9 de noviembre 2021
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, rechazó este martes los resultados de las “elecciones ilegítimas” de Nicaragua, que aseguraron un cuarto mandato consecutivo de Daniel Ortega, y demandó que la comunidad internacional exija la anulación de las mismas.
Almagro hizo un llamado “a la celebración de un nuevo proceso con garantías”, observación independiente y verdadera competencia electoral, en referencia al proceso que se ha visto deslegitimado por la intensificación de la represión gubernamental en los últimos meses.
“Insto a países de la OEA a responder a esta clara violación de la Carta Democrática durante su Asamblea”, dijo Almagro en su cuenta de Twitter a un día antes que inicie el encuentro de cancilleres en que, precisamente, la crisis de Nicaragua será un tema de agenda.
Almagro acompañó su pronunciamiento con un informe detallado, primero, refiriéndose a la manera cómo se comunicaron los resultados electorales, lo que va en contra de las buenas prácticas y denota un menosprecio a la transparencia e independencia que deben regir a las autoridades del Consejo Supremo Electoral (CSE).
Rechazamos los resultados de las elecciones ilegítimas en #Nicaragua.
Insto a países de @OEA_oficial a responder a esta clara violación de la Carta Democrática durante su #AsambleaOEA.
Informe de la Secretaría xa Fortalecimiento de la Democracia: https://t.co/MveDywNrXm
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) November 9, 2021
“Al día siguiente a las elecciones aún constaba el corte provisional como el único resultado oficial de las elecciones. Asimismo, en la página web del CSE no fue posible cotejar las actas u otro material electoral con la versión oficial de las autoridades electorales. Importa también mencionar que al día siguiente de las elecciones no había reporte alguno por parte del CSE sobre los resultados electorales para diputados de la Asamblea Nacional”, enumeró.
Ortega ignoró recomendaciones de la OEA
También mencionó los esfuerzos realizados por la OEA para hacer volver a Nicaragua al cauce democrático, los que fueron ignorados por el gobernante nicaragüense, entre ellos una reforma electoral que al final terminó convertida en insustancial según el funcionario.
Recalcó la falta de independencia del poder electoral, la represión que se ha visto expresada en la detención de precandidatos opositores, la cancelación de la personería de partidos opositores y los ataques a la sociedad civil y libertad de expresión.
“El Consejo Supremo Electoral actual no goza de la credibilidad, independencia ni autonomía para llevar a cabo unas elecciones democráticas, justas y transparentes. El régimen mantiene y acrecentó el control del Poder Electoral, con un accionar que es, a todas luces, la cooptación de la autoridad electoral”, insistió Almagro.
Además de esa falta de independencia electoral, el secretario general dela OEA señaló que el resto de partidos a los que se les permitió participar en las votaciones son “cercanos al Gobierno“, a juicio de analistas, lo que se convierte también un argumento para sostener que no hubo competencia. Este proceso tampoco tuvo observación internacional reconocida a juicio de Almagro.
Rechazo de casi 40 países
Con este detallado documento, el funcionario regional sentó su posición, luego que al menos cinco expresidentes han pedido la suspensión del régimen nicaragüense del organismo, dada las claras violaciones cometidas con la falta de garantías democráticas para una elección libre y la represión.
Más de 36 países hasta este lunes han declarado ilegítimas las elecciones, entre ellos Estados Unidos, la Unión Europea—integrada por 27 naciones—, España, Chile, Perú, Uruguay, República Dominicana, Colombia, Panamá, entre otros.
La comunidad internacional ha demandado en reiteradas ocasiones la liberación de los presos políticos, un total de 150, de los cuales 39 fueron arrestados desde mayo pasado en medio de la escalada represiva impuesta por el régimen para eliminar la competencia política. Entre el último grupo de detenidos, hay siete precandidatos presidenciales, líderes cívicos y empresariales, a los que Ortega insultó este lunes al celebrar su “victoria” en Managua.
El caudillo sandinista llamó “hijos de perra de los imperialistas yanquis” a los reos de conciencia, a los que el sistema bajo su control ha imputado —sin pruebas— en su mayoría los delitos de “traición de la patria”, mientras a otros los señala de delitos como lavado de dinero y los hace partícipes de una supuesta conspiración para derribarlo en 2018.
Las evidencias de los organismos de derechos humanos, entre ellos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, adscrita a la OEA, muestran todo lo contrario: las violaciones sistemáticas de derechos humanos que dejaron 328 asesinados, miles de heridos y más de 100 000 ciudadanos en el exilio. Delitos por los cuales el Estado de Nicaragua no ha respondido, manteniendo cada uno de esos casos en la impunidad.
Senadores en EE. UU. condenan resultados
Mientras Ortega hacía escarnio con las víctimas de su sistema, continuaron las reacciones en Estados Unidos tras la denuncia del presidente Joseph Biden y el secretario de Estado, Antony Blinken, cuestionando los resultados de las votaciones de Nicaragua.
El senador de Luisiana, Bill Cassidy, denunció lo que llamó elecciones simuladas en Nicaragua. El legislador habló en nombre de un grupo bipartidista integrado por sus colegas del Senado: Bob Menéndez, Patrick Leahy, Jim Risch, Marco Rubio, Dick Durbin, Ted Cruz, Ben Cardin y Tim Caine.
Nicaragua's elections were neither free, nor fair, and as such the results do not represent the will of the Nicaraguan people. pic.twitter.com/qRiDORVGpG
— U.S. Senator Bill Cassidy, M.D. (@SenBillCassidy) November 8, 2021
“Condenamos enérgicamente el intento fraudulento del régimen Ortega-Murillo de mantener el poder en Nicaragua a través de las elecciones simuladas del 7 de noviembre, luego de arrestar y encarcelar a miembros de la sociedad civil y la oposición política. Estas elecciones no fueron libres ni justas, por lo que los resultados no representan la voluntad del pueblo de Nicaragua”, dijeron los senadores.
Los legisladores agregaron que la mayoría de países del hemisferio y del mundo deben reconocer que el régimen de Ortega se ha convertido en una cruda dictadura y, por tanto, sostienen que EE. UU. debe usar todas las herramientas diplomáticas y económicas a su disposición para respaldar a la población nicaragüense.
En días pasados, el Congreso aprobó la Ley Renacer, aún pendiente de firma en la Casa Blanca, que da nuevas herramientas de presión contra Ortega, entre ellas un mayor escrutinio de los créditos internacionales a Nicaragua, la revisión de su participación en el acuerdo comercial con Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana y la posibilidad de mayores sanciones contra quienes impidieron la realización de elecciones libres.