30 de octubre 2021
La firma de un tratado de delimitación fronteriza entre Daniel Ortega y el presidente hondureño Juan Orlando Hernández (JOH) tiene más trasfondos políticos y diplomáticos para ambos gobernantes, que beneficios concretos para Nicaragua y Honduras, de acuerdo con expertos en relaciones internacionales, académicos y analistas políticos consultados por CONFIDENCIAL.
Julieta Castellanos Ruiz, socióloga y académica hondureña y quien fue rectora entre 2009 y 2017 de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, explica que la firma del tratado tiene tres lecturas desde el país vecino.
La primera es que Juan Orlando Hernández estaría buscando en la etapa final de su Gobierno reivindicar un discurso de soberanía, para amortiguar el costo político que le ha significado su proyecto de creación de las denominadas ZEDE (Zonas Especiales de Desarrollo y Empleo), una iniciativa que ha sido señalada de inconstitucional, violatoria de la soberanía hondureña e incluso de ser una burda venta a personeros privados del territorio catracho.
La segunda lectura se refiere a que Hernández estaría garantizando contar con el apoyo de Nicaragua como un lugar de refugio, en caso de tener que salir de su país por las investigaciones que enfrenta por posibles vínculos con el crimen organizado.
Finalmente, la tercera lectura es que la firma de este tratado es una respuesta diplomática conjunta de Nicaragua y Honduras a la hostilidad política hacia ambos Gobiernos por parte del mandatario salvadoreño, Nayib Bukele.
“Este tema de las Zede y el manejo que ha hecho el Gobierno de Juan Orlando Hernández de estos proyectos le ha traído más protestas, y no solo de los opositores, sino de muchos otros sectores... Con el caso de El Salvador, pues el presidente Bukele ha mantenido comentarios alusivos a la reelección presidencial de Hernández y a los señalamientos y problemas de supuestos vínculos con el narcotráfico en el partido de Gobierno”, explicó Castellanos.
Este 28 de noviembre están previstas las elecciones generales en Honduras. La presidencia de Hernández se ha visto salpicada de muchos escándalos políticos, principalmente por los señalamientos de vínculos con el narcotráfico internacional. Su hermano, Tony Hernández, está condenado en Estados Unidos a 12 años de cárcel por traficar droga desde Honduras al país norteamericano y en medio de las investigaciones de este caso, se señala al actual mandatario hondureño de haber conspirado junto con su hermano para ejecutar dichas operaciones.
“Este tema de las acusaciones de vínculos con el narcotráfico desgastó mucho al Gobierno de Juan Orlando Hernández. Por eso es que se ha pensado que el presidente, ante un probable pedido de extradición, está pensando seguir los pasos de los exgobernantes de El Salvador (Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, acusados de corrupción), que incluso han recibido la ciudadanía nicaragüense y como Nicaragua no tiene tratado de extradición con Estados Unidos , sería un lugar seguro”, añadió Castellanos.
Nicaragua: Refugio de prófugos de la justicia
Víctor Meza, exministro de interior y director del Centro de Documentación de Honduras (CEDOH), explicó que la firma del tratado representa una conclusión a los procesos de diferendos con El Salvador y Nicaragua llevados a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
“En primer lugar, Honduras consigue una ratificación de lo que ya había decidido la Corte sobre su salida hacia el Océano Pacífico y Nicaragua define sus diferendos en el Océano Atlántico. Pero además, la diplomacia hondureña ha usado con mucha habilidad está coyuntura para enfrentar las discrepancias crecientes con el Gobierno salvadoreño actual, agravadas por las opiniones adversas e incluso un tanto groseras que ha emitido el presidente Bukele con respecto a los gobernantes de Nicaragua y Honduras”, explicó.
“Pero este acuerdo también persigue que el gobernante hondureño, que está saliendo de su ilegal segundo mandato, está buscando amigos en la región y como Nicaragua lamentablemente se está convirtiendo en un refugio de prófugos de la justicia, pues no descartaría que el presidente Hernández busque la complacencia y el calor que ofrece el Gobierno nicaragüense”, añadió Meza.
El trasfondo de la abstención de Honduras en la OEA
Carlos Murillo Zamora, experto en temas de relaciones internacionales y docente de la Universidad de Costa Rica, es enfático en señalar que la firma de este tratado a dos semanas de las votaciones en Nicaragua es un intento de Ortega de legitimar el fraude electoral de este 7 de noviembre y las intenciones de Juan Orlando Hernández de garantizarse un refugio, en caso de enfrentar una investigación judicial.
“Esto se trata de un espectáculo para la opinión pública, donde Ortega pretende decirle al mundo que su vecino viene a su país para firmar programas conjuntos. Esto hay que verlo más allá de las relaciones bilaterales Honduras-Nicaragua, sino en el trasfondo de los intereses personales de los dos gobernantes. Juan Orlando Hernández finaliza pronto su período presidencial y tiene serios cuestionamientos. Honduras ha sido declarado por instancias académicas y políticas como un narco-Estado y hay que recordar que el hermano del presidente hondureño está detenido en Estados Unidos y que se cuestiona los negocios de Juan Orlando”, precisó.
Ortega y Hernández mantienen una estrecha relación de cordialidad y reconocimiento político. El mandatario hondureño ha sido el último jefe de Gobierno que ha hecho visitas oficiales y de trabajo a Nicaragua, desde que se dieron las protestas sociales en 2018, que fueron reprimidas con violencia por el régimen orteguista.
“Esto también hay que enmarcarlo en la decisión que sorprendió en el marco de la OEA, cuando Honduras se abstiene de la resolución sobre Nicaragua hace unos días. Esto hace pensar que como ha ocurrido con otros mandatarios, el próximo año Managua tendrá otro residente ilustre que sería el ya expresidente de Honduras, para evitar ser juzgado y deportado, una vez que pierda la inmunidad presidencial”, insistió Murillo Zamora.
La reacción de Bukele
Precisamente, una de las primeras reacciones a la firma de este tratado entre Honduras y Nicaragua vino del gobernante salvadoreño Nayib Bukele, quien según lo expresado por Ortega, fue invitado a participar del acuerdo.
“Ha sido difícil trabajar en esa dirección. Con Honduras hemos logrado unir voluntades, ha habido dificultades con los hermanos salvadoreños, con el gobierno de El Salvador. Nosotros invitamos lógicamente al Gobierno de El Salvador a sumarse a este esfuerzo, porque El Salvador también está en la obligación de ponerse de acuerdo con Honduras y Nicaragua para delimitar la zona”, dijo Ortega durante la firma del acuerdo, este 27 de octubre.
En la noche de ese mismo miércoles, Bukele se pronunció sobre la firma de este acuerdo por medio de su cuenta en Twitter, ironizando sobre el asunto.
“¿Qué creen que estuvieran diciendo @dw_espanol, @nytimes, @washingtonpost y sus medios afines, si yo hubiera firmado este mismo idéntico tratado geopolítico con Ortega? Exacto. ¿Qué estuvieran diciendo los demócratas en la Casa Blanca? Exacto”, escribió en la red social.
¿Qué creen que estuvieran diciendo @dw_espanol, @nytimes, @washingtonpost y sus medios afines, si yo hubiera firmado este mismo idéntico tratado geopolítico con Ortega?
Exacto.
¿Qué estuvieran diciendo los Demócratas en la Casa Blanca?
Exacto 🙃 https://t.co/GOsLmm5qvx
— Nayib Bukele (@nayibbukele) October 28, 2021
La sintonía política de JOH con Ortega
En la última sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), llevada a cabo el 20 de octubre, Honduras y Guatemala fueron las naciones que se abstuvieron en la votación de una resolución que pedía la liberación de los presos políticos y la participación del organismo como observador electoral.
“Fue una reunión presidencial sin sentido, días antes de las elecciones en Nicaragua y unos pocos días después del voto en la OEA de Honduras. Aquí es clave el momento en que se da esta firma. No es solamente un acuerdo para delimitar fronteras, que no es necesario, porque las fronteras ya fueron delimitadas por la resolución de la Corte Internacional de Justicia. Distinto hubiese sido si anuncian un programa de desarrollo binacional y transfronterizo”, añadió Murillo Zamora.
Mientras Guatemala y Honduras se desentendieron de pronunciarse sobre la crisis de Nicaragua, los presidentes de Costa Rica, Carlos Alvarado; de Panamá, Laurentino Cortizo, y de República Dominicana, Luis Abinader, mostraron su preocupación por “la falta de garantías”, que existen en Nicaragua para que las elecciones del 7 de noviembre sean transparentes, en el marco de la creación de la Alianza para el Fortalecimiento de la Institucionalidad Democrática, que reúne a estos Gobiernos.
Los presidentes de la Alianza expresaron además su “profunda preocupación ante la crítica situación política y el deterioro de los derechos humanos en Nicaragua” y por la falta de garantías. También instaron al Gobierno de Nicaragua a la liberación inmediata de los presos políticos y la “restitución de todos los derechos civiles y políticos”, durante un encuentro que tuvieron los mandatarios este 21 de octubre, un día después de la votación en la OEA.
La vacunación a nicaragüenses en Honduras
El analista político y exdiputado opositor nicaragüense Eliseo Núñez Morales, coincide con Murillo Zamora en la intrascendencia de la firma del tratado, dado que los puntos sobre delimitación fronteriza establecidos en los mismos fueron los que se decidió en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, cuyo último fallo sobre el tema fue el 8 octubre de 2007.
Sin embargo, Núñez considera que otro trasfondo de este encuentro entre ambos gobernantes es la oleada de nicaragüenses que están saliendo a vacunarse a Honduras.
“La visita del presidente hondureño obedece a dar un golpe de imagen en esta situación que ha escalado sobre la vacunación de nicaragüenses en Honduras. Lo que firmaron no tiene realmente importancia. Eso fue muy aparte de lo que Ortega y Juan Orlando Hernández pretendían: dar una imagen de que están juntos y que Ortega gestionó estas vacunas con el Gobierno hondureño”, opinó.
El Gobierno hondureño informó que, en los últimos días, cerca de 35 000 nicaragüenses fueron vacunados con los biológicos Pfizer y Moderna.