supremo Electoral (CSE).
Esta vez, sin importar el porcentaje de votos que registren, todos los partidos en contienda podrán recibir del fondo de reembolso de gastos electorales.
Algunos partidos políticos opositores y especialistas electorales denunciaron, luego de la entrada en vigencia de la reforma electoral el 4 de mayo, que el sistema de entrega de dinero establecido fomentaba lo que popularmente se conoce como el “zancudismo”, es decir, participar no con el objetivo de alcanzar el poder o demostrar un músculo político, sino para simplemente ser beneficiado con el millonario reembolso electoral.
“Un partido que obtenga el 1% va a recibir 230 000 dólares de premio por haber ido a zancudear”, denunció en mayo la presidenta de Ciudadanos por la Libertad, Kitty Monterrey, cuando todavía esta organización era parte del proceso electoral, antes que el orteguismo con complicidad del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), les despojó de su personería jurídica el 6 de agosto pasado.
Las asignaciones a los zancudos
El Frente Sandinista contó con la colaboración política para este proceso de votaciones, además del PLC, de Alianza por la República (APRE), Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Partido Liberal Independiente (PLI) y Yatama, que competía como partido regional en la Costa Caribe nicaragüense.
Tomando en cuenta las asignaciones hechas por el CSE, el PLC se convertiría en la “segunda fuerza política del país” con un 14.15 % de votos, seguido por CCN (3.30 %), ALN (3.15 %), APRE (1.78 %) y PLI (1.70 %).
Sin la reforma electoral de abril pasado, los partidos políticos CCN, ALN, APRE y PLI no hubiesen tenido derecho a recibir el reembolso electoral y también hubiesen perdido su derecho a ser una fuerza política vigente, debido a estos pobres resultados que les asignó el CSE.
Tomando en cuenta estas asignaciones, el PLC tendría “derecho” a recibir del reembolso electoral un poco más de 3.3 millones de dólares. Al CCN le corresponderían 759 mil dólares, al ALN, 724 mil dólares, APRE recibiría 409 mil dólares y el PLI, 401 mil dólares.
Las reformas electorales tampoco establecieron un mecanismo transparente para la entrega de este dinero a los partidos políticos, limitándose a decir que este proceso sería supervisado por la Contraloría General de la República-otra entidad que responde a los intereses de la dictadura- y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Antiguos jefes de campaña electoral consultados por CONFIDENCIAL explicaron que antes de las reformas electorales, el mecanismo de reembolso determinaba que la entrega del dinero era “contra factura”, es decir, que el monto a entregar se determinaba con base a las facturas de gastos de campaña que entregan los partidos políticos, no con base al porcentaje de votos válidos anunciados por el Consejo Supremo Electoral.
Eliseo Núñez Morales, quien fue jefe de campaña electoral en 2011 del entonces candidato, el empresario radial Fabio Gadea Mantilla, opinó que precisamente la finalidad de la participación de los partidos colaboracionistas en procesos electorales tan irregulares es la búsqueda del reembolso electoral.
“Es que ese es el fin de estos partiditos, obtener el reembolso. Es bastante dinero y al haber eliminado el candado del 4 % de votos mínimos para obtener el reembolso, implica que ahora sí van a recibir la plata. Tengo mis sospechas que con las malacrianzas que hizo Guillermo Osorno (candidato del CCN) cuidado le puede quitar ese dinerito, pero definitivamente el fin último de ellos es recibir ese dinero, que es buena plata”, opinó el analista político.
Dinero a posteriori
El mecanismo de reembolso establecía que antes del inicio de la campaña electoral, el CSE emitía un aval para que los partidos políticos en contienda consiguieran un crédito bancario para los gastos de campaña electoral. Este crédito será subsanado posteriormente con el reembolso que haga el Poder Electoral, luego que se registren los resultados finales de los comicios.
El artículo 99 de la Ley Electoral, luego de la reforma de abril aprobada por el orteguismo y sus aliados políticos, establece que ahora “dicho reembolso se otorgará a las organizaciones políticas de acuerdo al porcentaje de los votos válidos que haya obtenido en la elección de presidente o presidenta y vicepresidente o vicepresidenta. Debiendo rendir cuentas en forma documentada y detallada ante la Contraloría General de la República, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público y al Consejo Supremo Electoral”.
Tampoco se conoció públicamente de alguna circular o comunicado del Poder Electoral aclarando que este reembolso se iba entregar con base a los gastos de campaña electoral que logren justificar los partidos políticos, sin importar los votos válidos asignados por el CSE.
Vista de la sede del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), en Managua, en la noche de las elecciones generales. Foto: Confidencial
La campaña electoral “que no existió”
Otro problema con la falta de transparencia del mecanismo de reembolso electoral es que debido al contexto de la pandemia y el hecho de que no había competencia política genuina, la campaña electoral de este proceso de votaciones se caracterizó por su nula presencia.
Un reporte especial de CONFIDENCIAL publicado dos días antes de las votaciones, consultó a expertos en comunicación política, analistas de comunicación digital y políticos con experiencia en campañas electorales, que valoraron que “no existió” una campaña electoral en Nicaragua y tampoco se percibió la intención de los partidos políticos participantes, todos colaboradores necesarios del Frente Sandinista, para promover a sus candidatos.
Los especialistas aseguraron que, en un proceso electoral con garantías y competencia, los partidos políticos deberían haber hecho “ruido” en las redes sociales, pero la ausencia de esa campaña, que cerró oficialmente este 3 de noviembre, es muestra del atípico proceso nicaragüense, a cargo de un sistema electoral colapsado bajo control del FSLN.
Incluso el Frente Sandinista mantuvo una campaña electoral opaca y sin “mucho ruido”. El mismo Daniel Ortega salió en público solamente tres veces en esta atípica campaña electoral. No hizo promesas de campaña, tampoco anunció nuevas políticas de desarrollo, inversiones o proyectos. En esas tres intervenciones hizo lo de siempre. Atacar a quienes lo adversan, imponer la cadena de radio y televisión para verlo y escucharlo y de paso, violar la Ley Electoral al hacer proselitismo político con recursos del Estado.
