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El presbítero cuestiona la farsa electoral y afirma que el mensaje de la conferencia episcopal apela a la conciencia de los servidores públicos.
“Diga lo que diga el presidente o Rosario Murillo, la Iglesia siempre será profética en estos momentos difíciles que vive la nación”, afirma. “Este siete de noviembre mi huella estará limpia, como mi conciencia”, dijo en una homilía el presbítero Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Divina Misericordia de Sébaco en Matagalpa, al referirse a la crisis nacional nicaragüense, las votaciones sin legitimidad y las violaciones a los derechos humanos.
“Ese mensaje es lo que cada nicaragüense tenía en la garganta para expresarlo, externarlo. La gente lo ha dicho, no vamos a votar”, asegura el párroco matagalpino.
El sacerdote Vallejos que señala con claridad los problemas que agobia a los nicaragüenses, admite que “predicar con la verdad” en Nicaragua es arriesgar la vida. “Todos somos amenazados”, sin embargo, pese a las amenazas, persecución y chantaje, “la iglesia no callará”, apunta.
El presbítero cuestiona la farsa electoral, denuncia el arrebato de los derechos civiles y políticos de la ciudadanía y afirma que el mensaje de la conferencia episcopal apela a la conciencia de los servidores públicos.
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