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Las “sanciones” contra redes sociales al régimen Ortega-Murillo

¿Existe censura en la cancelación de la “granja de troles”? Claro que no, primero debe existir un ejercicio legítimo de libertad de expresión

Uriel Pineda

4 de noviembre 2021

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Algarabía, es lo que ha producido la noticia de la eliminación de 937 cuentas de Facebook, 140 páginas, 363 cuentas de Instagram, además de un número impreciso, aunque alto, de cuentas de Twitter. Las restricciones no terminaron ahí, también fueron cancelados 82 canales de YouTube y tres Blogs, pero ¿qué implicaciones desde los derechos humanos tiene el cierre de la “granja de troles” del régimen Ortega-Murillo?

Más que irónico, sería descarado que el régimen o sus voceros invocaran censura después de ser los responsables de procurar la impunidad en el asesinato del periodista Ángel Gahona; allanar y ocupar los equipos e instalaciones de CONFIDENCIAL dos veces; ocupar los equipos y las instalaciones de 100% Noticias, y apresar a su propietario Miguel Mora dos veces; dejar sin papel a La Prensa y encarcelar a su gerente general; haber perpetuado infinidad de agresiones contra periodistas independientes en Nicaragua; mandar al exilio forzado a un sinnúmero de periodistas; y negar el acceso al país a la prensa internacional. Pero el cinismo del régimen, al igual que su intención de perpetuarse en el poder a cualquier costo, no tiene límites.

¿Existe censura en la cancelación de la “granja de troles” del régimen Ortega-Murillo? Claro que no, para que exista censura, primero debe existir un ejercicio legítimo de libertad de expresión y la utilización coordinada de redes sociales para descalificar y estigmatizar a opositores o difundir propaganda de un régimen criminal no lo es. La libertad de expresión comprende el derecho universal de toda persona o medio de comunicación, a buscar, recibir y difundir información o ideas por cualquier medio, la expresión cualquier medio abarca naturalmente el uso de redes sociales.

La libertad de expresión es un derecho oponible al poder y consecuentemente, el poder no puede reivindicar como libertad de expresión la manipulación de redes sociales por medio de una acción coordinada que busque denostar a opositores y difundir artificialmente propaganda del régimen. De hecho, la cancelación de estas “granja de troles” es una medida compatible con estándares internacionales de libertad de expresión, toda vez que desde la dimensión colectiva de la libertad de expresión (el derecho de una sociedad a estar informada) la existencia de una “granja de troles”, desvirtúa el derecho de una sociedad a estar informada, toda vez tergiversa la pluralidad de medios y diversidad de contenidos. Dicho de otro modo, la existencia de “granjas de troles” altera de forma deliberada la libre circulación de ideas e información a la que la sociedad en su conjunto tiene derecho a acceder.


Pero la cancelación de esta “granja de troles”, también guarda armonía con un derecho humano emergente, el llamado derecho al olvido digital. El derecho al olvido digital, es el que le asiste a una persona para solicitar a los gestores de motores de búsqueda la eliminación de la lista de resultado su nombre, cuando este aparezca asociado a información publicada en páginas web de terceros con contenido que ya no sea relevante, necesario o adecuado, de conformidad a lo que estableció el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en la Sentencia C-131/12 de 2014.

La “granja de troles”, al igual que todo el accionar del régimen, tienen la finalidad de coadyuvar a su perpetuación en el poder, consecuentemente, la utilización de estas para descalificar, estigmatizar y denostar a voces críticas opositoras era un medio más. Por ello, la cancelación de esta “granja de troles” favorece el derecho al olvido digital de quienes han sido víctimas de difamación por parte del régimen.

Finalmente, las redes sociales se han convertido en el vehículo para vencer la censura oficial impuesta por el régimen Ortega-Murillo en Nicaragua y uno de los aliados más importantes de la lucha azul y blanco, la cancelación de la “granja de troles” del régimen, más que un golpe al régimen y su propaganda poco creíble, es un respaldo al pueblo de Nicaragua en la lucha por su libertad. También es un mensaje contundente de las redes sociales que conectan a la mayor parte de la población mundial y le dicen a un régimen miserable que no tienen derecho a usar sus redes sociales para negar que asesinan, torturan, encarcelan, censuran y reprimen al pueblo.


*Maestro en Derechos Humanos

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Uriel Pineda

Uriel Pineda

Abogado nicaragüense, máster y consultor independiente en Derechos Humanos, radicado en México.

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